Capítulo 30

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-DESPIERTAAAAA NIÑAAAAAAA QUE YA SE FUE EL SOOOOOL Y LOS MONSTRUOS SALIEROOOOON ¡WOHOOOO! DESPIERTATEEEEEEE VAMOS A CASAAAAAAA -se calló un segundo-  ¿Y si armamos un muñeco? Puede ser vudú. 

   Abrí los ojos y me di cuenta de que estaba en la enfermería. La loca desquiciada cantando a los gritos era mi madrina. Bellatrix Lestrange. Maldije la darme cuenta de que Draco lo había logrado, había arreglado el armario y los mortifagos estaban en Hogwarts ¿Cuanto tiempo había estado dormida?

-¡LO LOGRAMOS!- gritaba - EL SEÑOR TENEBROSO TRIUNFARAAAAAAAAAA. AHORA DESPIERTATEEEE O EL NO QUERRA IRSEEEEEEEEE.

-No despertará...- decía una voz que estaba segura era Draco.

   Escucharlo hablar así me hizo sentir mal. Tenía la voz ronca y se le quebró al final de la oración. De verdad pensaba que no despertaría. 

-MIRALA. 

   El se acercó. Estaba peor que la última vez que lo había visto. Tenía pinta de no haber comido o dormido en días. Tal vez semanas. Me prometí asegurarme de que comiera y durmiera bien los días siguientes, no quería que se desmayara.

-Te ves mal, hurón.- me las ingenié para decir. 

  La garganta me raspaba, tenía sed. El pareció darse cuenta y me alcanzó una botella de agua que bebí a fondo blanco. 

-¡Vámonos!- gritó Bellatrix.

  Intenté pararme, pero me mareé y casi caigo. Draco me cargó estilo princesa y salió corriendo hacia el bosque prohibido, aún conmigo en sus brazos. En el camino se nos fueron sumando varios mortifagos. Todos iban destrozando la escuela a medida que iban pasando.

-¡Ese cuadro! siempre me miró mal...- le iba dando indicaciones de que romper, ya que no tenía mi varita a mano. 

   Draco parecía atormentado. Tenía que admitir que era algo divertido ir rompiendo cosas porque si, pero al albino no parecía gustarle la idea. El, aunque lo negara, le gustaba Hogwarts, pero yo detestaba todo lo que tenía que ver con mis padres o mortifagos, así que no me molestaba que rompieran todo. A mitad del bosque nos encontramos con autos voladores estacionados, entre ellos, el de Draco. 

  Me dejó en el asiento del copiloto  y encendió el auto. En ese momento, comencé a darme cuenta de muchas cosas. Como por ejemplo, que llevaba puesto un vestido verde hasta las rodillas en vez de mi uniforme y de lo peligroso de la situación, ya que era una traidora. 

-¿Que está pasando?

-Básicamente, tuviste una reacción alérgica a lo que sea que Slughorn te haya dado, Snape mató a Dumbledore, el Señor Tenebroso querrá matarme por haberle fallado y ahora nos estamos dirigiendo hacia mi casa. 

   Estuve unos minutos digiriendo toda la información y decidir que la situación era un asco. No quería ir a la Mansión Malfoy. Tendría que encontrar una forma de escapar. El solo pensar en nagini me quitaba el aire de los pulmones. 

-Todas tus cosas están atrás- agregó.- Y, sobre lo que pasó con Daphne, era un trato con Drake y Grace. Si nos besábamos, el te dejaría en paz y ella se alejaría de Hunter. Ninguno de los dos pensó que nos verían. No quería lastimarte, te amo.

-¿El lo sabe?

   Asintió, con la vista fija en el camino. 

-Ella se lo dijo cuando te fue a visitar a la enfermería. El, Hermione y los Weasley se negaban a dejarte sola. Theo y Blaise no podían soportar verte así, dicen que parecías muerta. Lamento no haber estado ahí, pero tenía que arreglar el armario, sino mi familia...- se le quebró la voz. 

  Tomé su mano para demostrarle que entendía. Lo habría besado, pero no quería que chocaremos contra un árbol o algo parecido. Normalmente, habría fingido estar un poco molesta por un par de días, pero no había tiempo para eso. El ya tenía demasiados problemas, y yo no quería ser otro más. Tenía que encontrar una forma de escapar de esa mansión, llevarme a Draco conmigo y que no nos siguieran. Básicamente, algo imposible. 

   A penas llegamos, evalué la posibilidad de escapar. Los mortifagos nos rodeaban y a plena luz del día sería fácil encontrarnos. Además, ninguno podría usar magia fuera de Hogwarts hasta junio. Sería mejor esperar unos días a que las cosas se calmaran un poco y escapar a mitad de la noche. Luego, nos quedaríamos en el mundo muggle hasta que Draco cumpliera diecisiete, ya que el era dos semanas mayor que yo. 

   Entramos y lo primero que noté fue el descenso de la temperatura. Siempre la Mansión Malfoy me había parecido un lugar cálido, pero muchas cosas habían cambiado. Ya no corría detrás de Draco, mientras jugábamos escondidas, su madre ya no sonreía con ternura y su padre... bueno, Lucius estaba ahí, con su cara de mierda, como siempre. Ahora, era un lugar peligroso, lleno de asesinos y gente loca, dispuesta a hacer lo que sea por su señor. Eran, básicamente, un grupo de fangirls que habían ido DEMASIADO lejos por hacer feliz a su Idolo, en especial cierta persona, cuyo nombre empieza con "Be" y termina con "llatrix Lestrange".

-Mocosa insolente- dijo mi madre, cuando me vio- ¿Como te atreves a escaparte de tu familia?

-No son mi familia. Si Draco no se los hubiera dicho, no sabrían que me había ido. Estaban muy ocupados con mi querida hermana, la señorita perfecta. 

-Hablaremos más tarde. Ahora, el señor Tenebroso quiere hablarte. 

  Eso último me heló la sangre. Si todo era como las veces anteriores, sería horrible. Todavía tenía algunas marcas en el cuello y muchas pesadillas sobre la última vez que quiso "hablar" conmigo. Tragué grueso y comencé a temblar. Intercambié una mirada con Draco antes de entrar, el parecía preocupado y, si no me equivocaba, tenía razones de más para estar preocupado por lo que iba a pasar. No se de donde saqué la fuerza para abrir la pesada puerta de madera. 

-Astrid Wolff.- dijo, estaba sentado en la cabecera de la mesa, con Nagini a su lado. 

-Señor- dije, haciendo una reverencia corta, no muy exagerada.

  ¿Me parecia estúpido hacer una reverencia? Si ¿Era más estúpido arriesgar mi vida por no querer hacerla? Si. Me Indicó tomar asiento. Seguía temblando cuando me senté del otro lado de la mesa.

Su Mejor Amiga (Draco Malfoy) -TERMINADA-Where stories live. Discover now