OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}

Clave #19

Las consecuencias de que continuaran con la filtración de datos se hicieron bastante molestas de formas distintas.

Ya sin su red que le permitía hacer sus negocios a distancia y en secreto, Jeonghan se vio obligado a realizar todo en persona, por lo que forzó a todos sus asociados a que estuvieran cerca donde pudiera verlos. Fue así como Seokjin se pasó la mayoría del día en las oficinas de Importaciones Jeong, sin poder escaparse del CEO por un solo instante o siquiera hacer una llamada sin que alguien estuviera respirándole en la nuca.

Debido a las circunstancias y yendo en contra de todo lo que su novio le había dicho, Namjoon empezó a ralentizar las cosas. Pretendió que de repente, mientras más avanzaba en los datos, más complicado se hacía todo de descifrar, por lo que no podía darle los datos o coordenadas con la velocidad de antes.

La verdad sin embargo era totalmente contraria, pues mientras más se acostumbraba y memorizaba los patrones y claves de Daehyun la tarea era cada vez más rápida y sencilla. Ya hasta se creía lo suficientemente capaz de hacerlo sin ayuda de la libreta, además de que estaba aprendiendo bastante de los códigos, tanto que de repente sentía de nuevo esas ganas terribles de ser lo que era antes y hacer las cosas que había prometido abandonar para siempre.

Le daba algo de miedo, en cierto sentido. A veces temía volver a caer en los crímenes cibernéticos de antes o volverse un criminal real como lo era Daehyun, pero por otro lado era consciente de que su familia (Seokjin, Taehyung y los otros) no le permitiría tal cosa. Él no era un criminal. Había hecho las cosas que hizo por necesidad, para tratar de cuidar a su hermano, no porque realmente quisiera ganar algo o hacer un mal.

Estaba sentado en la cocina pretendiendo decodificar mientras Jungkook jugaba con su teléfono en la sala cuando la puerta de la entrada se abrió de golpe y Seokjin ingresó casi echando humos. Tenía la corbata desatada y la ropa bastante desordenada, pero aparte de eso parecía bien, así que no se preocupó por que le hubieran hecho daño en la calle o en la oficina. Desde lo ocurrido en la mansión de Jeonghan ya no confiaba en la seguridad de Seokjin estando cerca de aquel hombre.

—No van a creer lo que ha pasado —anunció dejándose caer en el sofá junto a Jungkook. Ni siquiera se quitó los zapatos antes de entrar.

—¿Estás bien, hyung?

—Sí, Jungkook, viviré —asintió Jin rodando los ojos. Namjoon dejó su laptop para acercarse a ellos y poner ambas manos en los hombros del mayor. Seokjin levantó la mirada solo para sonreírle—. Jeonghan finalmente ha perdido la cabeza y nos ha demandado a todos que vayamos a quedarnos en su mansión hasta que las cosas se calmen. Y todo porque se asustó cuando alguien entró a su oficina sin tocar.

—¿Qué? ¿Quedarse en su mansión? ¿A vivir? —interrogó Namjoon de repente imaginándose en aquel lugar que era tan espacioso como era aterrador.

—Sí, quiere asegurarse de que ninguno de sus asociados son traidores. El que no tenga nada que ocultar irá sin hacer problema —en cuanto Namjoon empezó a masajear sus hombros, Jin movió el cuello de un lado a otro, intentando liberar tensión—. Todos han aceptado a regañadientes y yo lo he hecho solo con la condición de que los deje venir.

—¿Y qué ha dicho? —Jungkook finalmente dejó su teléfono, ahora más interesado.

—Pues que Namjoon puede venir, pero tú no. Dice que no te conoce lo suficiente y que además, no necesitaremos seguridad allí.

—Entonces volveré a Dobong para cuidar a Taehyung —supuso el menor encogiéndose de hombros como si no hubiera otra opción—. Pero estaré alerta en caso de que necesiten algo, así que solo tienen que llamarme.