Propuesta [1]

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: : 22 años atrás : :
(1994)

"Ven aquí, Brian. La oscuridad no puede lastimarte."

La pequeña mano del niño se extendió con seguridad hacia el lugar donde la dulce voz provenía.
Sin embargo, aquella certeza fue efímera; el silencio se filtró por sus oídos hasta su mente, negándole un sentido más a su cuerpo.

Ciego y sordo, dio un paso al frente; pero fue pronto detenido por un par de brazos fuertes.
Una gran mano se posó sobre su boca y nariz, haciendo crecer el silencio una vez más hasta tal punto que Brian se encontró contando los latidos de su corazón.

Confiando plenamente en el último sentido que le quedaba, levantó sus brazos hasta colgar sus cortas uñas de la piel de su agresor.
El pánico se hizo notar a través de gotas de sudor que peleaban por tocar el piso rápidamente.

"No, no. La oscuridad no te lastimará. Yo sí."

Lo último que vio fueron un par de ojos amarillos que parecían brillar en las tinieblas. Después, el dolor en su espalda le hizo volver a ver penumbra.

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:: Septiembre del 2016 ::

-Debes estar bromeando, padre -protesta la joven de piel morena.

El hombre al otro lado de la mesa de madera se limita a tomar un pequeño sorbo de su café caliente antes de recargarse de lleno en el respaldo de la silla que ocupa.

Durante segundos, lo único que escuchan son diálogos mestizos de extraños que se debilitan a la distancia.

Finalmente, Brooks Wackerman habla- es la única opción que tengo, Sydney. Mi trabajo está en riesgo.

Después de suspirar y ahogar su arrepentimiento con un capuchino, Sydney Wackerman cubre su rostro con sus manos, protegiéndolo de la fría brisa de invierno que se filtra por el momentáneo movimiento de la puerta del café.

-¿Cómo se supone que me contacte con él? Nadie lo conoce.

-Trabajas para el canal 22, ¿no es así? Úsalo como excusa para ir a su hospital o algo.

-A penas voy iniciando. Además, sólo doy el clima.

-Tal vez con esto te cambien de puesto.

La chica coloca un mechón de su cabello detrás de su oreja, deseando que su fin de semana hubiera iniciado de una forma distinta.
Lo último que su padre dijo es cierto, pero le parece casi imposible el aceptar su propuesta.

-Debe haber algo más que se pueda hacer.

Aquellas simples palabras son suficientes para mostrar el miedo que el mayor trataba de reprimir.
Las arrugas en su rostro se difuminan mientras su piel palidece.
El cambio es instantáneo y pronto regresa a la normalidad, guiando cada pensamiento existente hacia algún lugar donde tal tema es imaginario.

-Me temo que no. -Admite, mirando una pequeña mancha prófuga en el ventanal más lejano, permitiéndole al miedo reinar una vez más en su silencio.

Un hombre afuera está alerta a cualquier movimiento de los Wackerman.

-Padre...

-Lo siento, hermosa. -Le interrumpe justo antes de tomar su mano delgada y acercarla a sus labios resecos.

Wrecker | Syn Gates ✔️Where stories live. Discover now