TRAS LA MASCARA. (2° DE SAGA ATRACCIONES PELIGROSAS)

CAPITULO V: "¡¿TE AMO?!"

La situación en casa no ha mejorado, mi padre sigue sin empleo, pero ya no lo veo muy decidido a buscar. La nevera siempre está llena de botellas de cerveza y licor barato.

-¿Y mamá?-

-Trabajando-

-¿Y quien hara la comida?-

-No sé. Ve que puedes hacer-

Eso es otra, mamá tuvo que empezar a trabajar y llega a altas horas de la madrugada, dice cubrir el turno nocturno, en donde, ni la más mínima idea, pero trae lo suficiente para comer. En estos momentos doy gracias porque me enseñó a cocinar.

-¿Que vas a preparar Pulga?- dice mi hermano desde la sala.

-No sé, no hay mucho. Te parece si vas por algo de carne y hago lasaña-

-Solo porque tu lasaña es deliciosa-

-Se dónde esconde el dinero mamá- si lo esconde para que papá no lo gaste en más alcohol.

-Ana- grita mi papá- tocan la puerta. Atiende-

-Voy. Está en mi habitación en el libro de astrofísica. Solo toma lo necesario- después de esto cambiare el lugar.

Me encamino a la puerta con el mandil rodeando mi cuerpo y el cabello sujerto en un acola alta. Al ver quien está parado, mi rostro pierde su color.

-¿Qué haces aquí?-

-Lo lamento, llego en un mal momento-

-No, no es eso, solo me... sorprende-

-Es que no contestabas tu teléfono-

-Lo lamento, está en mi habitación y en este momento estoy ocupada. Podemos salir en otra ocasión. -

-Llevas diciendo eso toda la semana Ana- se pasa la mano por el cabello, frustrado.

-Erik, lo lamento- digo apenada.

-Ok-

-¡Hey pulga!- sale mi hermano de la casa, se queda parado analizando al muchacho frente a nosotros- Tu debes ser Erik, hasta que te conozco-

-Sí, tú eres su hermano mayor verdad-

-El mismo, Alfred- se estrechan la mano –Puedes invitarlo a comer-

-No- grito- ve a comprar lo que te pedí.-

Erik tiene la cara desencajada, por la brusquedad de mi respuesta.

-No conozco a tu familia y ya llevamos dos meses saliendo Ana-

-Lo siento, no creo que sea el mejor momento. Sera mejor que te marches-

-Ana- me volteo- ¿te avergüenzas de mi?- que le hace pensar eso.

-No, no ¿Por qué lo dices?-

-Digo. Solo conozco tu casa por fuera. A tu hermano por pura casualidad. No sé cómo es tu madre o tu padre-

-Erik...-

-Te amo Ana- me sorprende que lo diga – Y si tu no estas lista para más, no sé qué hacer- se aleja a su carro.

No lo sigo, no hago nada, solo contemplo como se aleja para llegar a su carro, como va con la mirada perdida y decepcionado. Que me pasa, que pasa, me he preocupado tanto por el que dirán de mi familia, que a mi novio, no le de dicho nada de cómo están mis problemas.

Después de un rato llega mi hermano con lo que le encargue. Y preparo la comida, papá callo rendido por el alcohol, Alfred trata de llevarlo a su cama, yo en cambio me encargo de los trastes.