🏍️12🏍️

170 19 0
                                    

El día amaneció con un cielo nublado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El día amaneció con un cielo nublado. Era como si se pusiera de acuerdo con mi estado de ánimo. Monriokova estuvo evadiendo me todo el día. Cada que me le acercó, topo o miro en algún sitio de la escuela, me evade.

No entiendo a las mujeres. Primero te muestran interés y luego huyen.

Camino con cansancio a mi clase de arte, cuando estoy apunto de entrar por la puerta. Esta se abre antes de que yo si queramos pueda tomar la manija en mi mano.

Esos preciosos ojos zafiros invaden mi vista, dejándome sin nada mas que pueda tomar mi atención.

Ella se sorprende, y se sonroja sin siquiera pensarlo. Antes de que trate de huir de mi, la tomó entra mis brazos para poder abrazarla.

—Deja de evitarma.—Susurro irritado y molesto porque crea que soy igual que los chicos y diré su secreto,—yo ya te dejé claro mis intenciones hacia a ti.

—Solo trato de protegerte,—habla por lo bajo, tanto como si me estuviera contando el chisme más interesante de el periódico escolar.

—No quiero que me protejas, yo quiero protegerte a ti,—en todo el momento que llevamos hablando no he despegado mi mirada de la suya, no puedo descifrar nada de sus sentimientos, es muy buena escondiendo sus emociones,—así que eso quieres, pues bien, sigue evitandome no importa. Yo seguiré yendo detrás de ti, aunque me lleve toda la vida.

Joder, cuando me volví tan romántico

—Está bien, ¿quieres un plazo?—. ¿Plazo?—Un tiempo determinado para intentarlo, mínimo debería darte una oportunidad.

Si esto es un sueño, mamá no me despiertes

—¿Estás hablando en serio?—. Una emoción me recorre desde mi cabeza hasta mis pies.

—Si, pero...—Se suelta de mis brazos y su vista se torna seria.

—Pero, vamos no me dejas así...—Me llevo una mano a la boca tapando mis pensamientos en voz alta.

—Dices lo que piensas, eso me agrada,—se aclara la garganta.—Se que no somos nada aun, pero, quiero que si te doy una oportunidad como a todos lo que lo internaron, te tienes que guardar para mi, nada de salir con otras chicas en plan de algo romántico, para mi también aplica esto, pueden darme celos y a ti igualmente, ¿entonces?—. No me contengo y la abrazo con mucha más efusividad y beso su frente.

—Trato,Terroncito.—Ella me mira para después rápidamente esconder su cara entre mi cuello.—No huyas de mi de nuevo, por favor.

Asiento saliendo de su escondite.

—No me culpes si te llegas a arrepentir de esto.

—El tiempo dirá, y tú conquista mía, será que este dichosa de que la enamore.

¿De cuando acá tengo ego?

—Eres una caja de sorpresa, Rick, ¿terroncito?—. Indaga por su raro apodo.

—Es que eres muy dulce, hueles a bombón, pero tienes una forma de ser tan elegante, que no puedes ser un bombón, eres un terron de azúcar.—Mi explicación logra sacarla una sonrisa divertida y después se hecha a reír.

—Yo soy todo menos refinada.—Explica con esa esplendorosa sonrisa en sus gruesos y rosa labios.

—Eso lo veremos luego.—Me acerco con confianza a tomar su boca para darle un beso.

Pero ella coloca dos dedos en el medio de mis labios, deteniendome.

—Vamos despacio, cariño.

Rumors ✔️〽️Where stories live. Discover now