44. Hora de hablar y tomar decisiones

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Soundtrack: 8 letters

NARRA ALEXANDRA

Mis ojos se habían llenado de lágrimas y los recuerdos llegan de golpe. Las palabras citadas desde un inicio juntos, desde que lo había conocido ese día en la cena de negocios - donde me había sacado de quicio - hasta sus constantes coqueteos que habían logrado que le cogiera fastidio y luego un cariño grande - le quería -, la primera vez que le había besado luego de salir de la cárcel por el incidente que me había metido con Connor y el simple hecho de que mi corazón había latido con frenesí cuando sus labios hicieron contacto con los míos como si dos piezas de imán se buscarán - le amaba realmente - pero ahora, ahora todo había cambiado; recuerdo los abrazos, las risas y los besos robados en nuestro secreto.

El amor había fluido entre nosostros de una forma única, desde que habíamos decidido estar con el otro hasta la confianza que le dí para que eligiera el tatuaje que llevaría de por vida en mi piel. La necesidad que tenía hacia él era sumamente peligrosa y eso volvía todo color rosa cuando estábamos unidos en uno solo. Dos corazones, latiendo en uno solo, fundidos en una sola alma. Pero parece que iba ser casi imposible no haber caído enamorada de él – ahora tenía la certeza de que era mutuo –, sus palabras susurradas al oído y el consuelo en mis noches de lamento y llanto hacia los tormentosos recuerdos que hacía revivir mi pasado y el suyo. Su forma de abrazarme era única y no podía cambiar eso por nada en el mundo.

Era hora de hablar y tomar una decisión. De dejar en claro todas las cosas para que en un futuro no salga como negatividad entre quienes nos rodean o nosostros mismos. Y me odiaba por haber estado huyendo de él toda esta semana pero no podía evitar ser cobarde, cobarde porque tenía miedo aún de lo que sentía por él. Pero él, él me había demostrado que me amaba. Qué cumplió la promesa que me hizo ese día en la azotea, que haría que yo le amara como él me amaba a mi.

— Alex... — un beso más — Te... — bese esta vez sus labios suavemente, para luego morder el inferior — Amo.

Iba a atacar sus labios de nuevo pero me quedé quieta, si no fuera por su agarre me hubiera caído de golpe.

— Asher... — murmuré sobre sus labios.

El me besa castamente callandome. — Shh, no digas nada. No te voy a obligar a nada. — susurro sonriendo, sus ojos me miraban con tan inmensa ternura que me encogí en sus brazos. Oculte mi rostro en su cuello, su cuerpo vibró por su ronca risa — No te estoy presionando, solo espero que algún día tú puedas decirme lo mismo a mí.

— Lo siento.

— No te disculpes. Me gusta que todo vaya despacio contigo, todo es especial y me esfuerzo por conseguir mi meta.

— ¿Y cuál es? — me separé para ver sus ojos profundos. Era como si mi azul cielo se absorbiera en la oscuridad de sus ojos oscuros.

— Que me ames con la misma intensidad, que te amo yo, amor. — quería llorar en ese momento, ¿Cómo podía haber alguien tan especial en el mundo?

Él, Asher, era mi grito de auxilio, mi salvación de la perdición.

Parpadeo varías veces. Los recuerdos son frescos como nunca antes, como si todo hubiera pasado hace menos de una semana. Me había olvidado de lo mucho que esté había estado a mi lado en tantos momentos en menos de un año.

— Asher... — volví a susurra entre las paredes del baño que nos rodean — L-Lo siento.

Solté un sollozo ahogado con mis propias manos cerrando con fuerza mis ojos. Apoye mi espalda en la pared del baño y me deje caer hasta el suelo. Lloré, no sólo por lo tonta que era sino porque también lo había extrañado y ante puse nuestra felicidad sobre la opinión de mi hermano.

Una fraternidad, cinco chicos, ¡¿Y yo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora