Ella era intrépida, inesperada y misteriosa. Todo entorno a ella era algo asombroso y increíble, al menos eso decían. Eso se escuchaba pero, no era lo único que se rumoraba.
Se dice que es fácil, difícil; que es fría, caliente . Que todo en ella pa...
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-Vamos muchacho, las vueltas cerradas son lo tuyo,-me alienta el tuerto Frist aplaudiendo moderadamente.
Trueno la boca, frustrado. Estoy en una zona vieja de construcción. El proyecto nunca se termino y quedo baldío e abandonado.
Frist consiguió mucho material para que se apegue a mas no poder a la nueva pista y obstáculos que se creo desde mi ausencia.
Mira bien, las vueltas, los movimientos, el viento, tu inclinación, todo los componentes que necesitas para salir ileso
-Ya se que esta pasando aquí,-apago el motor cuando Frist se acerca a mi.
-Pues dilo que mi trasero se cansa de las caídas,-bromeo amarga mente.
-Estas pensando mucho,-no me enfoca mira los obstáculos, barriles, vueltas cerradas y una rampa de 175°.
-Por supuesto, ese es mi estilo, cálculos y números.
-Pues no te esta funcionando esta vez,-se burla de mi, riendo entre dientes,-por primera vez, actúa por instinto, al igual que cuando te tiras a esa linda chica tuya.
Lo miro de manera asesina, y él da un respingo, se aleja de mi, solo es un paso, pero titubea.
-Solo es un ejemplo, no te lo tomes personal,-ríe nervioso, alzando sus manos a la altura de su pecho, parece que veo la típica gota de sudor de los emogis a un lado de su cara.
-No la uses a ella.
El asiente arrepentido.
-Intenta lo,-me alenta,-recuerda, no pienses, deja que tu cuerpo se mueva por instinto, deja que te maneje la adrenalina.
Asiento aun con rabia. Enciendo el motor, quito el seguro que sostiene la motocicleta, y acelero. Miro como se aproximan los barriles llenos de agua, comienzo a balanceas mi cuerpo para que la moto pase entre los espacios libres.
-Mete potencia, la necesitarás para sentir la adrenalina.
Por mas que lo veo inconveniente, le hago caso. Aceleró mas, el rugido del motor de Ryez vibrar debajo de mi. Siento el aire pegar con ferocidad en mi rostro, arrebatando las pocas gotas de sudor, refrescando mi piel.
Mi corazón se acelera, y me siento energético, imperativo y muy ansioso.
Se siente bien no tener que pensar
Doy las vueltas cerradas una tras otra, estoy apuntó de terminar y llego a mi verdadera preocupación estoy apuntó de frenar, pero él me detiene.
-¡No dudes!
Detengo mis dedos al alrededor de el freno y acelero lo mas que pueden los caballos de fuerza. Mi cuerpo se alza mientras subo esa rampa y miro el otro lado. El sol en el ocaso, asomándose entre los pinos de un pequeño bosques, el ambiente huele a tierra mojada, piñas de pino y hojas del mismo.
Es maravillosa la vista desde arriba
-¡Eso es muchacho!
Un grito sale desde el fondo de mi garganta, la euforia recorre mi piel, la electrizante sensación llenar mis venas, la adrenalina abrazando mi corazón.
Aterrizo de manera limpia, derrapó una de las llantas haciendo una linea curvilínea. Retomo las riendas y acelero a la meta, la cruzó y por fin aprieto el freno.
-Te lo dije,-se cruza de brazos mirándome como sabelotodo, auto suficiente.
-No presumas,-ruedo los ojos.
-No lo hago, ¿a que se siente mejor que un orgasmo no?
-Claro que no,-río a carcajadas,-no si ella es la que me los provoca,-susurro por la bajo, para mi mismo.
-Supongo que tienes razón,-se lleva la mano a su mentón y lo frota pensativo.
-No la imagines,-golpeo en un zape la parte trasera de su cabeza.
-¿Acaso le tienes respeto a los adultos?-talla su golpe.
