[EXTRA #3.2] ... pero no esconderte

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Aunque Seokjin logró quitarle las esposas, aún no estaba tranquilo con respecto al misterioso maletín. El mayor era quien lo tenía al momento, ubicado sobre sus piernas pero sin realmente prestarle atención. Su mirada estaba perdida en la ventanilla que tenía al lado y aunque estaba muchísimo más tranquilo que al principio, Namjoon podía ver que no se sentía bien del todo.

Unas horas después aterrizaron en Hawaii, pero ninguno de los dos estaba de ánimos vacacionales incluso cuando bajaron del avión. Era increíble como algo tan estúpido como un maletín y una nota podía arruinarlo todo en cuestión de segundos. Sabía que no tenía razón para sentirse culpable, pues la nota ni siquiera iba a dirigida a él, pero aun así tampoco podía hacer la vista gorda.

Fueron en taxi hasta el hotel y nada más se acercaron al escritorio con la recepcionista siguió el pequeño martirio.

—Reservación para Kim Seokjin —dijo Jin tratando de no sonar tan malhumorado como estaba. Después de todo, la recepcionista no tenía la culpa de nada.

—Sí, aquí tienen su llave —la mujer le pasó una tarjeta y antes de que pudieran ir al elevador, los detuvo—. También alguien les dejó esto.

Era un simple sobre blanco de papel. No tenía nada escrito por fuera, casi como si fuera totalmente nuevo. Namjoon lo tomó de la mano de la mujer y tras agradecerle, avanzaron hasta el elevador arrastrando sus maletas. Seokjin estuvo terriblemente callado, sosteniendo con fuerza el maletín hasta tal punto de que sus nudillos se pusieron blancos por la presión.

Namjoon no tenía miedo en lo absoluto, pues ya habían pasado por demasiadas cosas horrorosas en el pasado, pero sí le preocupaba un poco la salud mental de Seokjin. Estaba ya suficientemente frágil por su hermana y el aniversario de su muerte y todo ese asunto del maletín no lo estaba ayudando en nada. Lo que más le molestaba era el no poder hacer nada para ayudarlo. Sabía que intentar convencer a Younghwan de dejarlo en paz era inútil.

Una vez ingresaron al cuarto y cerraron la puerta, Namjoon abrió el sobre sin decir nada o preguntarle a Seokjin si podía hacerlo. El ex agente se dejó caer en la cama y ubicó el maletín a su lado, esperando a que Namjoon leyera el papel en el sobre.

—Solo pone unos números. 921204 —informó revisando cada parte del papel para asegurarse de que no se le pasaba nada.

Seokjin ingresó el número en la cerradura del maletín y este se abrió sin problemas. Dentro aparentemente no había nada, excepto por una unidad USB que tenía pegado un papel que decía hack me. Si en serio esto era alguna jugarreta de Younghwan, de verdad se estaba buscando que Jin explotara. Si algo odiaba más que tener que volver a relacionarse con Noir o cualquier otra organización del gobierno, ese algo era que involucraran a Namjoon en ello.

Jin podía ser hábil en muchísimas cosas, pero en lo que respectaba al hacking no tenía la más remota idea.

—Déjame sacar mi laptop —murmuró Namjoon volteándose para tomar su maleta y empezar a rebuscarse en ella.

—Joon, no es necesario que hagas esto. Podemos simplemente ignorarlo.

—No podemos ignorarlo, ¿y si te hacen algo por no obedecer? —inquirió sentándose junto a él con la laptop en manos—. Lo último que quiero es que te hagan daño.

—Realmente eres un tonto —sentenció Jin sonriendo un poco. El mayor se inclinó para ubicar la cabeza en el hombro de Namjoon y observó en silencio cómo trabajaba.

Una vez que conectó el dispositivo USB, Namjoon se puso a trabajar. El aparato estaba cifrado y protegido por un montón de códigos y programas complejos, pero no era nada que él no pudiera manejar. Estaba un poco oxidado con el tema luego de tanto tiempo sin hackear nada tan complicado, pero eso no lo detuvo en lo absoluto. Le tomó un poco más de lo usual, pero al cabo de un rato, finalmente pudo acceder a los archivos que contenía.

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Where stories live. Discover now