004. Los años no pasaron por ninguno de nosotros

5.6K 536 7
                                    

Ocho estaba aterrada, no lo iba a negar. Salió con demasiado temor de su casa, y eso le costó más de lo que a ella le hubiera gustado. Iba tomada de la mano de Cinco, apenas salieron de lo que solía llamar hogar sintió como el viento chocó con su rostro, alborotó su cabello, y sintió una pequeña chispa de libertad.

—¡Por Dios, Ocho! —Cinco se veía entusiasmado, orgulloso de lo que había hecho, pero Ocho solo se quedó callada—. Posiblemente solo nos castiguen, pero descuida, volveremos.

Esa frase durante años atormentó demasiado a Ocho. Incluso ahora, sentía que esas palabras se clavaban como cuchillos en su frágil mente.

La chica asintió y caminaron unos cuantos pasos, para saltar en el tiempo e ir al futuro; Ocho no sabía en qué tiempo estaban, lo hubiera averiguado, pero Cinco la jaló para viajar más adelante.

Durante un pequeño transcurso de tiempo, la chica sintió una cadena de viento más frío que le hizo cosquillas en su nariz. Ella vio como la nieve caía y una pequeña sonrisa salió de sus labios. Pero supo que era tiempo de parar.

—Cinco... basta —decía una y otra vez, pero en ninguno de sus intentos, consiguió la atención del chico— ¡Cinco!

Solo cuando Cinco vio el mundo arder, fue cuando él se decidió por mirar a la pelirroja, la cual lo miraba con notable molestia. Se soltó de su agarre y corrió la academia sin soltar ninguna palabra.

Al verla hecha ruinas, empezó a entrar en pánico. Solo podía sentir los sentimientos de Cinco y los de ella. Dándose cuenta de que solo estaban los dos; Cinco llamó a sus hermanos, pero no obtuvo respuesta alguna.

—Solo estamos nosotros, Cinco —dijo Ocho, mirando al suelo—. Tenemos que volver, ahora.

Los chicos se tomaron de las manos e intentaron volver al pasado, pero no lo consiguieron por más que lo intentaron.



 .•*:。




En un gran callejón abandonado apareció un enorme destello de luz color azul, de este cayó el cuerpo de Ocho. Quién se levantó tan rápido como pudo mirando a su alrededor, suspiró con cansancio y miró al suelo esperando encontrar un periódico con la fecha exacta, con la esperanza de haber vuelto en la época correcta. Antes de dar un pasó se miró a si misma y maldijo en su mente, ¿en serio? respiro pesadamente, ¿trece años de nuevo? Se teletransportó rápidamente hacia la academia antes de que alguien pudiera verla con su atuendo postapocalíptico.

—¿Señorita Ocho? —escuchó la pelirroja, se dio la vuelta para encontrarse con aquel simio.

—Pogo —saludó ella acercándose a él para darle un cálido abrazo—, ¿cómo has estado?

—Muy bien —respondió y abrazó a Ocho—, ha pasado bastante tiempo.

—Ni me lo digas —dijo ella rompiendo el abrazo.

—Y al parecer los años no pasaron por ti.

Ocho sonrió pero antes de decir algo más, Pogo le informó aquella noticia que le arrancó la sonrisa casi de inmediato.

love hurts | five hargreevesWhere stories live. Discover now