Esta aquí

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—¡¿Como está el?! ¡¿Qué han dicho los doctores?!— Decía la madre de Narey entrando directamente al hospital junto con los hermanos del omega, Damián y Adrián junto con sus hijos, y a duras penas, Aria, quien ya tenía 8 meses de embarazo así que era ayudada por Mika.

—Dicen que el se encuentra bien, tuvo algunos golpes y contusiones pero el se encuentra bien..— Dijo Zelaya mirando a la nada mientras trataba de procesar todo lo que acababa de ver, nunca pensó que todo el plan de Misa terminaría "quitándole" la vida.

—Cómo esta con respecto a...— Todos hicieron un silencio infinito en aquella sala, sabían que Narey estaba totalmente destrozado por la muerte de su alfa, se sentía culpable por no haberle creído y por no haberlo apoyado cuando debió, dudo de el y fue lo que le quitó la vida.

Antes de que alguien más pudiera pronunciar algo, un doctor salió con noticias sobre el omega, noticias sobre su estado y sobre el estado del bebé.. Su futuro hijo y el de Misa, el que el alfa tanto había deseado tener.

—Déjenme decirles que el esta bien, su estado es estable y el de su bebé también, pero por seguridad, deberá pasar la noche aquí para que lo podamos observar y lo demos de alta mañana, pueden pasar a verlo..— Todos los presentes se quedaron sorprendidos al oír las palabras "Y el de su bebé", no entendían o al menos, no querían aceptar lo que el doctor había dicho.

El omega se hallaba con la mirada totalmente pérdida y el corazón totalmente destrozado por lo ocurrido, tenía vendas por todo el cuerpo pero nada grave, sus manos se hallaban en su vientre y sus pensamientos en un vacío profundo, ni si quiera se percató cuando su familia entró a su habitación.

—¡Narey! ¡Nos tenías tan preocupados!— Dijo su madre dándole un fuerte abrazo que el ni correspondió, no quería ver a nadie en ese momento, pero sabía que su familia solo quería apoyarlo después de todo lo que había pasado.

—Cuanto lo sentimos, sabes que estamos aquí para apoyarte cuanto más lo necesites..— Dijo Damián causando que el omega empezará a llorar, era tanto el dolor que sentía en ese momento que le hubiera gustado tomar el lugar de Misa.

—El.. Se fue.. Y yo.. Tengo la culpa..— Decía con la cabeza agachada para que nadie lo viera llorar, lo que menos quería el que pensaran en ese momento era que el era un débil, pero cualquier persona en su situación hubiera expresado ese sentimiento de la misma forma que lo hacía el en ese momento.

—Narey, escúchame.. Tu no tuviste la culpa de que su padre fuera malo, ni de que los torturase a ellos, tu no causaste nada, a el no le gustaría escucharte decir esas cosas y lo sabes, debes ser fuerte, por ti, por el, por tu futuro hijo..— Dijo Zelaya dándole un abrazo al menor el cual si correspondió, sabía que lo que ella decía era verdad y no le quedaba más opción que seguir adelante por su alfa, por su bebé.

—Seré abuela por cuarta vez, eso es alegría para mi.— Decía su madre sentándose a su lado para tomar su mano y dedicarle una sonrisa que el correspondió también.

—Pero no creas que yo no estoy molesto, mis dos hermanos menores van a ser padres ¡Siento que no hice un buen trabajo como hermano mayor!— Decía Damián bromeando mientras hacía un puchero al cual todos rieron, todos apoyaban a Narey, el se sentía feliz de poder contar con una familia como esa y con un miembro extra en poco tiempo, muy poco.

—Dejaremos que descanses, necesitas recuperarte de tanto lío, sabes que estaremos aquí para ti..— Dijo Adrián dedicándole una sonrisa para retirarse de la habitación junto a Damián y junto con Aria pero, algo se los impidió nuevamente.

—¿S-será que no podrían brindarme ayuda a mi?— Dijo la omega al darse cuenta de que había roto la fuente en ese momento, lo primero que hicieron fue llamar a los doctores, Mika estaba totalmente asustado que no sabía exactamente que hacer, Damián y Adrián ayudaron a la menor a levantarse mientras le traían una camilla, rápidamente se la llevaron a la sala de partos, solo Narey pidió que le avisaran cuando su otro sobrino naciera ya que el no podía levantarse.

Cuando de nuevo hubo total silencio en su habitación, no contuvo sus ganas de llorar de nuevo, sabía que ahora estaría solo y no podía dejar de sentir esa profunda culpa en su interior por no haberle creído desde un principio, si aquella tarde el no le hubiera dicho que ya no confiaba más en el, Misa jamás habría salido en busca de pruebas cuando nunca debió de haber dudado, por eso y más se seguía culpando.

Alguien desde la puerta lo observaba sintiendo tanta tristeza como el omega, Milenea se atrevió a entrar y se sentó a la par de el, sabía que necesitaba más apoyo que el que ella necesitaba en ese momento, sin decir una palabra, lo abrazó fuertemente sintiendo también como este la abrazaba de la misma manera, ambos llorando por el mismo dolor.

Milenea se separó por un momento para mirar a Narey con compasión y mucha empatía, se limpió las lágrimas antes de empezar a hablar, aunque fuera duro, tenían que darse mucho apoyo.

—Comprendo como te sientes Narey, nunca creí que todo esto podría pasar, no creí que Misa terminaría dando la vida por todos nosotros, no creí que mi padre llegaría a un nivel como ese, pero me di cuenta de que siempre estuve equivocada, tu no debes sentir culpa, yo jamás me atreví a confesarle que la que había matado a tu padre fui yo, lamento tanto tampoco habértelo dicho a ti.. Yo..— Milenea era ahora la que no podía contener su llanto, la culpa a ella la mataba, el simple hecho de pensar que Misa dio su vida en vano, ella no podía con tanto.

Narey no hizo más que abrazarla, de una manera fuerte, compasiva, y con perdón, el no la juzgaba por haber hecho lo que hizo, sabía claramente que fue obligada por su padre, simplemente debía perdonarla ahora.

—Ambos hicieron lo que debían hacer, no tiene ningún sentido tener remordimientos ahora, no te sientas culpable, no te detesto, se que apoyaste a Misa, demasiado, eres una buena hermana, una buena persona, no lo dudes...— Dijo el sonriéndole tiernamente mientras le limpiaba las lágrimas.

—No estas solo Narey, me tienes a mi, y juro que te protegeré a ti, a tu familia y a mi futuro sobrino, y recuerda esto... El no murió, el esta aquí, con nosotros..— Por último ambos finalizaron con un abrazo, el menor no comprendió las últimas palabras como debía, no sabía que eso en realidad.. Era verdad..


Hecho a la Perfección  [Omegaverse/BL] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora