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Un rato después, cuando Lance se aseguró de que Keith estaba tranquilo, se despidió con una especie de abrazo grupal y se fue.

Caminó por las calles desiertas, un poco sudado. Hacía tanto calor que ni había gente en las aceras. Se maldijo por no tener auto y por no saber conducir. Quizás, si tuviera un vehículo propio, podría estar relajado y refrescado gracias al aire acondicionado.

Pasó por una tienda y compró una botella de agua. La bebió hasta la mitad y siguió caminando.

Luego de caminar unas cuadras más, decidió sentarse en un banco a la sombra, intentando descansar un poco. El sol quemaba como los mil infiernos y estaba agotado de caminar bajo él.

-¿Lance? -preguntaron detrás suyo.

Sus músculos se tensaron.

-Mierda-pensó.

Reconocería esa voz aguda y chillona fuera donde fuera.

-Hola, Nyma -respondió, dándose la vuelta de forma forzada.

Ella le sonrió. Era una chica bajita, rubia, y el color de sus ojos era una extraña combinación entre morado y azul.

-¿Cómo has estado? -preguntó ella, sentándose a su lado y apegándose a él.

-Bien -contestó, alejándose un poco y tomando agua.

Guardaron silencio. Era tan incómodo. Lance quería irse. En aquel momento le parecía más apetecible caminar al rayo del sol que tener una conversación con su exnovia.

-¿Sabes? -empezó a decir Nyma, rompiendo el silencio. Lance sabía que lo estaba mirando, pero él no se molestó en voltear los ojos a su dirección-. Desde que terminamos, no he sido la misma. Lance, te extraño mucho -dijo, corriéndose el pelo detrás de la oreja.

Lance la miró de reojo.

-Ya es hora de que consigas a otra persona. Lo nuestro terminó, Nyma -le recordó, clavando la vista al frente-. Ya te superé, ya tengo a alguien más.

-Keith, ¿verdad? -preguntó ella. Por el rabillo del ojo Lance la vio bajando la cabeza.

Fingiendo tranquilidad, volteó hacia ella.

-¿Cómo lo sabes?- preguntó.

Ella le sonrió con sorna y se miró las uñas.

-En internet. Hay fotos de ustedes besándose y todo eso. Además, hay muchas teorías -contestó, levantando la cabeza. Él la miraba molesto.

Lance volvió a sentarse derecho, dejando de mirarla.

-Al fin tengo su atención-pensó Nyma.

-Sí, el mismo -contestó fríamente, subiendo un pie al banco y bebiendo más agua. Estaba a punto de terminar la botella-. Espero que no hagas lo que creo que estás pensando -advirtió, volviéndola a ver de reojo.

Ella le sonrió con fingida inocencia y frunció el ceño, fingiendo confusión. El Lance del pasado habría pensado que era un gesto tierno.

-¿Qué? No, cómo se te ocurre -contestó Nyma, riendo y rascándose la nuca.

Lance apretó los labios.

-Lo va a hacer... Debo avisarle a Keith antes de que se ponga peor-pensó, levantándose. Tiró la botella vacía a la basura.

Fingió ver la hora en el celular. Nyma se puso de pie.

-Debo irme -dijo.

Ella lo miró ladeando la cabeza.

-¿Tan rápido? Pero si recién llegué -contestó, agarrándolo del brazo.

-¡Suéltame! -gritó él, zafándose de su agarre. Nyma lo miró triste-. ¡Tú y yo ya no somos nada! ¿Cómo es que no comprendes?

Nyma dio tres pasos hacia atrás, un poco asustada, y se echó a correr con las manos en la cara. Lance supuso que estaba llorando. Suspiró, metiendo las manos en los bolsillos. Ella nunca supo lo mal que la pasó luego de haberse separado. No comía, no salía. Prefería estar en su cama antes que salir con Hunk y Pidge. La peor parte era que ella lo había engañado con otro, y aún así quería volver con él.

Se quedó parado unos minutos, viendo cómo ella iba corriendo a su casa. O, bueno, eso quería creer.

Dio media vuelta y comenzó a correr a la casa de Keith. Debía avisarle lo antes posible de Nyma. Ella era muy vengativa y rencorosa. Era una persona tóxica. Cuando estaban juntos, no lo dejaba juntarse con sus amigos; ni siquiera lo dejaba salir a la calle solo. Era horrible, una pesadilla. No quería perder a Keith por mentiras que ella seguramente le diría. No quería perderlo por su culpa.

Agarró su celular y abrió WhatsApp, puso el chat de Keith y, mientras intentaba regular su respiración, dijo:

-Keith, estoy volviendo para tu casa.

No pasó ni un minuto y Keith ya estaba respondiendo.

-¿Por qué? ¿Pasó algo?

Frenó y tecleó una respuesta.

-Sólo no salgas de tu casa. Ya estoy llegando

escribiendo...

-De todas formas, no puedo salir. Hay visitas.

Lance se mordió el labio inferior.

-La visita es una chica rubia de ojos medio morados medio azules?

escribiendo...

-Sí, ¿por qué?

No contestó, guardó su teléfono y corrió a toda velocidad a la casa de Keith.

Nyma siempre estaba un paso adelante de él: ya había encontrado la ubicación de Keith. Y ya estaba en la misma habitación que él.

Mullet 3 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora