— Genial —me sonríe— Nick viene ahora. 

Le sonrío y él se dirige con decisión hacia una mesa.  Saluda a los chicos que hay en ella y Nick no tarda en estar frente a mí mojado. 

— Parece que alguien no tiene paraguas —digo.

— Eso parece,  ¿ya te ibas?

— Sí,  mi turno ha acabado. 

Él mira alrededor del bar y ve a James tras la barra poniendo cervezas. 

— ¿Te vas andando?

— No.  Me llevo el coche y después vengo a recoger a James —le enseño las llaves. 

Nick pasa la lengua por su colmillo y mira a la mesa donde están los chicos. 

— Nick,  ve a tomarte una cerveza —lo animo. 

— Te acerco a casa y así no tienes que venir después a por James. 

— Nick...

— Vamos,  dale las llaves a James,  quiero pasar tiempo contigo. 

La verdad era que apenas nos habíamos visto desde la última vez porque nuestros turnos no coincidían o estábamos muy cansados. 

Le doy las llaves a James y este me guiña un ojo antes de irme.  El cielo está totalmente oscuro y el viento sopla con fuerza. 

— Tormenta de primavera —dice Nick cuando me agarro a su brazo para no salir volando. 

Me monto en su coche y me pongo el cinturón esperando a que él entre.

— ¿Qué te ha pasado?  —Pregunto pasando mis dedos por su mandíbula arañada. 

— Boxear en la arena no es muy buena idea. 

— Que brutos. 

— Un poco —pone su mano en mi pierna y le da un leve apretón—. ¿Qué tal tu día?

— Entretenido,  ¿y el tuyo?

— Supongo que igual —se encoge de hombros—. Dentro de dos días me dan vacaciones para que vaya a ver a mi familia antes de irme. 

— Vale.  ¿Hace cuánto que no los ves?

— Unos meses. 

— ¿Los echas de menos?

— Sí,  pero ya estoy acostumbrado. 

Nick aparca y tenemos que correr porque ya está lloviendo. La lluvia azota la ciudad y los truenos resuenan en los cristales acompañado del viento y los relámpagos. El cielo está tan oscuro que da miedo y no tardamos en estar dentro del portal. 

Subimos hasta casa y dejo las llaves cuando entro en la mesa.  Me dirijo a mi habitación con Nick pisándome los talones y dejo la maleta en el suelo. 

Nick se acerca a la ventana y saca la gorra del bolsillo de su uniforme para tirarla sobre la cama. 

Me pongo a su lado y observamos cómo el cielo se ilumina cómo los cristales retumban con los truenos.

— ¿No te dan miedo los truenos? —Me pregunta.

Dejo de mirar por la ventana para alzar mi vista y mirarlo. — No, me gustan.

— Creo que eres la única chica que no se asusta con los truenos.

— ¿Pensabas que iba a echarme a tus brazos para que me protegieras?

— Eso pensaba —sonríe y se tira sobre mi pequeña cama.

Me siento en el borde y sigo mirando por la ventana para ver el cielo volverse blanco entre tanta oscuridad. Los dedos de Nick empiezan a jugar con mi pelo y como no pare, voy a quedarme dormida ahí sentada.

Goodnight and go (Disponible en Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora