Cap. 50: Año nuevo, aventura nueva

11.6K 577 9
                                    

—Pasa, pasa. ¿Tienes donde pasar año nuevo? –él pone una sonrisa a media boca y niega un poco.

—Entonces pasa. Solo que tenemos una regla, hacemos lo de Bulgaria.

— ¿Y eso cómo es?

—Cuando cenamos apagamos las luces durante tres minutos, y ahí haces lo que quieras, ya que se quedara en secreto encubierto por la oscuridad.

—Suena genial y espeluznante a la vez.

—Sí, mira él es Ricardo, mi novio.

El estrecha su mano —Mucho gusto –en eso entrecierra los ojos y levanta un dedo, volteando viendo a Alfonso.

—Hola Alexander, ¿vienes a darle el año nuevo a Layra?

—Si de hecho sí.

—Eso no pasara si estoy aquí… -dice susurrando.

—Más vale que te calles si no quieres que te rompa la cara aquí misma, tan sola hay que tener respeto por la mamá de Layra.

—Oh, podría decirle todo de una vez.

—No te atrevas si no… -he dejado de escuchar, cada vez hablan más bajo.  

—Bueno señores la cena esta lista ¿quieren hacer los honores? –dice mi madre.

— ¡Claro! –grita el glotón de su novio.

Nos acercamos a la mesa Alex y yo con nuestro plato cada uno, esto es tan raro pero tan hermoso a la vez. Agarro un tazoncito y me dispongo a servirme ensalada dulce, estiro mi mano y en eso choca con la de Alex. Sonrió.

—Perdón, adelante.

—Gracias pro… -veo a mi madre y recuerdo que no habrá ningún problema de decirle Alex. —Quiero decir Alex.

El voltea y abre los ojos como platos.

Volteo a ver a mi madre y como era de esperarse ella se está besando con Ricardo.

Mientras yo le guiño el ojo a  Alex.

Siento como me agarra de la muñeca —Que linda te ves hoy –que se me ha subido la sangre a las mejillas.

—Cariño, ¿me pasarías una servilleta? Me dice mi madre.

—Si –contesto mientras se la paso.

—Gracias –ella se limpia y se pone su glose de nuevo. Por cierto Alex no conoce la casa perfectamente ¿Por qué no le das un tour por ella?

— ¿Yo? –pregunto como si no supiera que si era a mí. — ¡Claro!

—Voy con ellos –dice Alfonso ¿Quién lo invito?

—Hay Alfonso, yo creo que Layra se puede defender sola, a parte Alex es de mi completa confianza.

Si supiera.

Tomo la mano de Alex mientras la parejita mayor ve la tele y Alfonso se nos queda viendo.

—Mira, por aquí está la cocina, la sala y la estancia. Acompáñame –subimos escaleras. —Este es el cuarto de huéspedes, el cuarto de mi madre, el cuarto de mi padre, que ya también es el de huéspedes –me recargo en mi puerta entre abierta. —Y esta habitación es la mía.

—Bonita, ¿puedo entrar?

—Cuando quieras –le digo mientras abro la puerta y me adentro en mi habitación junto a él. Y cierro la puerta.

—Así que aquí tienes tu computadora… y aquí tu guitarra. ¿Puedo?

—Claro –digo mientras la baja la guitarra, se sienta en mi cama y empieza a tocar unas cuantas notas.

Clases Prohibidas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora