La prometida del monstruo

Una parte de él vive en ella

Tres meses habían pasado desde el nacimiento de la hija de Darcy y Loki. La elección del nombre de la niña había sido todo un dilema, pero finalmente decidieron ponerle el nombre de Eyra, todos habían estado de acuerdo, incluso Kaira y Jormungander opinaban que era un nombre realmente hermoso.

Las primeras semanas fueron difíciles para los nuevos padres, Eyra era pequeña, había nacido antes de tiempo y despertaba cada noche con cólicos, Darcy intentaba no llorar cada vez que Eyra lloraba y Loki sufría desesperado sin saber qué hacer. Sin Frigga tanto Darcy como Jane se habrían dado por vencidas, criar a un niño humano era difícil, mucho más lo era criar dioses, no solo tenían que lidiar con los cólicos, el hambre, el sueño diferido entre otras, sino que también tenían que lidiar con la magia de los pequeños que muchas veces se descontrolaba, sobre todo en el caso de Darcy cuya hija había adquirido los poderes de un nigromante.

Frigga había ayudado a las dos chicas a calmar la magia de sus respectivos hijos, Dahlia y Aren eran Asgardianos normales, no había nada de malo con ellos pero era en Eyra en quién percibía una magia oscura que le preocupaba, había adquirido la magia de un nigromante, pero no era eso solamente lo que le preocupaba, era una energía oscura, una energía que podía compararse a la de Hela, temía que cuando creciera aquella energía la llevara por una senda oscura y peligrosa, era una magia que debía controlarse, pero no sabía si todos estarían preparados para ello, y para los niveles de fortaleza que Eyra poseería.

- Hela ha cambiado, Loki ha cambiado- decía Odín abrazando a Frigga, entendiendo sus temores- sabrán cuidarla, guiarla por un buen camino, y si no lo hacen, ella podrá encontrar la sabiduría.

- No es eso lo que me preocupa querido- dijo Frigga preocupada- temo que no pueda controlar su propia magia, que la oscuridad la domine

- Estaremos a su lado, es nuestra nieta, aunque no lleve nuestra sangre

- Es nuestra nieta- sonrió Frigga con orgullo.

Cuando Eyra cumplió los dos meses volvieron a Midgard, a la torre de los Avengers que había sido reconstruida, lo más impresionante ocurrió un día en que Jane y Darcy habían salido a comprar lo necesario para sus respectivos hijos, Loki y Thor se quedaron a cargo de sus hijos, y habían tenido la gran y poderosa misión de cambiar pañales.

Habían recurrido a Hela, luego a Natasha, a Luke incluso a Sif, pero nadie quiso ayudarlos, internamente todos deseaban ver que tan bien lo hacían solos el par de padres.

Loki ni siquiera con magia lo lograba.

- El maldito envase se abre con suavidad- indicaba Loki a Thor- de forma gentil no solamente lo rompas es el cuarto paquete de malditos pañales que rompes

- Tú ni siquiera has podido abrir el maldito pañal- gritó Thor arrojando el paquete hacia el otro lado de la sala haciendo que Aren llorara

- Mira lo que logras- dijo Loki usando su magia para calmar a su sobrino

- Eyra es la única niña que duerme plácidamente mientras cambias su pañal- gritaba Thor

- Silencio idiota o la despertarás

- Iré por Jane, admitiré la derrota, no tengo idea como hacer esto- dijo Thor resignado mirando a sus hijos frente a él.

- Podemos hacerlo hermano- dijo Loki dándole confianza

Loki mientras lograba finalizar la tarea y ayudar a Thor a lograrlo sintió la presencia de Stark y todos los demás, pero ya era demasiado tarde, Tony se había encargado de publicar el video en las redes sociales, donde las burlas, palabras emotivas, palabras de odio, palabras de ánimo no se hicieron esperar, era una suerte que Loki y Thor no supieran usar redes sociales. Solo escucharon a Tony decir que se crearon muchos ''memes'' en su honor.