Veintitrés; Nick

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Niego con la cabeza ante lo que estoy pensando y me levanto.

— Venga, vamos a comprar algo de cenar —paso una mano por mi pelo y ella se levanta. Alisa su falda y se acomoda el top para después ponerse de nuevo su riñonera negra.

Ya le había hecho varias fotos por el camino, en cada sitio que parabamos porque las vacaciones le sientan bien. Salimos de la habitación y buscamos en Google Maps algo que esté cerca de aquí.

Esperamos la pizza frente al mostrador mientras compartimos una cerveza. Lía no ha dejado de admirar todo como si fuera algo del otro mundo cuando esto es una calle normal en un pueblo que apenas tiene habitantes.

— Puedo conducir yo mañana si quieres —se acerca a mí y coge mi mano.

— No sé que decirte —me río un poco y le doy un trago a la cerveza—. Es el único coche que tengo.

— ¡No conduzco mal!

Quiere separarse de mí pero no la dejo ir. — Estoy bromeando —la acerco a mi y beso su frente. Lía me abraza y paso mi brazo alrededor de sus hombros.

Un par de chicos y chicas entran y los observo mirar el cartel con todas las pizzas para ver qué van a pedir. Una de las chicas posa su mirada sobre mí y desvía la mirada cuando se da cuenta que la estoy mirando.

— Aquí tenéis, chicos —la mujer aparece y Lía se separa de mí para coger la caja.

Gracias —responde ella aunque después se da cuenta y lo hace en inglés haciendo que la mujer le sonría abiertamente—. A veces no sé dónde estoy —se ríe acercándose a mí.

— Puede que yo tampoco sepa dónde estamos —salgo del establecimiento con ella al lado.

— Eso sería un problema si no tuviéramos Google Maps.

Ojalá Google Maps pudiera guiarme en mi vida.

Cuando entramos en la habitación del hostal de nuevo. Lía deja la pizza en la mesa redonda que hay y yo dejo las llaves y la cartera al lado.

— Voy a ducharme antes de cenar —dice—. Seré rápida.

Se quita los zapatos y va hacia el cuarto de baño. Paso la lengua por mis labios y le informo a mamá de nuestra ubicación. Hace tiempo que no nos vemos y estoy deseando pasar tiempo con ellos.

Me quito los zapatos y tiro el móvil a la cama cuando escucho el agua de la ducha. Me quito la camiseta y la lanzo a la cama antes de entrar al baño. La ropa de Lía se encuentra a un lado y ella ya está dentro de la bañera con la cortina echada.

Me desabrocho los pantalones dándome igual si la pizza se enfría. Me quito el bóxer y descorro un poco la cortina para entrar. Veo su espalda. Tiene un tatuaje en su hombro, un corazón. Ella me está mirando y su vista se vuelve para seguir debajo de la ducha.

Solo tengo que levantar un poco mi mano para pasar mis dedos por la línea de su espalda. De abajo hacia arriba, la acaricio y ella se estremece ante mi toque.

— Se nos va a enfriar la comida —dice.

Mis manos viajan a su cintura y la acaricia. Rodeo su pequeño cuerpo con mis brazos y me pego a ella haciendo que el agua de en mi cabeza.

— Te deseo —digo poniéndome a la altura de su oído—. Me da igual la comida, solo te quiero a ti.

Su cuerpo reacciona a mi toque y no tardamos en unirnos en uno. La sostengo de sus muslos y ella clava sus uñas en mi espalda haciéndome gruñir.

De su boca sale un gemido con mi nombre y quiero entrar más fuerte, quiero...

— ¡Nick!

Me resbalo y pongo la mano en la pared para no matarnos en la bañera. Lía suelta una carcajada y al final también me acabo riendo. Mi corazón va a cien por hora porque podríamos habernos matado y no me imaginaba a la policía entrando un día después viendo nuestro sexo fatídico.

Goodnight and go (Disponible en Dreame)Where stories live. Discover now