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*Advertencia: este capítulo contiene lenguaje explícito.*

-Espera -interrumpió Keith, separándose suavemente de Lance-. Voy a encender las velas -dijo, levantándose de la cama y dirigiéndose a la cocina en busca de cerillas.

Lance lo siguió y lo abrazó por la espalda, besándole la nuca.

-Olvídate de ellas... -murmuró con voz ronca. Sonrió cuando vio al piel de Keith erizarse-. Vamos, cariño.

Keith se volteó, lo subió a la mesada y se puso entre sus piernas. Lance abrazó su cintura con los muslos, y cruzó las piernas detrás suyo. Comenzaron a besarse de forma salvaje, y Keith lo alzó y los llevó a la habitación.

Acostó con suavidad a Lance en la cama y se alejó, finalizando el beso con un sonoro chasquido y recibiendo un sonido de molestia.

-Keith -lo llamó Lance, suspirando.

Keith prendió las velas y se acostó encima suyo, colocando la cadera entre sus piernas. Lance lo tomó de la nuca y jaló su pelo. Gimió.

Comenzó a besar su cuello. Lance rasguñó su espalda por debajo de la ropa, echando la cabeza a un lado para darle más espacio.

Cuando comenzaron a transpirar, se deshicieron de las remeras. Más tarde, se sacaron las zapatillas, las medias y los pantalones.

-¿Nos deshacemos del resto? -murmuró coqueto Lance, entre besos. Keith apretó su cintura y lo sentó en su regazo.

Se separaron, jadeando, y se miraron a los ojos. En ambos brillaba el creciente deseo por el otro.

Keith sonrió ladino y comenzó a jugar con el elástico del bóxer de Lance.

-¿Debería? -susurró.

Lance echó la cabeza atrás.

-Keith...

Sintió cómo Lance comenzaba a mover sus caderas sobre él. Se mordió los labios y lo miró. Lance le sonrió y pegó sus pechos, bajando a besarle la mandíbula y el cuello, sin dejar se moverse sobre él.

Keith llevó la mano a su culo y lo levantó. Le sacó el bóxer y lo volvió a acostar. Lance lo agarró de la nuca, acercándolo a él, y le mordió el cuello, bajando las manos por su cuerpo, acariciándole el abdomen y la espalda hasta llegar a la ropa interior. Le bajó el bóxer y Keith lo tiró al piso.

Volvieron a besarse, jadeando de vez en cuando. Keith le mordió el labio y lo tiró levemente, abriendo los ojos para ver los párpados cerrados de Lance. Metió la lengua en su boca unos segundos y se separó. Bajó por su cuello, dejando besos y chupones, mordiéndole las clavículas y bajando por su abdomen.

Besó su pelvis y Lance jadeó, separando la espalda del colchón y agarrando su pelo.

-Keith -gimió-, por favor.

Keith rio levemente e, ignorando su pene, comenzó a besarle el interior de los muslos. Lance suspiraba y gemía tan fuerte que seguramente los vecinos los estaban escuchando.

Acercó el rostro a su miembro y lamió. Lance se estremeció y lo metió a su boca, moviendo la lengua y su cabeza estaba siendo empujada por Lance.

Cuando acabó en su boca, se separó y Lance suspiró. Le separó un poco más las piernas y Lance le extendió un pequeño sobre.

Keith le sonrió chiquito y lo rompió con los dientes.

-Casi lo olvidaba -dijo.

Lance se relamió los labios y le sonrió. Keith se acercó a su rostro y le dejó un casto beso en los labios.

Se puso el condón y lo miró a los ojos, bajando la vista por su cuerpo. Se extendió sobre la cama, abriendo un cajón en la mesita de luz, y se echó lubricante en las manos. Preparó a Lance metiendo dos dedos y, una vez hecho, pasó el resto por su pene.

-Bien -jadeó, mirándolo a los ojos y tomándolo por ambas piernas-. ¿Listo?

Lance asintió, agitado.

Keith entró lentamente a él, suspirando mientras esperaba a que Lance le avisara.

-Listo, Keith. Puedes moverte.

Keith comenzó a embestirlo. Lance cerró las manos en las sábanas, arqueando nuevamente la espalda. Se dirigió a su boca y lo besó salvajemente. Lance rasguñó su espalda y dejó chupones en su cuello.

Keith acabó primero. Luego, Lance, quien gritó y arqueó aún más la espalda.

Se quedaron en silencio unos segundos. La habitación estaba inundada de jadeos.

Keith se separó y salió de su cuerpo. Lance protestó por aquella ausencia, y agarró unos pañuelos para limpiar las mantas y limpiarse los estómagos. Keith se sacó el condón, le hizo un nudo y lo tiró al cesto de basura bajo el escritorio.

Lance lo miró sentarse en la cama y limpiarse el abdomen.

-¿Estás cansado? -murmuró agitado, viendo cómo una gota de sudor recorría su sien y caía en las sábanas.

Keith lo miró de soslayo. El pulso de Lance volvió a aumentar, y el calor explotó en su cuerpo.

-Tengo energías para más -contestó con voz ronca. La respiración de Lance se volvió aún más irregular, y agarró otro condón.

Keith sonrió ladino y tiró el pañuelo al piso.

Lance se acercó a él. Tomó entre sus manos su miembro y acarició por toda la longitud. Se inclinó, lo acercó su boca y lamía mientras veía cómo su novio gemía y se retorcía bajo su tacto.

-Ahora me toca a mí -susurró Lance, alejándose.

Acostó suavemente a Keith y agarró nuevamente el lubricante, echándose un poco en las manos.

-¿Vamos a darle buen uso, eh? -susurró Keith.

Lance le sonrió, colocándose entre sus piernas.

-Cállate y disfruta.

-Contigo, siempre.

Lance metió un dedo y Keith ni se inmutó. Metió otro y vio cómo se mordía el labio. Los abrió y los cerró, simulando tijeras.

-Bien, creo que ya estás listo -informó unos segundos después, separándose.

-Rápido -contestó Keith.

Lance se puso el condón y le hizo gestos con la mano. Keith frunció el ceño.

-¿Qué?

-Que te des vuelta.

Keith se movió hasta quedar boca abajo, apoyándose en sus manos y sus rodillas. Lance apoyó una mano en su cadera.

-Si te duele, me avisas -dijo.

Keith rio.

-Como si fuera la primera vez.

Entró en él y Keith jadeó.

-Fuiste muy rápido -dijo.

Lance rio y comenzó a repartir besos en su espalda, dejando algunas mordidas y chupones, observando los rasguños que él mismo había hecho.

-Ya -dijo Keith. Y Lance comenzó a moverse.

Unos minutos después, llegaron al orgasmo (Lance primero, Keith último) y se separaron. Lance dejó un pequeño beso en su columna y cayeron rendidos en la cama. Suspiraron y guardaron silencio. Keith le dio la espalda y Lance se volteó a él, abrazándolo por la cintura, dejando suaves besos en la nuca sudada de Keith.

-Te amo -susurró Keith, tomando la sábana que estaba casi tirada al piso.

-Yo también, amor -respondió Lance, tapándolos aún mejor con la sábana y quedándose dormido al instante.

Mullet 3 [KLANCE]Where stories live. Discover now