Guerra declarada

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Cuando Darcy volvió a despertar, se encontró en un lugar desconocido, una gigantesca habitación decorada con detalles en dorado por donde fuera que uno mirase y la imagen que se extendía por la también gigantesca ventana la hizo darse cuenta de una realidad aterradora, no estaba en la tierra, nada había sido un sueño, estaba en Asgard prometida al monstruo que destruyo su ciudad natal e intentó dominar el mundo meses antes. Su primera reacción al levantarse fue escapar, pudo ver que aún traía puesta su ropa, pero no llevaba zapatos, pero no le importaba deambular descalza por el lugar buscando alguna posible salida o de ser posible una nave espacial para regresar a la tierra, prefería morir en el intento que casarse con un monstruo como Loki, cuando abrió la que ella supuso era la puerta unos guardias vestidos de dorado la apuntaron con una lanza y ella en un impulso atino a escabullirse lejos de ellos y correr al ver que más guardias se unían a los otros sintió pánico, ¿así era como trataban en Asgard a los invitados? Y luego recordó, ella no era una invitada, era el intercambio por la seguridad de su planeta. Miró a todos lados sintiendo las lágrimas nuevamente inundar sus ojos, estaba desesperada, cuando llegó a un pasillo que daba a una especie de jardín choco de lleno con el pecho de un hombre bastante conocido, Thor.

- Lady Darcy- dijo el rubio sorprendido de encontrarla sola hasta que se dio cuenta de los guardias que la seguían – veo que no dejas de meterte en problemas- bromeo

- Yo me encargaré desde ahora- dijo con un tono autoritario que Darcy jamás le había escuchado.

- Pero su alteza- dijo un guardia- es nuestro deber...

- Dije que yo me encargaría ¿o no me has entendido bien?- preguntó y los guardias haciendo una reverencia se fueron del lugar.

- Thor, por favor, llévame de vuelta a mi hogar- dijo Darcy aguantando las ganas de llorar

- Desearía poder complacerte Darcy- dijo Thor acariciando los cabellos de la mujer- pero ambos sabemos que no puedo

- Lo sé- dijo Darcy abrazando al rubio y llorando en su pecho, desde que este había entablado una relación estable con Jane lo sentía casi como un hermano, algo curioso pues pronto pasarían a ser familia, algo que le hizo sentir escalofríos- ¿Por qué yo? ¿Por qué una humana?

- Padre cree que eso enseñará a Loki a respetar la vida humana, que con el tiempo el llegará a aprender lo valiosos que son los seres humanos.

- ¿Cómo él podría aprender? ¿Acaso tú mismo padre no rechaza a Jane por ser humana? ¿Tú hermano Loki no fue el que destruyo mi planeta? ¿Crees que el aprenderá Thor? ¿Qué clase de broma es esta?- lloró aún más fuerte Darcy

- Mi padre ha cambiado, ha autorizado mi boda con Jane- dijo el rubio sonriendo feliz

- ¿Es verdad? – dijo ella sonriendo mientras se secaba las lágrimas- no sabes cuánto me alegro por ustedes- ¿Jane esta acá?

- Gracias Darcy, no ella se quedó en la tierra, traerá algunas de tus pertenencias, pero me temo que no podrá traer tu ropa.

- ¿Qué? Ni siquiera podré elegir mi propia vestimenta- dijo aterrada

- Podrás, pero me temo que deberás acostumbrarte a vestir como una Aesir

- Siento que no llevo ni un minuto acá y ya odio tu maldito planeta

- Tengo fe que con el tiempo verás la belleza en la adversidad – sonrió el rubio apoyándola, dándole la mano para llevarla a caminar por los jardines, siendo observado desde las sombras por Loki, que escuchaba las quejas de la muchacha hastiado, sin duda sería un problema estar casado con ella, era hermosa no podía negarlo, pero un verdadero fastidio.

La prometida del monstruoWhere stories live. Discover now