Seguimiento [28]

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: : 9 años atrás : :
(2008)

Brian tomó un grueso sobre de la mesa junto a su cama.
Su padre solía mandarle dinero y una carta a su dormitorio en el campus de Vinewood Hills cada dos semanas. Él sólo estaba interesado en el dinero, pero llevaba las cartas consigo para no tardar mucho tiempo en escabullirse fuera de la universidad.

Había logrado pasar desapercibido el primer mes.
Después, se topó con una curiosa chica justo afuera de su habitación.

Él, atrapado en los ojos claros de la joven, a penas logró esconder el sobre detrás de su figura.

-Tú debes ser Brian Haner -dijo ella, extendiendo su mano para presentarse-, mi nombre es Cynthia.

El joven estrechó su mano con firmeza, registrando cada detalle de su rostro.
Sus grandes ojos de un color verde pálido, su nariz alargada y su tez clara le hacían resaltar entre todas las caras que él ya había visto antes.
Sin embargo, había algo más en ella que Brian guardó en su memoria para siempre.

Ella es Cynthia Miles: la primera persona que parecía verle por quien era en realidad.












: : Febrero del 2017 : :

Las nubes cubren por completo el cielo sobre la ciudad de Los Santos.
Luke mira a través del parabrisas a las personas cruzar la calle en cuanto se enciende la luz roja del semáforo.
Entonces, detiene el auto y presta atención al espejo retrovisor, viendo el mismo automóvil que le ha estado siguiendo desde hace dos días.

-Pensé que yo era el paranoico -susurra Brian tras notar la preocupación en el rostro de su chofer-. Si te hace sentir más tranquilo -continúa-, el que viene al volante es nada más ni nada menos que Brooks Wackerman. Nos están vigilando y, aunque estoy seguro de que no nos matarán, deben estar preparándose para las próximas órdenes de Fong.

Patterson intenta digerir la información mientras regresa la vista al frente y comienza a avanzar de nuevo.
¿Había una razón especial para que específicamente Wackerman fuera el encargado de seguirlos?
Tras girar en la siguiente esquina a la izquierda, concluye que ni si quiera Haner está seguro de la respuesta a esa pregunta.

-¿Qué haremos entonces?

El hombre sentado en el asiento de atrás cierra los ojos. Ha pasado ya varias noches intentando planear algo, pero ni si quiera sabe a lo que se enfrentará.

-No lo sé, Luke -acepta con honestidad, exhalando profundamente-. Esperar, supongo.

Tras asentir, el chofer continúa trabajando en silencio. Sólo deteniéndose cuando ha llegado a su destino.

Brian baja del vehículo con tranquilidad, adentrándose en su hospital.
Absolutamente todo está como de costumbre.
Él debe realizar varias cirugías, por lo que se dirige directamente hacia la sala de operaciones.

A pesar de que nunca mira hacia atrás, sabe que un hombre alto de cabello claro le sigue de cerca. Y está más que en lo correcto.
Lo que ignora es que Brooks no está teniendo sus mejores días.

Desde el momento en que se le asignó la tarea de vigilar a Brian Haner, él sintió culpa.
No entendía muy bien por qué él -de entre todo el personal a disposición del gobierno- debía ser el responsable.
Wackerman ya ha hecho suficiente; él abrió una posibilidad para que el hospital pudiese continuar trabajando sin problema alguno. Esto a cambio de la integridad de su propia hija.

Se había hundido tanto en la miseria que tomó la primer oportunidad que se le fue ofrecida para regresar al camino del éxito.
Aunque dudaba que el costo valiera la pena, estaba seguro de que no funcionaría. Incluso, llegó a pensar en un futuro demasiado bueno para ser verdad.
Es por esto que le pidió a Sydney que contactara al hombre que ahora realiza un trasplante de corazón justo frente a él, al otro lado de un grueso cristal.

Él nunca consideró que habría ayuda interna, que alguien más estaría involucrado en todo eso.

Ahora debe vivir con las amargas consecuencias de sus decisiones.

Sabe que su hija única no está teniendo los mejores días de su vida tampoco, pero ni si quiera se atreve a darle la cara; no después de haberle causado tanto daño.

Si él no hubiera hablado durante aquella reunión con los representantes políticos locales. . .

Si hubiera ido directo a casa en lugar de tomar un café con su hija. . .

Si no hubiera contactado a una vieja amiga para que se asegurara de que Sydney se encontrara con Brian durante a la fiesta de fin de año. . .

No tendría por qué atestiguar algo tan cruel como lo que está ocurriendo justo en sus narices.

De pronto, una intensa energía le hace sentirse aún más incómodo.
Brian le está mirando como si pudiera leer su mente, sus ojos oscuros acusándole de un millón de cosas en silencio; dejándole en claro que, efectivamente, esto es su culpa.

Inmediatamente, Brooks endereza su espalda, pretendiendo que está interesado en cada cosa que los médicos están realizando.

Haner finalmente baja su vista de vuelta hacia el paciente.
El corazón es llevado cuidadosamente hasta donde él se encuentra.

Quien mira expectante desde la lejanía siente un escalofrío recorrer su columna vertebral, sus manos se muestran sudorosas e incluso sus dedos de los pies se contraen con fuerza.

Desea huir, pero sabe que estar ahí sin poder hacer algo en lo absoluto es su castigo.

Transcurren varios minutos, horas. . . Y él siente náuseas incluso hasta minutos después de que la cirugía ha terminado.

Wackerman es incapaz de mover un sólo músculo, pues aún intenta procesar lo que acaba de atestiguar.
Ahora desea ser parte del 99% de la población que permanece ignorante.
Desea no saber todo lo que ocurre en las habitaciones ocultas del hospital en el que se encuentra.
Desea poder hacer caso omiso al hecho de que el órgano que alguna vez perteneció al cuerpo de un inocente ahora da vida a un hombre afortunado de ser millonario.

Wrecker | Syn Gates ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora