Volumen II-Los hijos del Diablo
La oscuridad puede ser tu mejor aliada
¿Qué puede sentir un corazón herido? Blas está decidida en alejar la oscuridad de su vida dándose la oportunidad de conocer a alguien nuevo, solo que el amor que siente por Scot...
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Stacy siempre encontraba una manera para hacerme sentir inferior. Fuimos a jardín de infantes juntas, a primaria, secundaria e incluso ahora a la misma universidad. Nunca fuimos de hablar mucho, éramos las típicas compañeras que allí estaban pero que no entablaban conversación alguna.
Ella es hija de un gran empresario y de una mujer diseñadora de modas. Él es reconocido por tener tierras dentro y fuera del pueblo. No hay nadie aquí quien no conozca a Gareth Griffin. Su madre, Steph, también manda sus diseños de vestidos al extranjero. Así que es imposible no reconocerlo. Él siempre viste trajes negros, caros, las mangas de las camisas un centímetros por fuera del saco. Cabello morocho, ojos azules como su hija. Ella, su esposa, piernas largas, conjuntos de Gucci a más no poder. Perfumes caros y tacones de doce centímetros.
La primera vez hablé con Stacy fue luego de la muerte de Lori. Sí, en la fila del supermercado, cuando me dejó en claro que su familia porta el dinero más que suficiente para ayudarme con lo de mi hermana. Tal vez hubiese aceptado, por ahí era mejor aquello que trabajar con demonios. Aunque...siempre estuvo allí. Ese sentimiento de envidia hacia con ella. Toda mi vida quise sentirme bien conmigo misma, de poder ser alguien más para que los miedos e inseguridades que tengo se esfumen. Y Stacy Griffin tenía todo aquello que yo quería.
Entonces me di cuenta de lo equivocada que estaba. Ella podría tenerlo todo, pero había ciertas cosas que la hacían una chica rara. Sí, rara. Sus padres nunca estaban en casa, le daban un monto de dinero más que suficiente para el año y ella se encargaba de gastarlo en cosas sin importancia. Parecía que era la mejor forma de expresar su odio hacia ellos. Sus amigas eran otro problema: Hanna y Cam. Las gemelas de oro. A veces puedes ser capaz de darte cuenta que la única razón del por qué están junto a Stacy es por su dinero. Nada más. Miles de veces las escuché hablando mal de su amiga. No me sorprende. Otro motivo más que hace a Stacy un poco...igual a mí: siempre intenta encajar en todos lados. A diferencia, ella sí lo logra. Pero en su rostro está la disconformidad respecto a eso.
Stacy aparenta ser feliz. Aparenta querer a sus padres, tener dos mejores amigas con las que contar. Aparenta conocer todo de todos. Yo sé bien que no es así. Muy en el fondo, ambas compartimos los mismos demonios, ambas somos idénticas en cuanto a sentimientos se refiere.
Por eso estoy hago lo que hago. Por eso decidí salvarla. Ya no importa si somos enemigas, si ella al fin de cuentas se queda con el chico. Ella y yo somos humanas aterradas por demonios. Y eso tiene que cambiar.
-¿Hacia dónde es?
-Toma la primera salida. Luego dobla a la izquierda entre las calles Reinwood y Pasttam. Vas a ver una casa con rejas negras del lado derecho. Tiene una entrada enorme.
Aaron pone reversa, se despega del cordón de la calle y pisa el acelerador. Entonces me mira de reojo. Las manos me tiemblan, mi mente es un caos incontrolable y el miedo parece dominarme nuevamente.
