[EXTRA #2] Familia

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Llevaba años sin pisar Daegu.

Aunque no la había visitado en demasiadas ocasiones, era verdad que a veces lo sentía más cercano a su hogar que Gwangju, donde había vivido con su hermana por muchísimos años. La razón era tan fácil de adivinar que mencionarla parecía casi redundante, pero aun así no podía evitar decírselo a Yoongi reiteradas veces desde que habían subido a un tren esa misma mañana.

—Daegu realmente es como mi hogar, ¿sabes? —repitió Hoseok por enésima vez. En contra de las normas del tren, tenía ambas piernas sobre Yoongi, con la espalda apoyada a la pared—, tus padres son un cielo. No los vemos desde la boda, ¿no?

La boda. Habían pasado meses ya y aún sonaba tan extraño. Realmente se habían casado, ellos de todas las jodidas personas. De todos los homo sapiens existentes, ellos dos eran los que tenían la menor probabilidad de terminar juntos y sin embargo allí estaban, cambiando las reglas e ignorando las adversidades para conseguir la vida que habían querido desde el principio.

Desde el primer momento que puso un pie en Noir, realmente Hoseok perdió la esperanza de tener un romance de película o de alguna vez comenzar una familia con alguien a quien amaba, pero la primera vez que Min Yoongi le puso la mano encima...

Uff. Todo cambió en cuestión de segundos.

—Es la décimo segunda vez que lo mencionas, Min Hoseok —señaló Yoongi cambiando la página del libro que leía. Traía gafas puestas y lucía muy concentrado—. No me hables de mis padres, esos desgraciados te quieren más a ti que a mí.

—¿Qué puedo decir? Soy irresistible, Jung Yoongi.

Yoongi le lanzó una mirada de reojo y siguió leyendo, pero Hoseok lo escuchó murmurar entre dientes un pequeño "sí, lo eres, encanto" que lo dejó satisfecho. Su marido podía ser el hombre más frívolo de todo el universo, pero siempre que se trataba de Hoseok, no podía evitar sacar su lado más tierno.

El resto del camino lo pasó durmiendo. No se percató de cuándo terminó por caer rendido, pero quizás el hecho de que Yoongi estuvo acariciándole las piernas tuvo algo que ver con su repentina somnolencia. Durmió cómodo y calentito, tan a gusto que ni sintió las horas que pasaron desde que dejaron atrás Seúl.

Min lo despertó en cuanto el tren se detuvo en la estación con ligeros golpecitos en su rodilla. Estaba en la misma posición que cuando se había quedado dormido, con las piernas sobre el regazo de Yoongi, pero ahora tenía la chaqueta del mayor encima, cubriéndolo como una manta. Estaba algo grogui aún, pero gracias a su entrenamiento militar fue capaz de levantarse y desperezarse en cinco segundos.

En cuanto se colgó la mochila al hombro, Yoongi lo tomó de la mano y bajaron del tren, ignorando como siempre las miradas agrias de la multitud.

En la entrada de la estación los esperaban los Min, padre, madre y hermano. Ninguno de los dos se había esperado que vinieran a buscarlos de la estación, pero entre abrazos y saludos, ninguno de los dos se quejó y al final terminaron por olvidarlo. Una vez terminaron las pequeñas conversaciones sobre el viaje, subieron al vehículo de la familia, una mini van donde hacían entregas del restaurante.

Nada más llegaron y ubicaron sus cosas en la habitación de invitados, la señora Min no perdió el tiempo y mandó a Yoongi a trabajar en la cocina, para la diversión de Hoseok, quien definitivamente no debió reírse en voz alta cuando su marido empezó a quejarse.

—Tú también, Hoseok, ningún yerno mío va a sentarse a flojear —ordenó la mujer dándole un golpecito en la espalda.

Ya nadie se animó a soltar una risa o poner algún gesto en la cara. Sin esperar a que les dieran la orden, el padre de Yoongi y su hermano se movieron para ir a ordenar las mesas y limpiar, sabiendo que si no lo hacían por sí solos, la mujer los pondría a hacer algo mil veces peor.

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Where stories live. Discover now