011. Dolores y su cara plástica

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La pareja entró a aquella tienda, donde todo estaba oscuro, obviamente. Primero buscaron una linterna y luego buscaron a Dolores, buscando de maniquí en maniquí; Ocho fue la que se fijó en su ubicación.

—Ahí está, la del centro —dijo Ocho señalando al maniquí.

Se acercaron a ella, alumbrando su camino hasta que llegaron frente a ella, donde se detuvieron.

—Te extrañé... —empezó a decir Cinco, Ocho no puso atención, pues siempre tuvo algo de celos hacia Dolores. Aunque Cinco le dijera palabras hermosas, también se las decía a Dolores y eso no le gustaba. Aunque le parecía ridículo que un maniquí le quitara a su hombre.

Olió sentimientos neutros (es decir, que no olía ningún sentimiento en concreto pero podía sentir el olor).

Ambos se dieron cuenta de que dos personas, (un hombre y una mujer) habían entrado al lugar. Venían con armas, y no era difícil suponer que los querían matar.

—¡No! —gritó Cinco, corriéndose bruscamente hacia un lado, jalando a Ocho. Pues aquellas dos personas empezaron a disparar. Lo que hizo que el maniquí de Dolores se partiera y solo la parte de su tronco para arriba quedara en el suelo.

Cinco intentó explicar lo que sucedía a Ocho, pero todo era tan confuso que sólo unas palabras eran suficientes para entender.

—Debemos huir —Cinco lo dijo seriamente a lo que ella asintió con determinación y ambos se teletransportaron para empezar a pelear contra ellos. "Hazel" y "Cha Cha" así los había llamado Cinco.

La chica en busca de algo para atacar, encontró unas tijeras de jardinería. Se teletransportó al lado del hombre, el cual era acuerpado; pasó por su mente que en algún otro momento, él la hubiera intimidado, lo cual la hizo dudar por varios segundos. Eliminó esos pensamientos y le clavó las tijeras, salió corriendo y luego se teletransportó. Oyendo varios disparos a su alrededor.

Encontró con algo de dificultad a Cinco el cual guardaba a Dolores en una maleta; él temblaba haciendo más lento el proceso, por lo que Ocho le ayudó. Iban a salir corriendo hacia la salida, pero cuando iban a teletransportarse, algo se los impidió. Ambos se asustaron notablemente y se escondieron detrás del mostrador, sudando y respirando con algo de dificultad.



 .•*:。




—¿Me vas a decir quiénes eran ellos? —preguntó Ocho, mirándolo.

—Cuando estuve en la Comisión, trabajaba matando a personas que alteraran la línea temporal, fueran inocentes o no, de cualquier edad, no importaba, pero no podían alterar la línea. Ahora que sabemos del apocalipsis e intentamos detenerlo, somos un obstáculo para que la línea temporal siga su ciclo. Y cuando alguien la altera, se manda a ser asesinado.

Ocho quedó perpleja. ¡Los iban a matar por salvar el mundo! ¿Quién hace eso?

—¿Dices que no se detendrán hasta matarnos? —preguntó Ocho para corroborar.

—Sí. Y si fallan, enviarán a otras personas, harían cualquier cosa solo para no romper esa línea de tiempo a la que estamos destinados.

Ocho sentía que cada vez más estaba más jodida, las cosas no paraban de complicarse y ella definitivamente no sabía como manejar aquello.

love hurts | five hargreevesحيث تعيش القصص. اكتشف الآن