I

22.4K 596 307
                                    

Desperté entre las sábanas blancas de mi cómoda cama. Era la primera vez en semanas que conseguía dormir sin que una pesadilla me atormentara en medio de la noche.

Me estiré sobre el colchón y suspiré con una sonrisa. Los pequeños rayos de luz se colaban entre las cortinas de mi habitación y, de fondo, unos pequeños pájaros piaban desde la calle.

Incorporé mi cuerpo y bufé cuando el teléfono comenzó a sonar encima de mi mesilla. Lo agarré con pereza y miré la pantalla, bufando de nuevo al ver quien era.

-¿Sí?-Contesté secamente, caminando en dirección al vestidor.

-Señorita Reche,-Era Marilia, mi secretaria.-Siento molestarle, pero le recuerdo que tiene que estar en la oficina en media hora para su reunión con el señor Lacunza.

Gruñí al recordarlo y asentí varias veces, intentando retenerlo en mi cabeza. Escogí una camisa blanca y una falda negra de tubo y salí del vestidor para entrar al baño.

-Sí, lo recuerdo.-Respondí, después de unos segundos de silencio.-Gracias, Marilia.

Colgué sin esperar respuesta y me dispuse a acicalarme un poco, colocando una fina capa de maquillaje sobre mi rostro y planchándome el pelo para arreglarlo en un medio moño desenfadado.

Bajé las escaleras y Queen, aquel gato negro que me había regalado mi hermana cuando independicé, salió de su escondite para darme la bienvenida.

Sonreí cuando se frotó contra mis piernas y me agaché para pasar la mano sobre su cabecita, provocando que maullara del gusto.

Caminé hacia comedor y contemplé el desayuno sobre la mesa, con mi usual tostada de aguacate ya preparada, al igual que mi zumo de naranja.

-Buenos días, señorita.-Saludó Ángeles, la mujer que se encargaba de cocinar en la casa.

-Buenos días.-Correspondí, forzando un poco mi sonrisa.

Comí lo más rápido que mis ganas permitieron hasta que Francisco, mi chofer, entró a la sala para anunciar que ya era la hora de irnos.

Bufé cuando me percaté de que tendría que dejar mi tostada a medias y le hice caso. Monté en la parte de atrás de su Mercedes negro y, acto seguido, el hombre comenzó a conducir en dirección a mi trabajo.

Me dediqué a mirar aquel paisaje que tantas veces había visto y que me sabía de memoria hasta que llegamos a la oficina y esperé durante unos segundos hasta que el conductor rodeó el coche hasta tirar de la puerta del vehículo para que pudiera salir.

-Buenos días, señorita Reche.-Saludó Marilia, que estaba de pie junto a la puerta con un café entre sus manos.

Asentí sin contestar y acepté la bebida, encontrándome con la sorpresa de que aún estaba caliente.

-El señor Lacunza le está esperando.-Habló de nuevo, caminando detrás de mí.

-Dígale que enseguida estoy con él.-Contesté, frotando el puente de mi nariz con frustración.

Odiaba aquel trabajo y se podía notar a leguas, pero no me quedó más remedio que aceptarlo cuando mi madre murió, dejándome con la responsabilidad de una de las cadenas de empresa más importantes del país.

El señor Lacunza se había convertido en uno de mis socios desde hacía unos años, pues su familia había supuesto un gran apoyo económico y nos habíamos visto obligados a cederles algunas propiedades.

Apenas les conocía y, para ser sinceros, no me interesaba lo más mínimo su vida, pero tenía que aguantar a aquel hombre durante todas las semanas.

Una vez acabé la reunión de negocios con él, recibí un mensaje de mi mejor amiga, ofreciéndome juntarnos para comer.

Sonreí y acepté, pues Marta siempre había estado ahí para mí y era la persona más importante que tenía en mi vida, además de mi gran apoyo.

Francisco me había insistido numerosas veces en llevarme al restaurante donde sería el encuentro, pero aquella mañana había decidido caminar y alejarme del mundo durante unos segundos.

Iba caminando distraída por la acera cuando alguien salió de una tienda a toda prisa, golpeando mi cabeza con la puerta y haciendo que cayera al suelo de culo.

Gemí de dolor y llevé mi mano a la zona, frotándome con delicadeza. Sentí como la figura del agresor de agachaba ante mí y me inspeccionaba.

Me fijé y resultó ser una mujer. Llevaba una chaqueta de cuero negra bastante ceñida y unas gafas de sol negras, que colocó sobre lo alto de su cabellera negra para comprobar que no me había hecho una herida.

-Tienes que mirar por donde vas, rubita.-Me dijo, agarrando mi barbilla para que levantara la cabeza.

Abrí la boca con indignación y aparté su brazo de un golpe seco, intentando levantarme del suelo. Me ofreció su mano pero no la acepté, consiguiendo mantenerme en pie sin apenas marearme.

-Gilipollas.-Mascullé bajito. Pareció escucharme porque levantó las cejas y sonrió sorprendida.

-¿Estás bien?-Preguntó, acercándose de nuevo.

-Estaré mejor cuando te pierda de vista.-Solté, girando sobre mis talones para comenzar a caminar de nuevo.

-¡Ya nos veremos por ahí, belleza!-Escuché que gritaba. Le saqué el dedo corazón sin mirarla y escuché el rugir de un motor a mis espaldas.

Una Harley negra pasó por mi lado a toda velocidad y pude distinguir su figura montada sobre aquel vehículo con dos ruedas.

Mi mal humor permaneció durante todo el camino y me arrepentí de no haber aceptado la propuesta de Francisco en llevarme.

Cuando llegué Marta me miraba con el ceño fruncido, apoyada sobre una de las paredes del restaurante. Me encogí de hombros e intenté ocultar mi cabreo con una sonrisa falta.

-¿Qué le ha pasado a tu frente?-Preguntó, señalando la zona con su dedo índice. Abrí los ojos como platos y me incliné para observarme en el reflejo de una de las ventanas del edificio.

-Joder.-Exclamé, viendo un lado de mi cabeza completamente rojo y dolorido.-Una subnormal me ha dado con una puerta.

-¿Empleada?-Dijo, negué con la cabeza.

-Ojalá, así tendría la posibilidad de vengarme de ella.

Entramos al interior y pedí una mesa para dos personas. El camarero me reconoció al instante y aceptó con una sonrisa, indicando que le siguiéramos al fondo de la sala, justo donde siempre nos situaba.

HOLI, estoy muy emocionada por empezar una nueva historia y espero que os guste mucho, tenía varias posibilidades de trama dentro de lo que me pedisteis pero creo que voy a dejarme llevar, a ver que sale. Os quiero mucho y ya sabéis que me podéis dejar por aquí vuestras opiniones y vuestros comentarios que me encantan, se vienen cosas guays. ❤️✨

@Missbanana027

Gasolina. | Albay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora