—¡JungKook!— lo llamaste en un fuerte grito.—Mira a la cámara.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Ja, ja. Qué gracioso.— dijiste a la vez que giraste tus ojos.
—Cállate, se que te encanta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Te sonrojaste ante su declaración. Eran mejores amigos hace años, ¿¡por qué te tenias que enamorar de él!?
—P-por favor, has una cara normal.— tartamudeaste al ver su sonrisa burlona.
—¿Por qué te sonrojaste, Jun?— sonrió malicioso mientras caminaba lento hacia tí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—N-no estoy sonrojada, estás alucinando.— diste un paso para atrás.
—¿Acaso crees que soy estúpido?— se adelantó hasta estar a unos centímetros de tus pies.—Te queda muy bien esa camiseta— recorrió su mirada por tu pecho, deteniéndose en puntos que no hacía falta explicar.— Y esos pantalon...
—¡Deja de tomarme el pelo!— gritaste, a lo que se sorprendió, pues nunca lo habías hecho.—Por favor...
—¿Y por qué te estaría tomando el pelo?— levantó una de sus cejas y miraste sus profundos ojos oscuros.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—J-jungKook, e-en serio.— bajaste tu mirada apenada, intentando que no viera tu sonrojo por la cercanía que poseían.
—Vamos Jun, dilo.— sentiste su respiración cálida en la punta de tu nariz, y cerraste tus ojos con fuerza.—Dí lo que guardas hace años.
—N-no.— tomó tu muñeca y la subió lento hasta la altura de tu hombro, y con cuidado apretó. Llevó sus dedos hasta tu mentón e hizo que levantaras tu cabeza.
—Mírame— tus ojos pararon en los suyos, en donde viste brillar sus orbes negros— di-lo— separó las sílabas, arrastrando su voz.
—M-me— tomaste aire hasta llenar tus pulmones— m-me g-
—¡JUNGKOOK! ¡JUN! ¡LA COMIDA!— el grito de Jin hizo que se separen, y de un segundo a otro soltó una pequeña risa.
Lo miraste enfadada, se estaba burlando de tí y lo sabías.
—Vamos a comer— tomó tu antebrazo y te llevó hasta la cocina.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
