Enjuague hasta aclarar

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Algunos días, los más agitados, Tweek ayudaba en la cafetería de sus padres, podría decirse que creció en ese lugar, desde que tuvo edad para ser más pesado que un costal de café, mantuvo sus horas libres sirviendo de alguna manera. Su principal ocupación era llevar el inventario y el la organización de la mercancía, pues sus espasmos o paranoias lo hacían pesimo para tratar con los clientes, pero disfrutaba más permanecer lejos de la gente, creando un orden casi obsesivo con cada cosa, eso le brindaba satisfacción una vez que veía todo en su lugar.

Esa tarde había tardado más de lo común en registrar el inventario, algo en su cabeza no le permitía llevar las cuentas. Seguía recordando una y otra vez lo que había visto, intentaba no tomarle importancia pero volvía y se atascaba en la garganta un coraje sin sentido. No tenía razón de molestarse por algo así, Wendy en verdad no le gustaba ¿Entonces que le causaba ese sentimiento? Una ira más parecida a desilusión...

..."¿De verdad nunca has tenido novia?"...

Repentinamente en su cabeza se reprodujo una escena de la preparatoria: Entre varias cosas que platicaba con Token, él dijo algo sobre una ex que aún quería, le cuestiono si algún vez estuvo en una situación así a lo que respondiendo sincero, mencionó el no haber tenido alguna antes.

Por un minuto dejó de pensar tanto, trataba de cuestionarse el mismo porqué, su excusa siempre era lo extraño que podía ser... pero... suponiendo que no fuera así, no recordaba alguna chica que le gustara. Normalmente podría venir a su mente cualquier rostro bonito de su infancia o pubertad, de alguna niña que huyera de sus declaraciones, sin embargo, no existía.

-Jamás me gustó alguna compañera o amiga- Dijo para sí mismo, lentamente retrocedió hasta topar con la pared y se deslizó hasta el piso.

Si nunca gustó de las niñas, tampoco sentía algún tipo de interés por Wendy... eso quería decir que su disgusto era por ¿Craig? ¡¿Le gustaba Craig?! ¡Era gay!

No era posible, en ninguna forma podía serlo, incluso creía que Craig tenía más la apariencia de uno que él  mismo. Seguramente el golpe le había dañado el cerebro, eso debía ser, tenía una lesión grave que ocasionaba pensamientos sin sentido, debía ir a revisarse en algún momento para que le dijeran que tan mal estaba su cabeza por tantos golpes. Como si fuese mejor un coágulo en el cerebro que considerar su homosexualidad, se puso en pie y volvió a lo suyo con más calma, todo estaría bien... hasta que viera de nuevo al otro.

Al llegar el día siguiente, aquella idea estaba olvidada, nada podía salir mal en tan linda mañana. Parecía tener más energía que otros días, nisiquiera había pensado en beber café luego de despertar ¿exactamente de qué se preocupaba tanto? todo estaba en orden excepto su cabello, seguía estorbando en su cara a pesar de haberlo atado previamente, llevaba tanto tiempo sin cortarlo que los mechones de la coronilla y frente ya eran imposibles de sujetar, andaban por todos lados.

-Por un demonio Tweak, sólo cortate esa maraña- mencionó un compañero que le servía de sparring.

-Nggg odio cortarme el cabello, odio a los peluqueros- Seguía concentrado en su ejercicio.

No se imaginaba soportando jalones de cabello y comentarios estúpidos, disfrazados de chistes sobre lo horrible que era su cabello, de no tener el temor de cortarse una oreja o el cuello lo haría el mismo, también había considerado el rapar la cabeza pero el ruido de la máquina le causaba ansiedad (otro motivo de huir de las barberias) moriría con una cabellera hippie de ser necesario.

Durante un pequeño descanso fue en busca de un café, por más que ya no lo necesitara para calmarse, su cuerpo aún no se limpiaba de la cafeína. Entrando a la pequeña sala pudo ver una figura muy conocida, ahí sentado sólo, finalmente había coincidido con el pelinegro. Pero ¿Que debía hacer? Ir y saludar de forma muy casual o girar y correr, como éste le daba la espalda aún no había siquiera notado su presencia, así que la segunda opción era más ideal, ya vería la forma de evitarlo más tarde.

Tiempo de pose: diez  roundsOù les histoires vivent. Découvrez maintenant