Capítulo 41

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   Narra Angelique

   Después de dejar a todos en sus habitaciones en el subsuelo, Dagan y yo volvimos a subir para dejar mis cosas en su habitación. Quería evitar pasar la mayor parte de tiempo posible con él, aunque una parte de mi deseaba todo lo contrario.

   Nos habíamos conocido durante un verano, cuando yo había ido a un campamento de pociones avanzadas. El estaba ahí, y nos llevamos bastante bien. Y creo que tal vez me enamoré un poco, y estaba segura de que yo también le gustaba, pero todo se arruinó cuando me enteré de que tenía novia. Hablamos un poco desde entonces, pero supongo que nunca lo superé del todo.

–¿Tan mal se pusieron las cosas como para que terminen acá? –preguntó él, mientras dejaba mi bolso sobre la cama. –Sé que solo vendrías en caso de emergencia.

–Asesinaron a uno de los nuestros hace poco, yo no lo conocía del todo pero no me caía mal, y su novia está embarazada. No sabía a donde más ir, espero que no te moleste –dije, intentando concentrarme en arreglar la ropa.

–No es molestia –aseguró Dagan, mientras ponía la ropa que doblaba en el armario. –Terminé con Sara. –comentó "casualmente". –Creo que no le gustó la idea de vivir en una cabaña en en medio de la nada.

   A mi me gustaba el lugar. Le hacían falta algunas mejoras, como por ejemplo lavar los platos de vez en cuando, pero eso se podía arreglar con un hechizo, y el lugar en si era bonito. Y no había tanto ruido como en Paris. Tal vez podría mudarme a algún bosque, solo para poder vivir un poco más tranquila.

–¿Seguís investigando a tus criaturas? –pregunté, él amaba recolectar animales fantásticos, era algo de familia.

–Si –dijo, y si mirada se iluminó de repente. –Es más... –silbó. –Todavía tengo a Angel.

   Una pequeña bowtruckle vino corriendo. Recordaba que la habíamos encontrado en el campamento donde nos habíamos conocido, y él había decidido llamarla Angel por mi nombre. No podía creer que todavía la tuviera, aunque no sabía por qué estaba sorprendida. Dagan rara vez dejaba a sus criaturas, y cuando lo hacía era porque sabía que estarían mejor en otro lugar.

   La pequeña criatura subió a mi hombro y sonreí. De repente, volvía a tener dieciséis, y lo peor que podía pasarme era que se me rompiera una uña. Todo era simple. No habían mortifagos persiguiéndome y podía salir tranquila, sabiendo que no me pasaría nada. Odiaba ver como todo había cambiado tan rápido.

–Pareces cansada –dijo Dagan.

   No hacía falta que me lo recordara. Seguro tenía las ojeras demasiado marcadas y estaba mucho más delgada de lo normal. No había dormido bien en semanas y no tenía maquillaje a mano. Y también había estado comiendo poco, ya que perdía el apetito con facilidad, por lo que había perdido la figura delgada pero saludable que había logrado construir.

–Creo que tengo algo para las pesadillas abajo. –dijo, antes de tomar a Angel y desaparecer por las escaleras. Diez minutos después, volvió a aparecer con una copa en la mano. –Es una poción, te va a ayudar a dormir tranquila.

–Gracias –dije, sonriendo débilmente. De verdad necesitaba descansar un poco.

   Ambos nos sentamos al borde de la cama y bebí toda la poción. Sabía asqueroso, pero esperaba que funcionara. No quería haber tomado eso para nada.

–¿Cuales son esas pesadillas que no te dejan dormir? –preguntó él –Si puedo preguntar.

Suspiré. No quería hablar al respecto, pero sabía que podía confiar en él.

–Más que nada sueño que matan a Astrid. –Si, podía fingir odiarla, pero seguía siendo mi hermanita, me destrozaría que algo le pasara.

–Tranquila –dijo Dagan, tomando mi mano. –Por lo que vi, parece perfectamente capaz de defenderse.

–Lo sé, y ella también. Su problema no son sus debilidades, sino que no sabe medir en donde se mete.

   Astrid sabía que era poderosa, pero a veces se sobreestimaba. Ella era fuerte, pero no invencible, y no parecía terminar de entenderlo. Creía que era capaz de derrotar a cualquiera, y, a decir verdad, ella no sabía si eso era cierto. Y después estaba ese chico rubio, Draco. El intentaba, pero no sabía cuidarse, era bastante cobarde, así que ella no solo tenía que cuidarse, sino que también tenía que fijarse que nada le pasar a él.

   Me apoyé en el hombro de Dagan. De verdad tenía mucho sueño. El me ayudó a sacarme los zapatos y me acosté en la cama. Me cubrió con la manta y se dirigió hacia la puerta.

–¿Dagan? –él giró, justo antes de abrir la puerta. –¿Te podes quedar? Por si la poción para las pesadillas no funciona.

   Vi como él esbozaba una sonrisa bastante tierna. Se acostó a mi lado y me abrazó. Su cuerpo era cálido, a diferencia del mío, que probablemente parecía más un cubito de hielo que otra cosa, ya que hacía mucho frío.

–Siempre me gustaste –murmuró. Tal vez creyó que no lo escucharía o que lo olvidaría al día siguiente, pero no fue así. Lo escuché bien, y no lo olvidé nunca, en especial por lo que pasó después.

   Intenté decirle que también me gustaba, pero las palabras se quedaban atascadas en mi garganta, así que simplemente lo besé. Al principio fue un beso romántico y lindo, pero fue subiendo de tono. Sus manos fueron de mi cabello a mi cintura y sus besos bajaron hacia mi cuello lentamente. Cerré los ojos. Nunca me había sentido de esa manera.

    Al día siguiente, cuando desperté, lo primero que vi fue a Dagan a mi lado, profundamente dormido. Su cabello color miel estaba más alborotado de lo normal y tenía una pequeña sonrisa en los labios. Se veía muy tierno. No pude evitar sonreír al verlo. Definitivamente podía quedarme ahí por siempre, en especial si todas las mañanas serían así.

–Hola –dijo él, cuando al fin se despertó. Su voz era ronca y a penas podía abrir los ojos.

–Buenos días –dije, sonriendo, para después darle un beso corto en los labios. 



   Juro que no publico una vez cada luna azul a propósito. 

   Es que a la idiota de su escritora se le ocurren veinte ideas para historias cuando ya está escribiendo otras veinte, y termino olvidándome de las primeras. Además, como esta no es mi cuenta principal, no estoy tan atenta a las notificaciones como en la otra, así que a veces me olvido de estas historias, pero cada vez que me acuerdo escribo más o menos capítulo y medio. Espero publicar el siguiente pronto. 

    Gracias por su paciencia.


Su Mejor Amiga (Draco Malfoy) -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora