-Puedo llevar unas películas y preparamos palomitas con tu hermano, es una dulzura -sonrió.

Asentí con una sonrisa, que enseguida comenzó a esfumarse cuando vi a Justin y Javiera hablando a unos pasos del instituto, ella sonreía a las estupideces que decía Justin, de seguro estaban coqueteando y nosotras debíamos pasar justo a su lado, pero por suerte Any comenzó a hablarme demasiado justo en el momento que pasamos a un metro de ellos.

-Supongo que te llevas mal con ella -me dijo Any luego de habernos alejado lo suficiente.

-Ni si quiera nos llevamos, cero contacto.

-No es hija de tu papá ¿o sí?

-No, ella solo es la hija de su pareja.

El tema no siguió, en la esquina ella caminaba al lado contrario y se despidió acordando que me llamaría cuando estuviera cerca de mi casa.

*

Any llegó a casa cerca de las 6 de la tarde con un montón de películas y maíz de palomitas, pasamos directo a mi habitación y Tomás estaba con nosotras, ellos dos no dejaban de jugar a las cosquillas en mi cama y reír a todo pulmón, mientras yo bajé a la cocina para preparar las palomitas, desde abajo oía la risa eufórica de mi hermano y sonreía interiormente.

-Mía -escuché una voz y vi a Javiera de pie a mi lado-. ¿Podemos hablar?

-¿De qué? -respondí con indiferencia.

-De Justin -respondió enseguida y yo reí irónicamente.

-No creo que tengamos algo que hablar de él.

-Es que lo que viste a la salida del instituto...

-No me interesa, ¿por qué me dices esto? -la interrumpí.

-Porque creo que te gusta -dijo directamente y volví a reír.

-No, te aseguro que no.

-Entonces ¿no te molestaría que yo saliera con él?

-Tu y él son dos personas que no me interesan en lo más mínimo, ¿ok? Solo procura que te haga gemir en otro lugar que no sea el baño de mujeres.

-¿Qué? -frunció las cejas confundida.

-Olvídalo -sonreí irónicamente.

Dejé las palomitas en una fuente grande y subí a la habitación dejándola sola. Mientras subía sentí que tenía ganas de lanzarle las palomitas en la cabeza, cómo es posible que ahora de pronto se interese en Justin? Han sido compañeros por tanto tiempo y ni si quiera se miraban, ahora resulta que se coquetean, es una zorra, pero no me debe importar, no me debe importar.

-Tu hermano es muy divertido -habló Any entre risas al momento en que entré.

-¡Palomitas! -gritó Tomás.

-¿Ya eligieron una película? -me uní a ellos.

-Si -respondió Tomás-. ¿Puedo invitar a venir a un amigo?

-Claro, ¿crees que a alguno de tus compañeros lo dejen venir? -pregunté.

-No es mi compañero, es el tuyo -sonrió-. Dile a Justin que venga.

-No, estás totalmente ... -me quedé en silencio y suspiré-. No Tom, él... tenía cosas que hacer esta tarde.

Enseguida cambié el tema y luego pusimos la película.
La tarde fue divertida, Tomás estaba feliz de que Any estuviera en casa y de que ella fuera alguien cercano para ambos.
Luego de la película él insistió en que jugáramos videojuegos y eso hicimos hasta que se hizo de noche. Any llamó a sus padres y ellos fueron a buscarla a mi casa cerca de las 11 de la noche, se veían personas agradables, Any era una copia exacta de su madre.

**

-Mía, necesito que hablemos -me dijo mi papá, que estaba sentado en mi cama la tarde del sábado, mientras yo lo ignoraba leyendo un libro-. Mía, ¡deja ese libro ya! -insistió y levanté la mirada.

-¿Qué quieres?

-Quiero saber como te ha estado yendo en el instituto.

-Bien -respondí con indiferencia.

-¿Solo bien? -insistió.

-Sí, solo bien -repetí.

-¿Acaso jamás vas a hablar conmigo de nada más? ¿De cómo te haz sentido, si haz hecho nuevos amigos además de la chica que vino ayer, si te sientes cómoda o algo así? -miraba sus ojos y pensaba en cada vez que discutía con mamá y luego se iba de casa mientras ella se encerraba a llorar como una adolescente.

-Me he sentido como la mierda, no tengo nuevos amigos, no me siento cómoda. ¿Algo más? -alcé las cejas esperando respuesta.

-Por dios Mía, madura un poco, no puedes ignorarme siempre solo porque dejé a tu madre y ella ahora no está.

-¿Y tú si puedes llegar aquí queriendo ser el papá que no fuiste desde que conseguiste otra pareja? Estabas criando a una hija ajena mientras tus hijos estaban a kilometros de ti, en esos momentos no recuerdo que te haya importado si tenía amigos o como me sentía.

-No me puedes juzgar siempre por eso.

-Y tú no me puedes obligar a que sienta confianza contigo de contarte mis cosas, ni mucho menos puedes obligarme a que me sienta cómoda en la casa que vive la mujer que arruinó mi familia.

-Angela no arruinó nada, las cosas con tu madre estaban mal, lo sabes.

-Sí, pero siempre las solucionaban, lo que no sé es en que momento la conociste a ella y dejaste de interesarte en la que era tu esposa -mantuve mi mirada firme en él.

-No son temas que deba hablar contigo -desvió la mirada.

-Y yo no tengo que hablar mis cosas contigo, no me conoces papá, no quieras saber de mi a estas alturas.

-Claro que te conozco hija, estuve ausente unos años pero eso no quiere decir que no hayas crecido conmigo.

-El problema es que estuviste conmigo mientras jugaba a las muñecas, mientras pensaba que el mundo era color de rosa, pero no estuviste conmigo en mi adolescencia, justo esos años en que todos crecemos y cambiamos, justo esos años en que necesité un papá que quisiera espantarme a los chicos, no estuviste y no es momento de estar ahora -suspiré levemente-. ¿Puedes salir de mi habitación? Quiero estar sola.

Él no dijo nada, salió de la habitación en silencio y por fin estuve sola.

*****

Dulce Tormento © #1Where stories live. Discover now