CAPITULO XXX: "INSOMNIO"

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Sangre. Hay mucha sangre. Todo el suelo es rojo. La calle poco iluminada. Escucho las sirenas. Pero mis sollozos los cubren. Está a mis pies. El tipo frente a mi trae una mascada y no logro ver su rostro. Él no abre sus ojos. La sangre sale como un riachuelo.

-¡TEO!- grite.

Mi respiración agitada, la luz de la luna logra colarse por la ventana, la cual no recuerdo haber dejado abierta, pero el gélido viento hace que la piel se me erice. De nuevo esa pesadilla o más bien ese horrible recuerdo. La puerta se azota ante mis ojos y mi tía entra desesperada, su rostro denota preocupación.

-Ana, cariño- mi tía me abraza con fuerza. Esa noche se repite una y otra vez en mi cabeza. Cada noche es igual- Ya paso cariño, tranquila- me da pequeñas caricias en el cabello, tratando de relajarme.- Estamos aquí, te vamos apoyar- mi tío me observa, se nota el pesar y la pena en su mirada. Están preocupados, por mí y yo fui tan estúpida.

Dormí muy poco, mis ojos me pesan pero debo continuar. Anuncio que ya me voy a la escuela y mi tío se ofrece a llevarme, pero me niego. Me dice que llegue temprano y no me desvié. Asiento y salgo camino a casa de Gisela. Han pasado tantas cosas, que me siento tan agotada.

-Ana- me abraza, cree que con ese gesto me consuela, pero hace que me presione más el pecho. Ha evitado el tema durante semanas y la conozco, sé que se muere de ganas de saberlo todo, pero no estoy lista. -No crees que es lindo-

-¿Qué? ¿Quién?-

-No me escuchaste-

-Lo lamento. No prestaba atención. ¿De quién hablabas?-

-Los chicos de la universidad, los del equipo de futbol-

-No les preste mucha atención, pero creo que tú se las pusiste por mí-

-¡Ana!- me reprende y se pone roja como su cabello.

-Te vas a camuflaje si sigues sonrojándote así-

-Ya basta, me da mucha pena que lo digas de esa manera- Esa es mi amiga, a pesar de tener esa apariencia tan extrovertida, es dulce y cariñosa. Se avergüenza y puede que sea un poco tímida en ocasiones, a pesar de que trata ocultarlo tras esa sonrisa coqueta que siempre tiene en el rostro.

-Ok. Ok. No diré mas, pero te seré sincera no me interesan los chicos por el momento-

-Ya paso mucho tiempo- me estremezco y giro a verla directo a los ojos- Lo siento, no era mi intención, salió-

-Déjalo- niego.

-Ana no te molestes conmigo. Soy tu amiga y me preocupas, lo sabes-

-Nos vemos más tarde- me encamino a mi clase. Solo faltan unas semanas mas y termino el bachillerato, estoy lista, lista para la universidad.

Doy gracias que mi tío solicito su traslado a esta ciudad y eso me dio mejores posibilidades de entrar a la carrera que deseo y espero lograr mi meta. En el transcurso del día me la pase sumergida entre proyectos y trabajos, para poder elevar mis calificaciones. Los profesores se han comportad comprensibles ante todo lo que me ha pasado y creo que ser una alumna estrella ante sus ojos me ha dado una oportunidad de continuar, aunque debo de admitir que he deseado tantas veces tirar la toalla. Llevo días sin visitar a mamá y la verdad eso me preocupa. ¿Papá? El sigue en el centro de rehabilitación, casi muere por el coma etílico, pero logro librarlo y mi tío lo interno, con esfuerzos el accedió a recibir la ayuda que necesitaba. Mi hermano, no sabe nada, gracias a que mis tíos han considerado mi deseo de no contarle lo ocurrido sobre nuestro padre, porque seamos realistas a él no le importa. El zumbido que emite mi celular sobre la mesa de la biblioteca me saca de mis poblaciones.

TRAS LA MASCARA. (2° DE SAGA ATRACCIONES PELIGROSAS)Where stories live. Discover now