Diecisiete; Lía

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Saco la mano por la ventana mientras una canción que desconozco suena en la radio. Nick es más de rock, pero ahora mismo, el pop está sonando por los altavoces de su coche y lo agradezco, aunque él siempre puede cambiar a la canción que quiera, no deja de ser su coche y yo puedo escuchar todo tipo de música.

No sé dónde me lleva, y aunque le he preguntado varias veces, no me ha dado una respuesta que pueda disipar mi curiosidad.

A veces pienso que todo esto es el destino. Pienso que nos ha unido de una manera que ni siquiera entiendo. Hay muchas ciudades en Estados Unidos y yo había llegado a parar aquí, sin pensar que él podría estar por Gulfport.

— ¿No has pensado cambiar de trabajo? —Me pregunta bajando un poco la música.

— Bueno, me gusta trabajar en el bar, aunque sea agotador. Es mejor que McDonald's.

— ¿Por qué?

— Prefiero lidiar con borrachos que con clientes hambrientos y niños.

Nick se ríe y sonrío mirándolo. A veces tengo ganas de tocarle el lóbulo de su oreja, o pasar mi mano por su barba incipiente, pero ser solo amigos que se acuestan me tiene un poco confusa.

¿Qué reglas teníamos? Dormir juntos no. Nick nunca se queda y a mí me parece bien, aunque tampoco le doy mucha importancia.

¿Puedo cogerle la mano? ¿Puedo besarlo en medio de la calle? ¿O todo en la intimidad? No encuentro respuestas a esas preguntas, y James tampoco ha conseguido ayudarme, por eso, me mantengo al margen y dejo que él sea el que tenga la iniciativa si sucede algo de eso.

Paramos en un McDonald's y me bajo del coche. Me pongo al lado de Nick y entramos. No tardamos en pedir y cómo siempre, nuestra comida no tarda en estar lista cuando nos toca. No comemos allí, sino que lo llevamos en bolsas hacia el coche.

— ¿Dónde vamos a comer? —Pregunto llevando una de las bolsas— ¿Aún no hemos llegado a nuestro destino?

— Aún no —sonríe abriendo el coche.

Me monto y cojo la bolsa que el lleva para ponerla con la otra en mi regazo. Vuelvo a ponerme el cinturón y espero pacientemente hasta que veo la playa. Sonrío abiertamente y lo miro.

— No traigo bikini y hace un buen día.

— Te he comprado un bikini.

— ¿Me has comprado un bikini?

— James me ha ayudado —confiesa aparcando—. Lo tengo en el maletero. ¿Te lo traigo y te lo pones aquí?

— Por favor.

Lo veo bajarse y muerdo mi labio inferior por el detalle que ha tenido. Me trae a la playa, me compra un bikini...

Abre mi puerta y coge las bolsas de comida para darme otra.

— Intenta que mucha gente no te vea, ángel.

— Podrías habérmelo dado en casa.

— ¿Y qué supieras que veníamos a la playa? Ni hablar.

Cierra la puerta y me quito la camiseta, quedándome en sujetador. Me pongo el bikini por encima y Nick pega la cara al cristal.

— ¡Nick! —Me río.

— No puedo perderme esto —lo escucho desde fuera.

Pongo mi mano en el cristal y le saco la lengua haciendo que se separe. No tardo en ponerme el bikini viendo que no hay nadie alrededor, solo Nick, y vuelvo a ponerme la ropa. Salgo del coche y veo que Nick lleva una mochila en su espalda. Me cuelgo yo la mía y cojo las bolsas de comida.

Goodnight and go (Disponible en Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora