Punto decisivo.

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El precipitado beso entre Keneth y Marjorine, fue más por mero deseo que parte de el elaborado plan de Caos, había probado una buena variedad de hombres y mujeres pero hasta es momento, ninguno que le hiciera temblar por dentro, nadie le encendió aquel ardor que se consumía en su pecho con un simple beso, tal vez quien más se acercó  a eso fue Bradley, pero eran muy jóvenes para lograr la pasión que se consigue con práctica. Con un pequeño mordisco Kenny dejo ir los labios rosados de los suyos. retomaron su mesa, Marjorine notando restos del labial en la cara del chico se disculpó intentando limpiar las manchas con un pañuelo.

-Mira como te he dejado- Se reía apenada mientras retiraba los restos de la cara del chico.

-Humm, es un precio que lo vale-  mantenía la sonrisa imaginando lo gracioso que se vería siendo aseado como un niño.

-Debo lucir igual, iré a retocarme, disculpa- Siendo Marjorine en verdad le importa su aspecto, necesitaba un espejo con urgencia apresurandose al baño de damas.

En principio cuando se volvió Marjorine, elegir entre dos sanitarios que solo le daban la opción de recibir acoso e insultos, era una situación de estrés y ansiedad que le costaba minutos decidir, siempre optaba por entrar en los de mujeres no solo por su vestimenta femenina que le harían pasar desapercibido, eran más privados y limpios que los de varones sin contar que la cantidad de retretes era mayor. Con el tiempo se volvió más simple hasta hacerlo por sentido común.

Con toda la paz del mundo tomo una de las toallas de papel y procedió a limpiar sus labios del colorete revuelto, revisando que no quedaran manchas al rededor sacó el labial de la cartera plateada. Los baños de mujeres eran tan diferentes, con sus amplios espejos más de dos malditos lavamanos y sin algún desgraciado flatulento reventando el caño y apestando todo, pero también tenían sus cosas desagradables, habían dos cosas que no soportaba de las chicas en los sanitarios públicos: los repugnantes tampones en los cestos de basura y esa horrible costumbre de ir en grupo a chismear o mirar con detenimiento cada una de las cosas que vestían para hacer una crítica mental sobre lo pasado de moda, feo, vulgar o corriente de la ropa de otras. Como no podía faltar, había otra colocando rimel en sus pestañas postizas, atraves del espejo miraba de manera burlona a la rubia, se volvió muy molesto cuando la escucho resoplar una risa.

-Que te divierte tanto, querida?- Giró lentamente la cabeza hacia la otra.

-Humm nada... Solo me preguntaba qué clase de gustos tiene ese chico- Guardo su maquillaje y miró de frente a Marjorine.

-Perdón?!- Su cara  mostraba indignación pero la mirada letal.

-Pueden mírate, eres muy simple, sin curvas, plana como una tabla y ese corte, que acaso vives en el 2001?- La señaló de arriba abajo.

-Eso me parece muy triste, como lo es que tú con tus enormes tetas falsas y ese vestido de prostituta barata no lograrás llamar su atención, pero bueno si sales no faltará un hombre que te pregunte cuanto cobras, así podrás sentirte realizada- Agitó el rubio cabello y giró con gracia saliendo de ahí haciendo ruidosos los pasos firmes de sus tacones.

-Disculpa la tardanza- Dijo sentándose al lado de Kenny.

-Esta bien, cosas de chicas- Respondió nuevamente con una sonrisa.

Entre algunos tragos y unas cuantas canciones más, que terminaron solo canturreando cuando las piernas se habian cansado, se miraron en complicidad leyendo que era momento de retirarse, con muy buena suerte la fiesta continuaría de manera más privada. Al salir de aquel alboroto, Keneth reparó en que la chica no llevaba más que su delgado vestido, no preguntó siquiera si tenía frío, estaban en las montañas era obvio que con esas prendas se estaría congelando, así que se retiró la chaqueta para colocarla con delicadeza sobre los hombros de Marjorine. Para "Butters" ese gesto fue un recuerdo del día que Yolanda lo encontró en las calles, dándole también su abrigo para cubrirlo del frío, no le gustaba tener ese tipo de recuerdos sentimentalistas pero detrás de todo ese odio que se había generado por años, existía la memoria de lo que un día quiso y tanto aprecio le tuvo, por un momento volvió a sentirse humano.

Super Craig x Wonder TweekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora