Capítulo 28

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    Al día siguiente, decidimos que comenzaríamos el plan por separado, hasta que una alianza se volviera necesaria. No queríamos hacer eso de fingir ser novios para darles celos, ya lo habíamos hecho y no me gustaba repetir venganzas.

   Ignorar a Draco se hacía más fácil cuando siempre desaparecía para armar ese maldito armario. Estaba ojeroso y casi no comía. Sus notas estaban bajando. Me daba pena, pero era parte del plan. Le haría notar lo mucho que le hacía falta. Estaba demasiado acostumbrado a que estuviera ahí para recordarle que no podía descuidarse. 

   Blaise y Theo no eran idiotas, se habían dado cuenta de mi extraña actitud hacia el rubio. Cuando les expliqué lo que había pasado, casi lo matan. El podría ser el príncipe de Slytherin, pero la princesa tenía todo un ejercito intentando cuidarla. Entre ellos, los Weasley, Hunter y todos los que intentaban impresionarme, casi tenía mi propio ejército. 

-¿Que haces despierta?- preguntó el hurón.

   Era tarde y estaba en la sala común. El recién llegaba. No era mi intención encontrarme con el, solo me había distraído dibujando y había perdido la noción del tiempo. Maldije en voz baja al verlo. 

-No te importa, Malfoy -dije, antes de guardar mis cosas y levantarme para ir a dormir.

   Por desgracia, el no me lo permitió. Tomó mi brazo, deteniéndome.

-Suéltame -dije, entre dientes.

   Su expresión me molestaba. Era la que ponía cuando quería imponer algo. Quería que me quedara y respondiera sus preguntas, quería que borrara mi ceño fruncido y actuara como si nada hubiera pasado. Negó con la cabeza.

-Bien, no digas que no te lo advertí, inútil. 

    Con mi mano libre, le clave las uñas largas y perfectamente limadas en el brazo derecho, con el cual me estaba sujetando. Me soltó y se examinó el brazo, donde se podían ver las marcas. 

-Hazte un favor y no me toques. -dije, antes de irme 

    Por desgracia, mi día no terminó ahí. Mi suerte siempre fue horrible, así que las inútiles de Romina y Elizabeth estaban en nuestra habitación, esperando para interrogarme.

-Drake nos dijo- comentó Romina. 

-Debes querer morir- agregó la otra. 

-¿Porque no nos haces un favor y te tiras de la torre de astronomía?- la muy perra sonrió. 

    En serio ¿Que había hecho para merecerlas como compañeras? ¿Que había hecho TAN mal? Nunca lo sabría...

-¿Porque no lo haces vos?- pregunté.- Así puedo calcular bien donde poner los vidrios rotos para cuando salte nuestra querida Lizzie.

-No voy a saltar- aclaró Elizabeth.

-¿Y quién dijo que lo harías a voluntad propia? Que descansen- tras decir eso, me fui a dormir. 

  Al día siguiente, no quería salir de mi cama. No quería ver a Draco ni a Drake, ni a nadie. Pero si me quedaba en la cama todo el día, todos se darían cuenta de que estaba mal y no podía permitir eso, así que me levanté y fui a ducharme. 

  En el espejo estudié mi reflejo. Deduje que me veía relativamente bien, nada que un poco de maquillaje no pudiera solucionar. Solo estaba algo pálida y tenía ojeras. Terminé de arreglarme justo a tiempo para ir a desayunar. Respiré profundo y salí, dispuesta a actuar como si nada hubiera pasado. 

-¡Princesa!- gritó Draco, antes de que pudiera entrar al Gran Comedor. Lo ignoré- ¡Astrid!

   Suspiré, giré y alcé una ceja. Sabía que no debía dejarlo hablar demasiado. No podía permitir que me convenciera de perdonarlo.

-Déjame explicarte...

-No hay mucho que explicar, Malfoy. Es bastante simple. Besaste a Daphne, terminamos, punto. No es una historia tan larga. 

   La expresión arrepentida fue reemplazada por una de fastidio. Agradecí ese cambio, no iba a lograr ablandarme estando enojado. 

-¡Pero no tenés idea de lo que pasó antes! ¡Todo es culpa de Drake y Romina!- casi gritó. 

-Es muy fácil echarles la culpa a otros ¿No? ¿No podes, al menos por una vez en tu maldita vida, aceptar las consecuencias?

-¡Pero yo no hice nada malo! ¡Tenés que escucharme!- insistió.

    No me gustaba que me dijera lo que tenía que hacer, y él lo sabía. El tampoco se veía mucho mejor que yo, estaba mucho más delgado y sus ojeras resaltaban demasiado en su piel blanca, daba lástima, pero de todas formas no podía evitar recordar cuando lo había visto con Daphne. Con esa imagen en la mente, di media vuelta y entré al gran comedor. 

   Drake se me acercó para decirme algo, pero lo frené. No estaba de humor para lidiar con él, ni con nadie que no fuera Hunter. Hasta Blaise y Theo estaban insoportables, insistiendo en que escuchara al albino. 

-Me caes mal- afirmé- Nunca me gustaste y nunca me vas a gustar, acéptalo. Solo te hablaba de vez en cuando para molestar a Draco, pero eso ya no me importa, así que te quiero lejos. 

   El se quedó procesando la información unos segundos. Tal vez era demasiado para su cerebro de nuez. 

  Draco casi no aparecía. Nunca lo dejaban en paz desde que lo que había pasado se había convertido en el chisme del momento. Todo Slytherin lo molestaba por haberme hecho eso y ningún Gryffindor perdería la oportunidad de resaltar un error de una serpiente. 

   Estaba dibujando en la Sala Común, cuando vi que Daphne se acercaba. Guardé mis cosas para irme, no quería hablar con ella, nada bueno podría salir de esa conversación. 

-¡Es tu culpa!- chilló con voz ronca, como si hubiera estado llorando.

-No se de que estas hablando- dije.

     Si alguien había tenido la culpa de algo, eran ella y Draco por haberse besado estando de novios con alguien más. Yo debería ser la que le grita por haber arruinado todo. Todas las ganas de irme se fueron. No me movería de ahí hasta meterle en la cabeza que todo era su maldita culpa, no la mía. 

-¡Llenaste la cabeza de Hunter con tus mentiras y terminó conmigo por eso!

-Hablando de mentiras- dije, fingiendo estar tranquila. Sonreí con malicia- ¿Como vas a hacer para convencer a Hunter de que eres inocente  cuando te vio besando a Draco?

   Se quedó quieta unos segundos y después me empujó, haciendo que me golpeara la mejilla contra la mesa ratona. Me levanté y le di un puñetazo en la cara. Su nariz sangraba. Subí a mi habitación y tomé un espejo que guardaba en uno de los cajones. Examiné mi mejilla, estaba roja e hinchada, probablemente estaría morada al día siguiente. Tenía que conseguir hielo.

   Camino a la enfermería, me crucé con Hunter. Frunció el ceño al verme. 

-¿Que te pasó?

-Tu ex-novia me culpa porque terminaste con ella y me empujó. Pero ella quedó peor. 

   Seguí caminando, sin darle tiempo a responder. Sabía que seguía enamorado de Daphne, aunque estuviera enojado con ella, y no quería meterme en sus problemas, lo último que necesitábamos era discutir entre nosotros por un puñetazo.

    Saliendo de la enfermería, escuché que alguien me llamaba. Aceleré el paso gradualmente, hasta correr. Paré en el lago negro. Giré para ver si todavía me seguía.

Su Mejor Amiga (Draco Malfoy) -TERMINADA-Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon