Decidido (+18)

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—Esta bien, pero tendrás tu castigo por lo que hiciste.— Decía Damián poniéndose encima del menor, después de soldar cuentas, ambos obtendrían algo a cambio por su falta pero al fin y al cabo, ambos estaban destinados a estar unidos por el resto de sus vida —Que el castigo comience.— El mayor le sacó la camisa al omega y luego se quitó su cinturón para poder atarle las muñecas,, este no podía hacer más que solo temblar del miedo por lo que iba a experimentar, pero de igual forma pensaba que su sueño se había cumplido, lo que menos se esperaba es que en ese momento, su celo comenzó, se había adelantado alterando todos los sentidos del alfa.

—D-damián espera.— Dijo Adrián tratando de alejar al mayor, pero este estaba cegado por el olor de su celo, no había manera de detenerlo ahora que había iniciado, e iba a ser una oportunidad placentera para el menor.

—Te haré mío.— Mencionó el mayor con una voz sensual causándole al menor escalofríos y un susto, el cual sentía la necesidad de tenerlo dentro suyo y de ser reclamado de su propiedad, después de todo, eso era lo que el quería.

—Estoy en celo ¡puedo quedar embarazado!— Interrumpió el menor sacando a Damián de su momento de placer pero este continuó. Prosiguió a quitarse su camisa dejando a la vista su cuerpo hecho y derecho haciendo ruborizar al omega, de lo que ambos se percataron era de que el mayor también había entrado en celo.

—Quiero tener una familia contigo, quiero que desde hoy seas mi omega, no quiero perderte ni que alguien más te aleje de mi, además.. Eres el único que sabe como ponerme duro.— Objetó Damián con una sensual y pervertida sonrisa mientras abrazaba posesivamente al menor haciéndolo sentir protegido.

El olor del omega se mezclaba junto al del alfa, el mayor se deshizo del pantalón del menor comenzando a recorrer con su lengua todo su cuerpo, lamía sus pezones mientras los mordía levemente haciendo que el omega jadeara y gimiera de placer, puso una de sus manos en el trasero de este comenzando a recorrerlo, pasando sus dedos por su entrada, pudo sentir toda la humedad de su interior.

—¿Tan rápido te pusiste húmedo?— Mencionó el mayor mientras aún paseaba sus dedos por la entrada del menor para después darle una nalgada fuertemente haciendo gemir al omega.

—D-dame más.— Adrián le suplicaba por que lo complaciera más, necesitaba sentir todo de el, su celo lo estaba torturando y necesitaba más que solo unas caricias para poder satisfacerse por completo, necesitaba sentir la erección del mayor dentro suyo.

—Ah pequeño, me voy a divertir tanto.— El alfa se deshizo rápidamente de la ropa interior del menor, ahora que ya se encontraba libre su entrada, comenzó a meter uno de sus dedos en su interior mientras que con la otra mano se encargaba del miembro del menor hasta meterlo dentro de su boca empezando a lamerlo y a chuparlo.

—¡D-damián!— El omega sentía como el mayor lo masturbaba con su mano y con su boca, subiendo de arriba a abajo, lamiéndolo e incluso mordiéndolo, las manos y la boca del menor eran excelentes para causarle ese deseado placer, su calentura estaba al máximo y el estaba totalmente caliente, podía sentir esa majestuosa fricción recorriendo su cuerpo, estaba apunto de venirse —M-me vengo.— Advirtió el omega para luego correrse en la boca del alfa.

—Tu sabor es delicioso.— Dijo el alfa tragando todo lo que el menor había expulsado, luego subió directamente a los labios del menor dándole un largo beso, el celo del mayor también le exigía más, y no terminaría hasta disfrutar por completo al omega. —Ahora sufrirás de placer.— El mayor  elevó las piernas del omega y alzó tres dedos, el menor los lamió y de un solo metió los tres dedos dentro de este haciéndole sacar fuertes gemidos —Tu estrechez me encanta.— Dijo susurrándole al oído mientras se lo lamía.

—¡Dame más!— Gimió el omega desesperado por sentir toda la extensión del mayor, su cuerpo ardía y su mente daba vueltas, estaba demasiado caliente como para poder relajarse ante un momento así.

—Joder, te daré lo que pidas.— El alfa dio un par de lamidas a la entrada del menor metiendo su lengua hasta adentro, luego finalmente se deshizo de su bóxer dejando a la vista una gran erección que hizo que el cuerpo del omega se estremeciera, comenzó a restregar su miembro en la entrada del menor posicionándolo para poder penetrarlo, hasta que, de una sola estocada, comenzó a introducirlo causándole demasiado dolor al omega.

—¡Joder Damián! ¡Duele mucho!— Decía el menor soltando un fuerte gemido de dolor al sentir como toda su erección seguía entrando hasta que finalmente la metió por completo quedándose inmóvil por unos segundos para que este se acostumbrara al tamaño.

—Tranquilo bebé.— Respondió Damián dándole un pequeño beso, luego prosiguió a desamarrarle las manos al menor para que este se sujetara de sus hombros, comenzó a moverse lentamente sintiendo como las paredes de este lo apretaban por completo haciéndolo enloquecer.

—¡A-ah! ¡Más rápido Damián!— Suplicaba el omega mientras jadeaba y gemía, sentía como el miembro del mayor comenzaba a ocupar todo el espacio dentro, le encantaba esa sensación de placer ante cada estocada que este daba.

—¡Te amo Adrián!— Mencionó el mayor comenzando a subir el ritmo de las embestidas cada vez más mientras besaba los pálidos labios del omega, también llegó a darle una que otra nalgada al menor. La habitación se había llenado de gemidos, de jadeos, de cumplidos y de suciedades, se había vuelto un paraíso sexual para ambos, y el celo les exigía más y más.

—¡Dios! ¡Me vengo!— Decía el omega sintiendo de nuevo esa fricción recorriendo todo su cuerpo, cada estocada hacía que este jadeara de un intenso placer, no tardó mucho para que el menor se corriera sobre su vientre sintiendo también como el mayor lo hacía inundando por completo su interior, este había anudado dentro suyo causándole un repentino dolor debido a la hinchazón de su miembro.

—¡Damián duele!— Gimió el menor ante esa sensación, el miembro del mayor ocupaba todo su interior generando un fuerte dolor debido al nudo que se había creado dentro suyo cuando el mayor se corrió.

—No te perderé jamás.— El alfa se acercó al cuello de este y le dio una fuerte mordida haciendo que el contrario soltara otro gemido bastante fuerte, desde ese momento estarían unidos como se había esperado. El alfa se mantuvo quieto esperando a que el nudo que tenía con el omega disminuyera para así poder salir de este, luego de un buen rato, ambos ya reposaban juntos en la cama, abrazándose uno al otro. —Eres mi omega, ten por seguro que siempre te ame, que te amo y que siempre te amaré.— Dijo el alfa para así poder descansar junto a su pareja, les quedaba tiempo para repetir lo de esa noche, después de todo ambos se necesitarían el uno al otro desde ahora, aparte, la perversión de Damián no permitiría que el omega saliera hasta que su celo finalizará.

Mientras tanto, abajo se había podido oír todo, lo que en vez de molestar a los demás hizo que estos se sintieran orgullosos del alfa y el omega, el destino les tuvo preparado algo maravilloso a ambos.

Hecho a la Perfección  [Omegaverse/BL] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora