Lexa Woods es una inspectora de policía en Nueva York. Aunque en su adolescencia tuvo algunos problemas con la ley, acabó graduándose en la academia de policía siguiendo el ejemplo de su padre. Sus métodos para detener delincuentes no siempre son lo...
-Bien, pues, vamos a celebrarlo - Esta vez fue Lexa la que le besó con intensidad.
Lexa presentó a su nueva amiga a sus colegas y todos coincidían en lo encantadora y atractiva que era. Rápidamente hizo amistad con todos, Octavia, Lincoln, Murphy....... con todos no, a cierta latina no le había hecho mucha gracia que esa "enfermerita" fuera un monumento de mujer y menos aún que se tomara esas confianzas con "culo bonito Woods". Joder, había visto a Clarke llorar por el rechazo de Lexa. Tenía claro que la culpa había sido de su amiga, pero..........no entendía nada de lo que había pasado después.
Las había visto juntas y por lo que Clarke le había contado, las dos tenían sentimientos y ahora........no sabía por qué razón, ni Lexa ni Clarke hicieron nada por arreglar las cosas, la rubia, seguía al lado de Finn y Lexa....... Lexa se había buscado una buena sustituta.
Mierda, no le gustaba eso que estaba pasando, estaba enfadada con su amiga por que sabía que pasaba algo y no se lo quería contar, y estaba cabreada con Lexa por olvidar tan fácilmente a su amiga. No se quedó mucho rato porque si veía a esas dos dándose el lote otra vez, no sabía si se podría controlar de patearle el bonito culo a esa detective, además......... no quería encontrarse con Anya. La detective, le mando un mensaje para quedar esa noche, pero le dijo que tenía mucho trabajo esa semana. Joder, ¿por qué le había mentido? El sexo era fabuloso y lo pasaban bien juntas, podrían ser buenas amigas y de vez en cuando follar, pero.......¿por qué no se sentía bien con eso?
Lo mejor sería espaciar sus encuentros....... dejarlo por un tiempo........buscar otras alternativas.......... Eso Reyes, vuelve a tu vida de vivir al día y no te compliques, se dijo, aunque sin mucho convencimiento.
Se fue sin despedirse y como todavía era temprano llamó a la rubia para ver qué pasaba y por qué, había salido de la comisaría con premura. Por desgracia las noticias no eran buenas. Su hermano había sufrido una agresión cuando le robaban en la calle, aunque, gracias a Dios, no era grave, y ya estaban en casa. Lo cierto es que las desgracias se le juntaban a su amiga. Para animarla, quedó con ella para desayunar al día siguiente junto con Octavia e intentar averiguar qué pasaba.
Mientras, Lexa y su cita estuvieron un rato más compartiendo risas y charla con sus amigos. Christine era encantadora con todos y no se extrañaban que hubiera llamado la atención de la castaña.Después de un rato, se despidieron de todos y se marcharon para tener "su cita". Lexa llevó a su exenfermera a un romántico restaurante en Brooklyn, concretamente al River Café, desde donde se podía ver toda la gran manzana iluminada con los colores de la noche.
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Hablaron de casi todo, sus trabajos, sus aficiones, sus amigos...... Al finalizar la cena pasearon. Hacía buena noche, así que decidieron cruzar el puente de Brooklyn para volver a la zona de Manhattan donde Christine vivía, en un pequeño, pero acogedor apartamento por la parte baja de la ciudad. La fisioterapeuta iba agarrada al brazo derecho de Lexa, muy pegadita al cuerpo de la detective mientras le contaba anécdotas de algunos de sus pacientes. La risa de Lexa a causa de esas historias, embriagaba los sentidos de la pelinegra que no pudo parar su caminar un par de veces y devorar la boca de la castaña, que no ponía objeción a ese atrevimiento.
