Wrecker | Syn Gates ✔️

Calma [25]

: : 9 años atrás : :
(2008)

Los eventos ocurridos con anterioridad aún parecían irreales en la mente de Brian.

Tras la muerte de McKenna Haner, el joven recibió un sobre bolsa de parte de su padre que contenía todos sus documentos; incluyendo una carta de aceptación de la universidad más prestigiosa del país: la universidad de Vinewood.

Dentro del sobre también había un par de llaves, un mapa que le indicaba lo que sería su hogar temporal y un paquete con al menos dos mil dólares en efectivo y una tarjeta de crédito.

Él no sabía con exactitud cómo había llegado hasta la estación de metro de aquella región ubicada en la otra orilla de Los Santos, pero le alegraba saber que tendría un lugar a dónde llegar y no sólo se encontraría vagando por la ciudad.

Esto, sin duda alguna, sería lo único que le agradecería a su padre en toda su vida.
Incluso aunque él en realidad no hizo por las razones correctas.

Brian Sr. estaba aterrado de que le quitaran lo último que le quedaba. Es por esto que, en secreto, mandó a su hijo lejos del hospital con la esperanza de que él consiguiera lo necesario para arreglar lo que sus errores causaron durante tantos largos años.

El joven llegó a su departamento nuevo después de un largo y desconcertante viaje.
Su inexperiencia fuera de su antigua casa jugó con su mente, ya que casi termina perdiéndose en las confusas rutas del subterráneo.
Sin embargo, logró llegar sano y salvo con la ayuda de un extraño hombre de ojos azules.

: : Febrero del 2017 : :

Brian Haner tenía sus objetivos claros desde que regresó a Los Santos cuatro años atrás. Sin embargo, eso cambió en cuanto un par de ojos inocentes lograron leerlo al derecho y al revés; provocando la completa aniquilación de la convicción que le caracterizaba con anterioridad.

Aquellos gestos que observó desde su primer encuentro en un quirófano le parecían extremadamente genuino y, sin darse cuenta, dejó que formaran parte de su ajetreada rutina hasta llegar a extrañarlos en su ausencia.

Creyó, en un inicio, que podría continuar su plan sin destruirla.
Aún está convencido de ello.

Lo que le preocupa ahora es que él mismo termine hecho pedazos.

-Doctor, espero haya escuchado los rumores -dice Matthew, sacando a Brian de sus pensamientos.

-¿Respecto a qué? -pregunta, aún mirando a través de la grande ventana de su oficina.

-Respecto a todos los médicos del hospital. Están muy alarmados, ya que no quieren perder sus trabajos.

Brian niega con la cabeza, levantando la vista hasta el último piso del edificio más alto de la ciudad.
-Supongo que ya has tratado de calmarlos.

-¿Cómo se supone que los calme? -reclama el de ojos verdes, apretando los puños de sus manos- ni si quiera yo estoy seguro de lo que ocurrirá con este lugar. En verdad desearía que tu padre pudiera regresar de la muerte y arreglar el caos que creaste.

El hombre con el cubre bocas no responde en lo absoluto. Ha decidido volver a utilizar la máscara, sin embargo, esta vez no le es suficiente para bloquear sus sentimientos del todo.

Por fuera pareciera como si él no hubiera escuchado el deseo egoísta de quien se hace llamar su amigo.
Por dentro, ese enunciado desató el infierno mismo.

Sanders nunca entenderá que su preciado Brian Haner Sr. fue un hombre cruel.
Para él, aquel médico fue su ángel guardián.
Para él, su hijo era una copia inservible.

-Y yo desearía que tú hubieras sido su hijo biológico.

Sin más, Elwin sale de su oficina con paso firme.
No sabe en realidad hacia dónde se dirige, simplemente deja que sus nublados pensamientos le guíen por el hospital hasta llegar a un cuarto al que jamás había entrado.

Puede ver temor puro en los ojos de la joven que se encuentra dentro y, en lugar de causarle fascinación como hace varios años, él siente el mismo nivel de miedo que ella.

La chica de cabello rizado se aleja lentamente del escritorio frente a ella, dejando que Brian se apodere del micrófono que se encuentra junto a una taza con café frío.

El cirujano aclara la garganta y baja su cubre bocas hasta su barbilla antes de presionar con nerviosismo el botón rojo a un costado del micrófono plateado.

-Este es un anuncio oficial. -inicia, infundiendo miedo a todo aquel que escucha su voz haciendo eco en los pasillos- Soy Brian Haner y les pido a los trabajadores y pacientes que guarden la calma. El hospital continuará trabajando de manera usual sin importar lo que ocurra.

A pesar de que Brian no está seguro de finalizar su aviso de esa forma, termina por soltar el botón carmesí y subir de nuevo el cubre bocas.

Brian Elwin Haner ya ha perdido muchas cosas que le hicieron feliz en su momento, así que el perder a una más no debería causarle emoción alguna.

No debería.
Pero los días en Los Santos lucen un poco más grises para él desde el viernes pasado.

Extrañamente, las nubes no sólo cubren su cabeza.
Sydney había considerado que el fin de semana saldría todo mal y le habría gustado no atinar al pronóstico del clima por primera vez en su vida.

Ahora se encuentra llorando en una habitación desconocida para ella, pretendiendo que no escucha la pelea que se está llevando al otro lado de la puerta de madera.

-¡¿Qué hace ella aquí?! -pregunta Chelsea con furia.

-Hermano, cálmate.

-¿Cómo quieres que me calme? Esa zorra nos quitó nuestro espacio en ese estúpido canal.

-Esa zorra, como la llamaste, es nuestra amiga. ¿En verdad crees que ella se haya acostado con Nathan sólo por salir de ese estúpido noticiero?

-¿De qué otra forma lo habría conseguido. De seguro también logró acostarse con el idiota Haner. ¿A caso no recuerdas el maldito documental?

-¿De qué hablas?

-Todos los clips de video que utilizó eran distintos a los que nosotros grabamos. ¿Cómo piensas que los consiguió?

-¡No lo sé, Chelsea! Pero no lo está pasando nada bien.

-Me alegra -replica con odio el menor de los McKuffey- en verdad espero que la puta Wackerman reciba lo que se merece. Mira, London; si tú quieres ayudarla no me interpondré en tu camino. Pero no cuentes conmigo.

-¿Contaría contigo si lograra probar que no ha sido su culpa?