Brillante idea [13]

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: : 16 años atrás : :
(2001)

-¿Quién es él? -Preguntó McKenna con curiosidad, sentándose en un escalón junto a su hermano.

La pequeña vocecita a su costado tomó a Brian por sorpresa, pero pronto recuperó la postura y explicó.
-Creo que mamá y papá no estarán por un tiempo y no quieren dejarnos solos.

La niña cruzó los brazos sobre su pecho.- ¿A dónde irán sin nosotros?

Brian sonrió de lado, mirando a su hermana con encanto- creo que es mejor quedarnos. Así podemos jugar todo el día. Además, ese hombre no puede ser tan malo. -Concluyó, un escalofrío recorriendo su espalda con esta última oración, recordando algunos traumáticos momentos creados principalmente por su padre.

-Niños, vengan. -Les pidió finalmente Suzanne- Él es Luke Patterson -continuó en cuanto lo pequeños bajaron las escaleras y los acompañaron cerca de la entrada- cuidará de ustedes mientras papá y yo trabajamos.

-Un gusto -Se presentó el alto hombre que vestía un pulcro traje negro y unos lentes oscuros, extendiendo su mano hacia el más grande de los Haner.

-Brian -responde, estrechando la mano del sujeto.

-Bueno, debo irme. Están en buenas manos. -Dijo la mujer, agachándose a besar la frente de su hija y saliendo de la casa.

El silencio reina dentro de la casa por unos minutos.
Pero, a pesar que Luke es pésimo para iniciar conversaciones con pequeños, logra llevarse bien con Brian y McKenna.

Las expectativas que el niño tenía del hombre son superadas fácilmente después del primer día.









: : Enero del 2017 : :

-¿Entonces no te ha dicho por qué quiere verme de manera tan urgente?

Matt niega con la cabeza ante la pregunta de su amigo; ignorando el hecho de que está realizando una llamada por teléfono y él no puede ver su gesto.
-Él sólo dijo que lo iría a visitar a su residencia por la mañana y que no se iría sin antes hablar con usted.

Brian pasa su mano por su oscuro cabello, su mirada viajando hasta detenerse en la persona que se encuentra recostada sobre su pecho.
-Está bien, le recibiré a la hora que ha indicado. Gracias, Shads.

-No hay de qué. ¿Estás seguro de que no quieres que esté contigo?

-Sí, completamente seguro. ¿Cómo vas con lo de Ilejay, por cierto?

-No he encontrado nada, pero algunos médicos del hospital a los que entrevisté actuaron un poco extraño.

-Vale, gracias. Creo que iré a investigar por mi cuenta más tarde. Nos vemos.

-Adiós.

Haner cuelga el teléfono y lo guarda en el bolsillo de su pantalón.
Después, se las arregla para escabullirse de la cama donde se encontraba acostado tratando de no despertar a su acompañante. Sin embargo, no lo logra.

Sydney, al sentir el movimiento toma en un puño la chamarra que Brian viste.
-No te vayas -le pide en un susurro, a penas despertando de un sueño desconcertante.

Él toma su mano, tratando de calmarla.
-Aquí estoy -Dice, trazando círculos en su espalda con su mano libre.

-Pero te irás -insiste la joven, abriendo los ojos y encontrando los del médico tras levantar la cabeza.

-Tengo una reunión muy importante y debo estar ahí en dos horas -se excusa con una ligera sonrisa- ¿le parece si paso por usted más tarde para cenar?

Wackerman sonríe, asintiendo con la cabeza.
-Sería un placer.

-Entonces así será -concluye, besando la fina mano de Sydney y levantándose del colchón.- Que descanse.

El hombre sale de la habitación. Sin embargo, decide hacer algo más antes de retirarse del departamento.
Con total libertad, Brian entra a la cocina y comienza a buscar un vaso para servir agua y algún medicamento para el dolor de cabeza. Una vez que ha encontrado todo esto, regresa al cuarto de Sydney; quien ha caído en un profundo sueño de nuevo.

Él sonríe, dejando el vaso con agua y un par de pastillas en la mesa de noche.
-Descansa -murmura, antes de agacharse a besar la mejilla de la joven.

Para su sorpresa, ella no está del todo dormida. La curiosidad que creó el no escuchar la puerta de la entrada abrirse tras la despedida del doctor la mantuvo lo suficientemente consciente para reaccionar y girar la cabeza para poder recibir los labios de Haner con los suyos en un efímero beso.

Brian sonríe, mientras que Sydney vuelve a recostarse sobre la gruesa almohada.

Tras soltar un profundo suspiro, el cirujano se dispone a abandonar el lugar; sin preocuparse por enmascarar su identidad hasta que se encuentra dentro del coche conducido por su chofer.

En menos de 40 minutos Haner ya se encuentra en su casa, alistando todo para la llegada de nada más ni nada menos que Evan Fong, el presidente.

Como era de esperarse, el hombre en cuestión se presenta a tiempo; con un par de guardias situados detrás de él hasta cuando se sienta en un sofá de la sala a platicar con el médico.

-¿Y bien? -Cuestiona Brian, parándose al otro lado de la habitación, de frente a Evan.

-Me preocupa su situación, eso es todo.

-¿A usted? ¿Por qué le preocuparía algo tan insignificante como mi vida?

-No, no. Su vida no me importa en lo absoluto. Lo que me interesa es su hospital. He escuchado que desea cerrarlo con la excusa de no tener suficiente... Materia prima.

Brian entrecierra los ojos, sentándose en el sillón más cercano y recargando sus codos sobre sus rodillas.
-Así es. ¿Cree tener una solución?

-¡Por supuesto que la tengo! -Exclama Fong con una orgullosa sonrisa en el rostro.

-¿Y cuál es?

El invitado ríe de manera burlona, acomodando su corbata de colores llamativos.
-Eso lo sabrá pronto. En realidad no vine a revelarle mi maravillosa idea; sino a advertirle que, si esa excusa que usted ha usado para los medios y para el gobierno es falsa, usted estará en serios problemas.

-¿Ah sí? ¿Como cuáles?

La sonrisa de Evan se desvanece al mismo tiempo que su tono de voz recobra seriedad absoluta.
-Está hablando con el único hombre más poderoso que usted en todo Los Santos, y probablemente todo el país. No crea que puede evitar que consiga lo que yo quiera por sobre sus propios deseos. -Dice con cierta malevolencia, levantándose del sillón blanco de piel.- Ahora, si me disculpa, tengo otros asuntos de los que debo ocuparme. Que tenga un lindo día -se despide, siendo escoltado por sus propios guardias y no por el dueño de la propiedad.

Brian está lo suficientemente concentrado en comprender cada palabra que acaba de escuchar.
No tiene ni idea de cuál era la "brillante" idea de la que hablaba ese sujeto y, a decir vedad, está preocupado.

Porque sí, Evan es mucho más poderoso que él. Pero no hay forma en que pueda lastimarlo.
No hay castigo que pueda hacer sufrir al hijo de Brian Haner Sr.; porque para eso fue criado, para resistir cualquier dolor físico, para analizar cada situación a pesar del estrés o ansiedad al que se esté expuesto.

Él no puede ser dañado directamente.
¿A caso Fong está consciente de eso?

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