Vampiro por Accidente.

Capítulo 42

Uno de mis recuerdos recuperados era con mi tía, Clarissa, ¿Por qué nunca la volví a ver? ¿Seguiría viva? Desearía conocerla, también a mi madre y que me cuenten como era todo en sus épocas, como fue tenerme, como fue que se enamoró de John, que paso entre ellos después de mi desaparición. Tengo tantas preguntas para ella pero no está aquí para responderlas.

—Alguien más tiene problemas de sueño en esta casa. —Voltee a verlo. — ¿Todo en orden, Ruffy?

—Simple insomnio, muchas dudas en mi cabeza.

—Si una de ellas es sobre tu seguridad y esos vampiros pues olvidalo, la casa tiene un encantamiento que los agota y los deja fuera de combate. —Enarque una ceja divertida, ahora entiendo porque Dev cayó tan rápido. —Pero no te ha afectado para nada y a tú amigo le ha tardado en hacer efecto.

— ¿Saben dónde está Clarissa? —Mencione sin rodeos, su semblante cambio a uno melancólico. —Recordé que ella venía a verme como un lobo cuando era niña.

—Lo hacía cada día, jugaba contigo y se iba rápido antes de que Raquel la alcanzará. —Suspiro. —Los híbridos sólo pueden ser encontrados si así lo desean y pasó mucho desde que Clarissa volviera aquí.

— ¿Y sobre Rochelle? ¿La han visto aquí alguna vez?

—Rochelle no volvió desde que tú apareciste en la casa, seguro Clarissa lo sabe pero nadie sabe de Clarissa.

Suspire pesadamente, ahora eso sería un desafío de encontrar.

— ¿Y a John? ¿Alguna vez vino por mí?

—Cariño, John fue exiliado cuando Rochelle escapo del castillo contigo. Creyeron que era un complot y así Jasy termino al mando. —Bufe desviando la mirada a los columpios.

—Todo es tan complicado, lo odio. —Mi padre me atrajo apoyándome en su pecho.

—Hay cosas que deben hacerse para que el curso de las cosas tome un mejor destino. —Murmuro después de plantar un beso en mi cabeza, su calor me envuelve en segundos y pronto quedo adormilada.

Murmullos, como si recitaran un canto invadía mi cabeza, me levante en busca del sonido. Mire a los lados pero no veía a nadie.

—También los escuchas ¿no? —Asentí levemente levantándome del sillón de mimbre, camine a la entrada principal cuál puerta estaba abierta.

—Ronald, llevala adentro. —Pronunció con la voz temblorosa, por el pequeño espacio pude observar 3 siluetas afuera y por su mismo tono de piel intuyo que son vampiros.

Camine hacia afuera descubriendo que todos menos mi padre y yo estaban afuera, claro y a excepción de Evelyn.

—Esta es mi guerra, no permitiré que os lleven conmigo. —Mencione avanzando hasta estar delante de ellos en el último escalón. Mi protección terminaba cuando salga del terreno.

—Lo que hagas tendrá nuestro respaldo. —Voltee a verlos y me conmoví, tenían los colmillos fuera al igual que sus garras, sus ojos brillaban. Imite su acción volteando a ver a mis nuevos intentos de captores con los ojos carmesí y colmillos fuera.

Di un paso estando ya al borde del terreno.

—Alto. —Una mano delicada se asomó desde arriba pasando entre los hombros descubrimos una silueta encapuchada. —Hemos comprobado lo necesario. —Sacó la capucha dejando ver su ahora semi-rojizo cabello, su sonrisa amable se hizo presente mientras yo la miraba helada. —Está lista para acabar con lo que iniciamos.

—Ma-mad-madre...—Mumure tan bajo que no creía que me escucharía, ella extendió sus brazos pero no podía moverme.

—Ven aquí, pequeña Rafaella. —Ella fue quien se aproximó y sin importarle que perdería su energía entro al terreno abrazándome con fuerza. —Ya llegué, tranquila.

Mi respiración no podía tranquilizarse, ¿esto era verdad? Mis manos temblaban mientras intentaba corresponder su abrazo, ahora estaba con mi madre de sangre.