Juega tu pieza.

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El ambiente se transformó por completo: la idea de estarse besando no se encontraba en ninguno de los dos. Cualquier cosa dejaba de ser relevante en ese pequeño universo que compartian, en el que ambos habían abandonado  un cuerpo físico, volviéndose una esencia. Una energía increíble, aunque fuese tan fugaz como un chispazo.

Lentamente aquella magia fue disminuyendo hasta traerlos de vuelta, todo volvía a ser tan  simple como debía  ser la realidad, y con ella la visión de sus rostros tan proximos, la sensación de los labios separándose y el rubor cual pintura derramada bajo la piel de sus mejillas. 
Al parecer, aquello había resultado más sorprendente para Craig, quién se mantenía algo estático, mientras la incredulidad del momento se manifestaba en esa expresión de completa sorpresa, parecía contemplar la confirmación de algo en lo que nunca creyó.

Tweek retrocedió a pasos cortos y ligeros hasta topar con el borde del pequeño sillón tras él, no recordaba que estaba ahí, así que se estremeció algo asustado e incluso soltó un gritillo.

-Ah... entonces... ¿necesitas algo?... seguro que tus pertenencias están en algún lado, tu ropa... pero necesitas ropa limpia ¿debería traerte algo?... es obvio que si ¿por qué lo pregunto?... ¡Ah! Pero sólo si me permites hacerlo, no puedo ir a tu casa y meterme...- Tal como era típico en él, sus movimientos eran rápidos igual que las palabras que trataba de pronunciar.

-Esta bien, ya sabes donde esta el repuesto. Pero aún no se cuando me darán de alta, no te apresures por eso- Craig continuaba algo conmocionado por el beso, pero recalcarlo en el tema no iba a ayudar a la crisis nerviosa que el rubio estaba por tener, trataba de escucharse relajado aún cuando en su interior le estallaba el corazón.

-Si, si claro, tienes razón... yo vendré a verte diario...- mordió el labio inferior como si deseara detener lo ya dicho, aferró sus uñas al borde de la camisa y la apretó entre jalones. -... ppp.. porque es lo que tu harías... ¡Gah! Cualquiera, cualquier amigo ¿verdad?... Les diré a los demás que vengan también... rayos necesito un teléfono debo comprar uno y...-

-Antes ve a descanzar, tus padres deben estar preocupados- Ahora de verdad se encontraba tranquilo, su voz era tenue y lenta, como si estuviera demasiado cansado, entonces sospecho que lo que Teresa le había dado era un maldito sedante.

-¡Oh Jesús! Mi trabajo ¡me van a matar¡... volveré e mañana te lo prometo- Le tomó la mano con delicadeza, en una forma de despedida.

Craig lo retuvo con la poca fuerza que tuvo para apretar la mano, Tweek volvió y le miró a los ojos, podía leer en la expresión del pelinegro, que quería decir algo por lo que guardo silencio, seguro que apenas y podría escucharlo con su débil voz. Claro que había algo que decirle, era demasiado importante y no podía esperar más por hacerlo, una simple y sencilla frase que se atoraba en su garaganta, le heria profundamente retenerla y sentía que iba a morir si no lo conseguía, pero era imposible así que lo único que logró salir fue un doloroso "gracias". El rubio sonrió, tan cálido y amable como siempre, luego salió de la habitación, dejando al otro chico con su pena.

De pronto la habitación se sintió todavía  mas vacía, deprimente y fría. Anhelaba a que llegara el siguiente día, para reemplazar los colores neutros con la alegría del dorado en su cabello y el azul de su mirada, cambiar esa esencia de antiseptico por su ligero aroma a café tostado, el inminente silencio e incómoda paz por su linda risa y alarmantes gritos. Estaba solo y odiaba eso, odiaba ser tan insensible, incapaz de expresarle todo lo que le causaba ¿Pero eso que cambiaría? Al final, Tweek tampoco dijo nada, incluso volvió a mencionarle como amigo, quizá nuevamente estaba obteniendo pura compasión por culpa, tal como la ocasión que enfermó... tenía la necesidad de destruir algo, aunque irónicamente, su corazón ya lo estaba.

Super Craig x Wonder TweekWhere stories live. Discover now