CAPITULO 6

1.7K 135 2
                                    


—Sabes perfectamente que, si no aceptas ser mi amante, la Fundación Lee retirará inmediatamente su patronazgo a la exposición que tú y tus colegas habéis planeado tan meticulosamente. Ya sabes qué si el principal patrocinador de una exposición se retira de repente, los demás no dudan en hacer lo mismo.

Melissa se mordió la lengua para no llamarle unas cuantas cosas.

—En cuanto a tu trabajo... ¿tú crees que merece la pena quedarte sin trabajo por una mera cuestión de orgullo?

—¡No pienso consentir que me hagas esto! ¡No voy a consentir que juegues conmigo de esta manera!

—No puedes hacer nada, Melissa. No tienes alternativa. Si no aceptas estar conmigo, atente a las consecuencias. Hace cuatro años, permití que te fueras de rositas. Mi madre intercedió por ti y no permitió que te denunciara a la policía, que era lo que yo quería hacer, pero ahora no está aquí para protegerte.

Melissa sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas.

No iba a llorar.

No era el momento apropiado.

Jamás lloraría delante de él.

—Nunca robé nada de la galería de tu madre.

Donghae ignoró su comentario.

—Conseguiste meterte en mi cama para llegar al tesoro de la colección de mi padre, ¿verdad? Me tendría que haber dado cuenta, pero confiaba en ti. Me engañaste como a un tonto. Te tenía por una inocente chica, una estudiante que no había visto mucho mundo. Obviamente, me equivoqué. Es evidente que te las sabías todas. Después de que te fueras, el director del hotel me dijo que otros dos hombres frecuentaban tu habitación al mismo tiempo que salías conmigo.

Melissa lo miró indignada.

—¡Eso es mentira!

Donghae la miró ladeando la cabeza.

—Lo que pasó fue que esos dos jóvenes en cuestión me propusieron salir con ellos una noche y yo les dije que no, lo que hizo que se enfadaran. A partir de entonces, se dedicaron a hacerme jugaditas tipo dejar su ropa en mi habitación o robarme la almohada.

—¿Y por qué no me hablaste de ellos? —apuntó Donghae.

—No me pareció necesario. Solamente eran dos jovencitos con demasiado dinero y ningún sentido común. No quería buscarles un lío innecesario.

—No te creo.

Melissa lo miró furiosa.

—Y a mí qué más me da. Nunca me has creído. Estás loco. Completamente loco.

—No, Melissa no estoy loco. Yo lo que quiero es que se haga justicia.

—¿Por qué ahora?

—Cuando Julián Deverell se puso en contacto conmigo para hablarme de que quería organizar esta exposición, mostré mi interés inmediatamente. Sabía que vivías en Sydney, así que cuando me enteré de que, además de trabajar en el museo, estabas directamente involucrada en la organización de la exposición, me dije que era la oportunidad perfecta para venir a ver qué había sido de tu vida.

—¿Sabías que trabajaba en el museo?

—Sí, qué casualidad tan maravillosa, ¿verdad? Admito que me quedé impresionado al saber que habías terminado tus estudios y que incluso tenías un doctorado. Una trayectoria impresionante para una mujer de tu edad. Claro que supongo que todo eso lo habrás conseguido a base de acostarte con quien te haya sido necesario.

father - donghaeWhere stories live. Discover now