Una fraternidad, cinco chicos, ¡¿Y yo?!

26. "Papá orgulloso" y "Decisiones" 1/2

NARRA ALEXANDRA

— ¡Morgan! — escuché mi apellido salir de los labios de Stella apenas habíamos entrado a la casa.

— ¿Qué sucede?

Toma aire. — James... No me habla como antes.

Abrí mi boca. — Vaya, ¿Es malo eso?

— No se. — lleva su mano en un puño a su ojo rascandolo, se veía adorable. Esa era la magia de la maternidad lo estaba presenciando — Creo que lo quiero.

— Estás jodida, lo digo por experiencia.

— Que sutil, Alex. No le hagas caso, vamos a hablar tú y yo. — Kendall se la lleva dándome una mala mirada sin antes gritar — ¡Tú habitación es la del fondo a la derecha!

Sin más tome las maletas que las habían bajado los chicos y subí al segundo piso de la cabaña encontrándome con varias puertas. El fondo a la derecha. — Jmm, interesante.

Había un bello balcón con la vista al mar. Y una palmera al lado de este dándole un toque bello. Me imaginé el atardecer. Se vería estupendo.

— Alex, vamos a la playa. — dice feliz Bella apareciendo por la puerta — Vamos, Cambiate. — empieza a dar saltitos de felicidad.

— Bajale dos rayas rubia, ya voy.

Me mira mal y me lanza la toalla que tenía en su hombro al rostro.

— Soy rubia natural, antes de que digas que es el tinte. — se adelanta, rompí en carcajadas me conocí perfectamente.

Me metí al baño con el traje de baño en mi mano, era de dos piezas de color celeste. Combina con mis ojos, me gustaba. Salí del baño y caminé hacia otra habitación abrí la primer puerta que se me pareció, mi hermano desempacaba las cosas.

— ¿Por qué no tocas?

— ¿Por qué preguntas si sabes que no lo haré?

Suspira. — Tienes razón, aún así estoy enojado por ese tatuaje que te has hecho.

Solté una risa. — Jack, deja de ser gruñón — arrugue mi nariz — Te volverás viejo, y ninguna chica te va a a querér.

— ¿No saldrás así? ¿Verdad? — no llevaba nada más puesto que el bikini — Venías por una camiseta mía, ¿Verdad?

Asentí. — No tuya en especial, pero si por una camiseta de hombre. Son sexis en las chicas. — sonreí y el niega pasándome una camiseta blanca que me llegaba un poco más arriba de la mitad de mi muslo. Gire sobre mis talones para irme — Gracias. — cerré la puerta a mis espaldas. La mirada de Asher perforó la mía. No dijo nada yo menos, indecisa a que hacer doble a la derecha para bajar a la primera planta. James se encontraba hablando con Stella a lo lejos de la cabaña, se veían através de los ventanales transparentes que habían.

— ¿Están desde hace rato ahí? — mire a Bella que bajaba las escaleras y se posiciona a mi lado.

Suspire. — Hasta ahora los veo, ¿Estarán bien?

— Creo que si, lo peor ha paso. Falta que ellos dos terminen de aceptarlo. — susurra. Nos miramos — Le irá bien. — dijimos al unísono.

— ¡Se están besando! — exclama Kendall mientras bajaba las escaleras —,  los acabe de ver por mi habitación. ¡Qué emoción!

Y era cierto, los labios de James se movían sobre los de mi prima. Se veían tiernos, el sol se alzaba sobre ellos y las palmeras se movían por el aire que pasaba. Una escena bella que cualquier persona querría guardar.