Ella era intrépida, inesperada y misteriosa. Todo entorno a ella era algo asombroso y increíble, al menos eso decían. Eso se escuchaba pero, no era lo único que se rumoraba.
Se dice que es fácil, difícil; que es fría, caliente . Que todo en ella pa...
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Aun recuerdo mi error, y también como quise corregirlo. Sabiendo lo que me costaría.
-¿Donde esta?-preguntó con cara imperturbable aun cruzada de brazos, mentón en alto y sin apartar la mirada.
-No lo sé, y si lo supiera no te lo diría de todos modos, largó los Monriokova no son recibidos en esta casa,-trata con velocidad cerrar la puerta de lleno en mis narices.
Pero mi pie cubierto por unas botas trenzadas hasta la altura de la mitad de mi pantorrilla se lo impide.
-Podre no ser bienvenida, pero necesitó hablar urgentemente con Rick.
-Largo de mi casa maldita moco...
-¡Trevor!
La voz tan irreconocible de su madre detiene sus intentos de insultos.
-Señora Weldons,-ella abre la puerta para dejarme ver esa casa en la qué ya he estado, regalándome una sonrisa de total aceptación.
-Salio con su moto, dijo que iría a dar una vuelta, y a ver a Marcus,-ese nombre suena despreocupado en los labios de la madre de Rick.
Supongo que no están enterados de la doble vida que lleva su hijo
Me apresuro a no demostrar a través de mis gestos algo de preocupación y desconcierto. Para que no intuya que algo anda mal.
-Muchas gracias, el muy cabezota se le a de haber olvidado el teléfono,-sonrió, ocultando lo mejor que puedo mi procuración.
-Dile que no llegue tarde,-habla por fin su padre desde que su esposa apareció a su lado, parece ser que no hay ser mas grande sobre la tierra que ella para ponerlo en su lugar.
Asiento,-Si no llega a venir, dormirá en la habitación de huéspedes en mi casa.
-Mejor en tu cuarto cariño, parece que va a llover y es un miedoso de los truenos,-dice su madre con toda la malicia juguetona posible.
-¿Tu padre sabe que mi hijo es un Weldons?-cuestiona mi suegro.
-Lo sabe, y esta de acuerdo con lo nuestro si es lo que le preocupa,-respondo a la pregunta oculta entre su anterior interrogante.
-No puedo creer que ese...-se detiene al estar apuntó de insultar a mi padre, su mujer le da un zape en la nuca.
-No se preocupe, el fue mas pesado que usted al enterarse que habíamos dormido la noche juntos hace una semana,-se que es algo desvergonzado decirles que me cogí a su hijo.
Pero parece ser que un tipo de alivio les rodea, y por lo que veo en la educación de Weldons júnior sus padres son de mente muy abierta. Y aceptan que su hijo de mas de 20 años ya tengo vida sexual. Después de tanto tiempo.
-Disculpa lo, es muy ya sabes, hombre,-ríe de una manera que me gusta, presiento que mi suegra y yo nos llevaremos de maravilla.
-¿Puedo comenzar a decirles suegros?
-Claro...
-No.
Responden al unisono.
Se miran como si estuvieran a punto de llevar una rivalidad de haber quien tiene la razón. Son como una pareja adolescente que se lleva pesado y disfrutan de las discusiones y de llevarse la contraria.
-Me retiro, señor Weldons,-hago una pequeña reverencia para él,-hasta luego, suegra,-los iris de la madre de Rick resplandecen de ternura.
Salgo de su pórtico y me dirijo a la parada de auto buz. Y tomo ese transporte público, el buz que me llevará a el único cementerio de la ciudad.
