- Ademas pequeña mocosa, mas que comida a veces necesito juguetes... - Pennywise.
En este fic se contara la historia de como Pennnywise, un ser de maldad accidentalmente salvo a alguien cuya vida se estaba hundiendo en la depresión de una rutina que...
A pasado un tiempo desde aquella noche; nada a sido lo mismo desde entonces y se a notado en el actuar de nuestra querida. Las sonrisas dejaron de ser constantes y si bien ahora tenia mas amigos ninguno reemplazaba el vació que dejo eso al irse de su rutina.
— Ay prima, no se a quien te referirás al decir eso, espero solo hables de eso conmigo porque de lo contrario seguro los idiotas de la ciudad te andarían diciendo puta loca... — Era un día lluvioso y lo mejor para cualquiera era la de estar en casa, ni salir a jugar o pasear se podía.
En su cama estaba recostada la pelinegra leyendo esa carta nueva que le había mandado su querida prima desde su tierra natal, Perú; Miranda hace mucho que no salia de su casa ni para otras cosas como ver a sus amistades o comprar sus cosas, ni siquiera ir a la escuela.
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— ¡Miranda, tienes visita!— Abajo en el primer piso estaba su padre llamándola, como siempre la sumisión era su punto descriptivo pues en su tono aunque alto no parecía imponente. Al levantarse de su cama dejo ver su cabellera algo larga por andar metida sin ver el sol; tomo una camiseta de Tom y Jerry para cubrir su pecho desnudo ya que últimamente no andaba en mas que sus bragas, amarro su cabello y bajo a la sala donde al llegar...
— MIR-... — su amiga mas intima la pelirroja estaba allí, frente a ella y sin duda esta no era una de esas situaciones donde te gustaría ser visto, menos en calzones y hecha un desastre de pies a cabeza.
— Hola Bev...— Dijo mientras su padre se retiraba de escena y las dejaba a ambas solas, la pelirroja estaba algo impresionada por ver este tremendo cambio en su aspecto.
— Hola... Vine a traerte los apuntes de pues... todo el mes — Dijo la pelirroja siguiéndola a su cuarto mientras trataba de disimular un poco la sorpresa y la cierta incomodidad que le causaba verla en ese estado.
— ¿Un mes? Demonios el tiempo vuela cuando duermes...— acto seguido cerro la puerta atrás de ellas, algunos mechones negros cayeron en su rostro y fue muy incomodo, su enmarañada melena parecía tener vida.
— ¿Desde cuando le pones piña a la pizza y porque el desorden? — la pelirroja tomo del suelo una caja que tenia una pizza con literalmente una pequeña piña cortada en trozos encima.
— Solo me aburrí, odio limpiar y deja eso, lleva días allí Bev — acto seguido la pelirroja dejo caer ese cartón con asco al notar manchas negras en la tapa de esta; la pelinegra comenzó a apartar la ropa de su cama y la basura dejarla en el escritorio para poder sentarse ambas.
— Bueno veras, la clase pasada hablamos de la historia de Derry y-...— De pronto se detuvo al sentir un extraño en el ambiente, no olía a pizza o a piña, mucho menos a ropa sucia o putrefacción.
— ¿Y ese olor raro?—
— Soy yo— llevo su mano a su axila y empezó a rascarse, el olor se intensifico un poco, Beverly se puso seria en ese momento y dejo sus apuntes a un lado para verla con preocupación.
