45. Pacto entre angel y demonio.

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Y así el devorador, será devorado por su propio pecado.

Gula.

... ... ...

Joseph:

Ver cómo la generación pasada de pecadores llegó a su fin, me hizo perder las esperanzas de ser absuelto de mi pecado. Tenía claro que éramos solo cerdos que enviaban al matadero y nada cambiaría eso.

¿Nuestro propósito? Era obvio, solo morir, y limpiar el mundo del mal que albergan las personas. Pertenecemos a ese ser omnipotente, oscuro y justo que rige nuestras vidas; la muerte.

Pero querida, has buscado maneras muy crueles de llevarnos contigo...

Ahora regresaría a mi apartamento con las personas que se habían vuelto mi familia y compartían el mismo destino que yo, pero, ¿Donde me encontraba?

— ¿Gabriel? — Le llamé en voz alta buscándole. Había llegado a pasar a lo que era un bosque totalmente calcinado por el fuego. — ¡Maldita sea, Gabriel! ¡¿Es que no sabes mi dirección?!

Empecé a caminar buscando algún indicio que me dijera donde me encontraba.

— ¿Y esto que es? — Un grumo de ceniza llamó mi atención, pues su interior estaba encendido de azul. — Yo he visto esto antes.— Intenté tomar un poco de ceniza, pero mi mano solo la atravesó. No era tangible. — Entonces es un recuerdo, ¿Que me vas a mostrar ahora, niño?

A medida que iba caminando, habían más zonas que aún se consumian en llamas azules. Árboles con décadas de historia reducidos a carbón y animales de todo tipo habían sido quemados hasta morir. Era realmente tetrico. Solo había alguien capaz de hacer esto.

Axel...

No tardé mucho para encontrarme con Gabriel, podría reconocer esa estatura y peinado de honguito rubio donde sea. Se encontraba platicando con quién una vez fue Axel y ahora era un demonio.

Entonces este es el bosque de Gaia...

— Dije que íbamos a negociar. — Le dijo Gabriel sílaba por sílaba, parecía muy directo, casi ignorando del peligro que significaba aquel demonio de piel pálida.

— ¿Negociar? ¡Mataré a todos en esta ciudad! ¿No entendiste? — Axel le tomó del cuello de su camisa y aprovechando el tamaño del pequeño angel, lo levantó empoderado de su nueva forma. —  No estás en posición de negociar conmigo, basura.

— ¿Seguro? — Junto sus palmas y aplaudió un par de veces. De inmediato luces cayeron del cielo anunciando la llegada de ángeles. Axel sintió el peligro y se vió forzado en soltar a Gabriel. — Ya te diste cuenta ¿No?

— ¿De que? — Le preguntó Axel enfurecido.

— Si le tocas un cabello a una persona en esa ciudad, cada ángel del cielo te buscará para asesinarte, será imposible que sobrevivas. Estas advertido. — Lo señaló de forma amenazante. Por un momento me sentí seguro gracias a nuestro pequeño ángel.

— ¡No me hagas reír! — Le gritó burlante. — ¿Crees que he perdido el tiempo en estos veintiséis años? — Caminó por el lado de cada ángel presente, como si los retara. — He investigado sobre todos ustedes ¡Cerdos! No pueden atacarme a menos que yo dañe a un humano. pero, ¿Cómo reaccionaría el mundo si se entera de la existencia oficial de ángeles y demonios? — Gabriel se veía nervioso ante sus palabras. — No pueden hacerme daño si asesino a los pecadores, pues su destino es morir de todas maneras. ¿O me equivoco, Gabriel?

— No, estás en lo correcto. — Respondió frustrado. — Pueden marcharse. — Le hizo la señal a los demás ángeles y estos dejaron el lugar volviendo al cielo.

7 Pecados de la muerte. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora