OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}

Clave #29

       

La historia comenzaba por donde ya habían empezado.

Hyunsoo actuando raro y ordenando a Minji que los siguiera a todos lados, además de que le informara cada movimiento que hacían, con la excusa de querer protegerlos. La explicación tuvo sentido para ella, pues era parte del trabajo que les habían asignado en el cuartel general, así que no cuestionó nada y solo siguió sus órdenes al pie de la letra. Podrían ser agentes de iguales rangos, pero al fin y al cabo Hyunsoo era el mayor.

—Hay una razón por la cual no nos encontraste a ninguno de los dos cuando saliste a buscarnos, Seokjin —Minji tomó asiento en el lugar de Namjoon una vez que éste se levantó y se sentó en el borde de la cama de su novio—. Hyunsoo me mantuvo ocupada en nuestra habitación de hotel. Me ponía a hacer cualquier cosa para que no saliera y me pidió que no contestara el teléfono por un rato.

»Después de que mi celular sonara un montón de veces por tus llamadas, no pude contenerme más y enfrenté a mi compañero —podía ser una chica dulce, pero en sus gestos se notaba que era fuerte e independiente—, le pregunté qué demonios estaba pasando. Por qué estaba actuando tan raro. Qué lo ponía tan malditamente nervioso.

Seokjin la imaginaba, tan menuda, parada frente a aquel hombre e interrogándolo con toda la decisión del mundo. Estaba casi completamente seguro de que ella no había temblado ni titubeado un poco; las mujeres como Minji no temían a la violencia física ni mucho menos al sexo opuesto. Mientras ella tuviera dudas no permitiría que la detuvieran hasta obtener sus respuestas.

Era una persona totalmente admirable. Por lástima había decidido trabajar para la peor agencia de Corea del Sur. La peor después de Noir, obviamente.

—Al cabo de hacerle tantas preguntas no lo soportó y me lo confesó todo. Me rogó que no saliera a buscarlos, porque Jeonghan me mataría —susurró Minji cerrando los ojos. Parecía intentar visualizar la escena en su mente—. Me dijo que era inútil, que no había forma de salvarlos. Que Jeonghan estaba rabioso y que todo se iría al diablo.

»Fue cuando lo amenacé para que me revelara el paradero de ustedes, pero no le importó. No me dijo nada —se veía tan decepcionada como si todo estuviera ocurriendo de nuevo—, así que eché a correr. No había tiempo que perder. Tenía que encontrarlos y advertirles o, al menos, saber a dónde los llevarían.

Como si todo hubiera sido ensayado con anterioridad, Choi fijó su mirada en Namjoon como cediéndole el turno y éste volvió a mirar a su novio. En ningún momento el hacker había soltado su mano, aferrándola con firmeza y sin aflojar por un solo instante. Casi parecía que Namjoon temiera perderlo si lo soltaba.

Presionó sus dedos entre los suyos y le pidió con la mirada que siguiera. Namjoon necesitó unos segundos para empezar o, en su defecto, mirarlo detenidamente a los ojos como perdiéndose en ellos.

—Saliste a buscarlos y me quedé solo. Encontré el bolígrafo con el grabador de voz entre los cojines del sofá y me lo guardé en el bolsillo sin pensar —relató pasándoselo para que lo observara. A simple vista era un bolígrafo común y corriente—. Estaba quedándome dormido cuando entraron. Rompieron la cerradura con un explosivo y tras dejarme inconsciente, me llevaron.

Namjoon le contó detalladamente sobre su reunioncita con el CEO. Las cosas que había dicho. Por qué tuvo la idea de utilizar el bolígrafo. Cómo hizo para accionarlo. Fue allí que comprendió las vendas que envolvían sus muñecas; debajo de éstas tenía quemaduras por intentar soltarse de las cuerdas.

Tras hacer que el hombre fanfarronee, Namjoon aprovechó su oportunidad para golpearlo y salir corriendo, no sin antes echarle el cerrojo a la puerta. Fue desde allí que fue a la sala de cámaras para poder guiarse en el laberinto y encontrarlo más fácilmente y sin necesidad de cruzarse con nadie armado. Su novio era un genio, así que no estaba sorprendido, pero aun así no pudo evitar esbozar una sonrisa orgullosa.