12» 𝔢𝔩 𝔡𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 𝔢𝔫 𝔩𝔞 𝔬𝔰𝔠𝔲𝔯𝔦𝔡𝔞𝔡

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—¿Por qué me cuentas esto?—pregunto y ella se mantiene en silencio un par de segundos. 

Me toma de la mano, una leve caricia. 

—A veces, hija...dos personas que están destinadas a estar juntas se conocen en el peor momento. Pero no te preocupes—me dedica una sonrisa—lo que vendrá será mejor. 

Viernes por la mañana. Entro tarde a clases y el único lugar que está vacío es al lado, de nada más y nada menos, Stacy. El profesor de cálculo me da un ultimátum: si vuelvo a llegar tarde a su clase, me quedaré fuera. 

Por lo que sin reprochar, me siento y saco el libro de la mochila. Mientras que la explicación sobre cómo encontrar la derivada me entra y sale por un oído, me volteo solo un poco para encontrar a Audrey junto a Aaron. Ella se encoge de hombros y me dice un silencioso “lo siento”, mientras que Aaron me guiña un ojo.
 
—Qué casualidad—dice Stacy a mi lado. Ambas nos miramos—Quería hablar contigo. 

Estamos solo a cuatro asientos por detrás del profesor, lo que me ayuda a pasar un poco desapercibida de su mirada potente. 

—¿Conmigo? 

—Seh—pronuncia como si fuera obvio—¿a quién más le hablaría sobre algo importante?

—¿Desde cuándo tienes ganas de hablarme?

Me lanza una mirada de diversión. 

—Desde que ambas compartimos el mismo objetivo. 

Su sonrisa y sus ojos brillosos es todo lo que me dice que ese objetivo es Scott. Pero din din, bruja, yo ya estoy fuera de su juego y sus tentaciones. O al menos, eso intento. 

El profesor se voltea y mira a toda la clase antes de hacer un pequeño chiste matemático, por lo cual sus alumnos se ríen. 

—Mira, no quiero problemas—respondo—Scott hace su vida, tú la tuya y yo la mía. No tenemos nada en común. 

—¿Segura? 

—Sí, estoy segura. 

Se acomoda en la silla. Yo me concentro en copiar los números, corchetes y encuadrar el resultado del ejercicio de práctica. 

—Tiene pesadillas—dice Stacy y yo trato de poner toda mi atención en el nuevo ejercicio que empecé—Murmura cosas, tiembla...a veces me da miedo preguntar sobre qué sueña. O con quién. 

Tacho el número tres y pongo el cuatro. 

—Me dijo que no había nada entre ustedes, pero no deja de decir tu nombre. 

Aprieto tanto el lápiz que la punta se quiebra. Deja un gran punto negro y una línea ondulada sobre la hoja. Observo a Stacy, con el pulso acelerado. 

—Solo quiero que sepas que sé que él aún te quiere—susurra—Pero haré lo que sea necesario para borrarte de su cabeza, incluso si eso significa eliminarte del mapa. 

—No te tengo miedo, Stacy. 

Levanta una ceja.

—Deberías. Sé cosas sobre tí y tu mundo que puedo revelar. Cosas que involucran...demonios. 

¿Qué? Tan solo mirarla unos segundos me basta para conectar los puntos deshechos. Eso me da la respuesta a lo que buscaba: ¿cómo sabe ella que tuve un collar? ¿Acaso sabe qué artefacto es ese y por qué lo querría? 

Si tan solo ella supiera por todo lo que tuve que pasar, el peligro al que me enfrenté. Si supiera que Scott vino para decirme que no quiere olvidarme, que todavía está en esa búsqueda de respuestas a lo que siente por mí. Si supiera Stacy que nunca logrará ponerle una cuerda jamás en su vida...tal vez pensaría dos veces en involucrarse en esto, porque no es como lo piensa, no es un juego. 
Con el Infierno uno no debe jugar. 

✔ Ghoulish/ Los hijos del Diablo 2Where stories live. Discover now