❝𝐁𝐓𝐒 𝐑𝐄𝐀𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒❞

«Setenta y cinco»

Me subí a la Yamaha 250 color blanco, y divisé la mano de Jin mostrar su dedo del medio a mi ahora ex.

Me entregó un casco, me lo coloqué y luego uní mis manos en su estómago.

Hice un corazón con mis dedos en dirección a Doyoung como burla, y en unos segundos se escuchó la rueda acelerar.

Bueno, les contaré cosas de Jin:

Nombre: Kim SeokJin.
Alias: Jin, o JinJin personalmente.
Edad: 26, me lleva 8 años gg.
Tipo de relación: Mejores amigos desde que nací. Aunque él mismo se considera más como mi hermano mayor.

Nos detuvimos por culpa de un semáforo y divisé como levantaba la ventanilla del casco negro.

—¿Dónde quieres ir?— hice la misma acción que él para poder responderle.

— A tu casa— moví mi torso hacia un costado para que pueda verme. Asintió, bajando el plástico al igual que yo.

Unos minutos después llegamos al hogar de Jin.

Bajé emocionada del asiento y llegué a la puerta principal dando saltos de alegría.

—¿Por qué tan emocionada?— apareció detrás de mí, y con su palma acarició mi cabeza.

—Hace bastante que no vengo— sonreí haciendo plamaditas a la altura de mi pecho.

Rió y luego sacó sus llaves para abrir la puerta.

Pasé entusiasmada sin antes decir un "permiso" y busqué los zapatos para hogar que le sobraban a JinJin.

Retiré los zapatitos de charol negros que eran de la escuela y me los coloqué. Me quedaban inmensos, pero eran cómodos.

—¿Tienes hambre?— escuché hablar al pelinegro.

Asentí a la vez que me paraba del suelo y luego lo seguí hasta la cocina.

—Tengo ramen— dijo, abriendo la alacena.

—Cualquier cosa me va— me senté en la silla alta que es para la mesa de desayuno, apoyando mi mejilla en mi mano— Esto de que cambien los horarios de la prepa para horas de la tarde da hambre, y más si te castigan dándote cuatro horas.

—¿Castigan?— preguntó levantando ambas cejas—¿Por qué te castigaron?

—¿Viste el idota con el que estaba discutiendo?— movió su cabeza de arriba a abajo dándome a entender que sí— Hizo un escándalo en el receso y por su culpa me tuve que quedar hasta las siete de la tarde.

—Tú te buscas personas idiotas— rodé los ojos ante su respuesta.

—Ti ti bisquis pirsinis iditis— dije con burla.

—¿Específicamente que fue lo que hizo?— tomó dos bowls de ramen y dejó agua para calentar.

—Él quería que vaya a comprarle una leche de frutilla en la cafetería, así que le eché en cara de por qué no iba él— bajé mi brazo y apoyé mi mentón— entonces armó un escándalo llamando la atención de los profesores, y nos dieron cuatro horas de castigo.