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Nunca tuve la oportunidad antes, de poder consolar a una mujer que no fuera mi hermana o mi madre

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Nunca tuve la oportunidad antes, de poder consolar a una mujer que no fuera mi hermana o mi madre.

¿Que digo? ¿Que hago?

Acaricie su largo y cedoso cabello, subiendo y dejando decender mi palma. Tratando de tranquilizarla.

Sorbio por su nariz, intentando evitar que sus fosas nasales dejarán escapar los mocos que provocó el llanto.

Suena tan adorable

-¿Ya?-Pregunte, tratando de separarnos, no quería que su padre llegará a entrar y me viera en esa posición, estoy casi literalmente encima suyo.

-Solo un poco mas, por favor,-Me pidió, aferrando sus manos a mi chamarra en mi espalda.

-Si eso quieres, terroncito,-Me separa apenas unos centímetros para poder observar le, pase la parte trasera de mi mano, en sus mejillas llenas de ese matiz cereza.

Se ve tan indefensa

Otra cosa que no pensé ver, era lo tan frágil que en realidad era Monriokova, esta es su forma más pura.

Solo es una chica que desea ser protegida

Tome la iniciativa, pase mis brazos por debajo de ella, uno por sus hombros y el medio de su espalda y el otro por sus piernas. La cargue estilo novia y la lleva a la cama. La recosté para que descansará en un lugar más cómodo, me coloque a su lado. Sentándome a duras penas en la orilla del colchón.

Seguí acariciando su cabeza, rostro y cabello. Quería de alguna manera demostrarle que estaba ahí, cerca de ella, presente, aunque sea en silencio y, al fin decir nada. Muchas personas apreciaban el silencio de la compañía que alguien podía entregar más, si no querían escuchar palabras que ya le habían dado como algún apoyo en un pasado.

Pero nunca creí que ella pudiera pedirme más cercanía.

-¿Podría recostarme un rato en tu pecho?, por favor,-Esta vez fue una súplica, me miró a través de él flequillo que taba la mayor parte de su hermosa mirada azul triste.

No dije nada, deje que hablarán mis acciones, me recosté a su lado, ella se movió más adentro de las sábanas para darme espacio en la cama. Cuando logre recostarme y no estar en peligro de terminar en el suelo, se acerco indecisa pero con habilidad.

Su cabeza se encontraba en mi pecho, una de sus manos reposaba en el mismo lugar. Su cuerpo estaba muy cerca del mio. Lo suficiente para que sintiera el calor que desprendía su piel. Sus cabellos rozaban mi barbilla, se movían de tal manera que me provocaba un cariño algo satisfactorio y de cosquilleo. Su aroma se estaba impregnando en mi.

-Aquí podría dormir,-Susurro tan bajo que si no estuviera tan cerca no la hubiera escuchado.

-Si es lo que quieres, mi mamá con un mensaje que mande ya esta avisada de mi paradero, aunque no lo sé tu papá no estará muy de acuerdo que me quede a dormir en tu cuarto, en la misma cama, en la noche, dos chicos hormonales que tienen sentimientos por el otro,-Y entonces pasó, mi vómito verbal.

-Mi padre salio, solo esta mi hermano menor y esta metido en sus juegos,-Se escabulló entre mi cuello y clavícula.

Su nariz rozó esa parte sensible y logró erizar me la piel.

Tregue grueso, controlando mis hormonas,-¿Ya estas mejor?

-Estando contigo, si,-Sus brazos abrazaron mi cuello y termino de subirse encima mio.

-Ah, hm...-Cerré los ojos, entre en estado piedra y no supe que hacer, ni decir.

-No te pongas nervioso, abrázame,-Ronroneo cerca de mi lóbulo con su sensible y encantadora voz.

Le hice cazo, la capture contra mi. Y me sentí, tan cómodo. En paz.

Como si, siempre hubiera pertenecido a sus brazos, como si siempre hubiera sido de ella.

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