Veintisiete; Nick

3.3K 360 30
                                    

Entro en el bar, aún con el uniforme porque no quiero cambiarme hasta que la vea. No quiero ir a casa hasta que sus ojos marrones se posen sobre los míos.

No la he visto en el aeropuerto y pensé que Luke le diría que estaría allí, que alguien se lo diría, pero no fue así.

La cabeza me duele como si me estuvieran clavando agujas y suspiro pesadamente cuando abro la puerta, dispuesto a enfrentarme con el bullicio. 

 Miro por el bar, intentando encontrarla hasta que la veo sujetar la bandeja vacía y mirar a las mesas de su alrededor por si puede ir quitando vasos de algún lado.

Mis músculos están pesados y mi cuerpo me pide que duerma un poco porque no lo he hecho, no he podido hacerlo, solo cuando he estado inconsciente en el hospital.

Ha sido en el único momento en el que he podido cerrar los ojos y no pensar. No pensar en lo que pasó, no pensar en la explosión, en mis compañeros en... 

Sus ojos se posan sobre los míos y puedo ver que está cansada y triste. Como si no hubiera dormido en un mes. Espero que venga corriendo a mí porque yo quiero ir corriendo hacia ella, pero no lo hace, se queda ahí y soy yo, con pasos decididos, se acerca a ella y mira hacia abajo para no dejar de mirarla.

Su mandíbula se aprieta y junta sus labios en una fina línea. La atraigo hacia mí y la estrecho entre mis brazos.

Aspiro su aroma y me siento en casa. Siento como si nada hubiera pasado teniéndola a ella cerca, pero eso no es así. Sus brazos rodean mi cuerpo con fuerza y beso su coronilla innumerables veces.

Me separo un poco de ella porque quiero besarla. Quiero sentir sus labios con los míos, pero ella se separa y mira hacia atrás. 

Veo a John, que asiente y me saluda. Lo saludo de vuelta, con un asentimiento de cabeza y Lía me esquiva para salir del bar.

La sigo y cuando estamos fuera, ella se gira y se abraza a sí misma.

— ¿Qué pasa? —Pregunto confuso por su actitud.

— Estuve en el aeropuerto.

— No te vi —muevo mi cabeza confuso.

— Estabas besando a esa chica —hace una mueca—. Decidí no acercarme.

— ¿A Kelsey?

¿Había besado a Kels?

Me acuerdo entonces que ella había puesto sus manos en mis mejillas y había juntado sus labios con los míos varias veces. No le había dado importancia, pero Lía sí.

— Sí, por eso me fui. ¿Qué esperabas? ¿Qué fuese besarte después?

— Esperaba que corrieras a mí porque te he echado de menos cada día. Kelsey... Supongo que fue la emoción del momento, no lo sé. Yo ni siquiera... Me dio igual.

— Estaba preocupada por ti —dice juntando sus labios en una fina línea.

— Y yo también, es decir...

Ella se tira encima y la recibo con sorpresa y gusto entre mis brazos. Escucho un sollozo y la cojo en peso haciendo que ella rodee mi cintura con sus piernas.

— Pensé que estabas muerto —solloza.

Cierro mis ojos y la aprieto más contra mí. Yo también pensaba que estaba muerto, o por lo menos, deseé estarlo porque era mejor que el infierno en el que me encontré. Aturdido, asustado, la sangre, los gritos y el silencio.

— Estoy bien, estoy aquí.

Por muy poco. Me sentía como si hubiera vuelto a nacer, pero el sentido de la culpa estaba haciendo estragos en mí. La ví. Ví a ese niño mirándonos. Ví su mirada de miedo pero no pude hacerlo.

Goodnight and go (Disponible en Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora