Mullet 3 [KLANCE]

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-Pasa... -murmuró Keith, haciéndose a un lado para dejarlo pasar. Lance tragó saliva sonoramente y se mordió el labio. Estaba nervioso por entrar, sólo él sabía que parte de aquel incidente había sido su culpa, por haber llevado aquel demonio a sus vidas.

Lo arruinó todo.

Entró a la habitación y Keith cerró la puerta.

-Hola, Krolia -saludó Lance, moviendo levemente la mano. Le sonrió, intentando ocultar sus nervios.

Los ojos de Krolia brillaron cuando lo vio, y le sonrió abiertamente. Lance se sintió la peor basura existente.

-¡Lance! -respondió, alegrándose notoriamente por su visita-. Gracias por venir. Lamento no poder saludarte -dijo, riendo suavemente.

Lance la miró de pies a cabeza en la camilla. Tenía un yeso en el brazo izquierdo y uno en la pierna derecha. Básicamente, no podía moverse.

-Yo... -comenzó a decir Lance, sentándose en un sillón individual bajo la atenta mirada de Keith y Krolia. Se aclaró la garganta-. Sé quién fue la que causó todo esto, y juro por mi vida que voy a detenerla. Cueste lo que cueste -murmuró, apretando la mandíbula y jugando con sus dedos.

Ambos lo miraron confundido.

-¿Quién fue? -preguntó Keith, cruzándose de brazos y apoyándose en la camilla. Krolia lo miraba con el ceño fruncido.

-Pero no sabes bien qué vi... -murmuró ella.

Lance chasqueó la lengua y la miró.

-Fue Nyma. Es la única chica que conozco que tiene una moto roja y que atropellaría a alguien sin razón alguna. Más que nada si se trata de personas preciadas para mí -respondió, alzando el mentón.

Keith abrió los ojos de repente y, tras unos segundos de silencio, salió de la habitación, tapándose la boca. Lance se levantó y de inmediato lo siguió, dejando a Krolia totalmente sola en el cuarto y con una mirada confundida.

-¿Keith? -preguntó cuando se acercó a él. Lo tomó por el codo, y Keith dejó de caminar-. Lo siento... Todo esto es mi culpa. No debí haberlos involucrado con ella -dijo, mirando su espalda.

Keith volteó y lo miró a los ojos. Lance apretó los labios, haciendo de ellos una fina línea blanquecina.

-No lo entiendes, ¿verdad? -preguntó, mirándolo de soslayo.

Lance frunció el ceño.

-¿Qué...?

-Juraste detenerla, tú solo -lo interrumpió, alzando la barbilla y mirándolo de frente-. Lance, yo juré ayudarte en todo lo que esté a mi alcance. Voy a detenerla, junto a ti, quieras o no. Cueste lo que cueste.

-Keith, no, no quiero que...

-Me da igual, Lance. Te haces responsable tú solo de todo esto. Yo quiero ayudar. Y lo voy a hacer, ya te dije.

Se quedaron callados.

-No quiero exponerte a más peligro -contestó Lance, serio.

Keith también estaba serio.

-Ya estoy lo suficientemente expuesto como para que ella vaya a mi casa y me haga algo mientras duermo.

Lance desvió la mirada.

-Todo es mi culpa -susurró.

Keith lo tomó por la barbilla.

-No. Es de ella la culpa, es una loca que está suelta. Y es peligrosa. Tenemos que contactar a la policía y atraparla. Una persona así no puede estar libre. Tiene que estar tras rejas.

Lance desvió nuevamente la mirada.

-Voy a ayudarte, Lance. No estarás solo.

Lance se aproximó a él, aún sin mirarlo, y lo abrazó fuertemente por la cintura, escondiendo la cara en su cuello. Completamente asustado y nervioso.

...

Volvieron a la habitación, tomados de las manos. No tenían ningún plan, por lo que no planeaban "charlar" en esas condiciones con Nyma. Aunque podría ser que ella no hubiera sido. Sin embargo, había, como mínimo, un 60% de posibilidades de que ella fuera la culpable.

-¿Quieres agua, Krolia? -preguntó Keith, aproximándose a ella y soltando con lentitud a Lance.

Ella le sonrió chiquito.

-Sí, la verdad es que estoy sedienta -contestó.

Keith se acercó a la mesita y tomó la jarra con agua, le sirvió un vaso y se lo dio en la mano que no tenía yeso. Krolia lo tomó y bebió lentamente el líquido.

-¿Cuándo te darán el alta? -preguntó Lance.

Krolia le dio el vaso ya vacío a Keith y él lo dejó en la mesita de noche.

-En un rato.

Lance asintió levemente y se sentó. Vio cómo se le dificultaba todo a Krolia. Se sentía demasiado culpable por eso. Se levantó apurado de la silla en la que estaba sentado y, antes de irse, dijo:

-Discúlpenme, debo ir al baño. -Y se fue. Keith se quedó viendo por donde había desaparecido, extrañado por su actitud.

...

Comenzó a bajar las escaleras que lo llevarían a la salida. Una voz hizo que se detuviera en seco al pie de ellas.

-¿Qué haces aquí? -preguntó una voz chillona, detrás suyo.

Su piel se erizó. Cerró las manos, formando puños, clavándose las uñas en la carne de las palmas.

-Estoy aquí por tu culpa -se volteó bruscamente, clavando su furiosa mirada en Nyma-. ¿Por qué atropellaste a Krolia? ¡Ella no tenía nada que ver con esto! -gritó. Fue callado por una enfermera que pasaba por ahí.

Nyma bajó las escaleras y se paró adelante de él.

-Hmmm... ¿Recuerdas lo que te dije antes de irme? -preguntó, adoptando una pose de inocente pensadora. Inmediatamente le sonrió con falsedad-. Bueno -se encogió de hombros-, eso implica lastimar a todas las personas que tengan que ver contigo.

Keith, quien había estado siguiendo a Lance, se detuvo en las escaleras, antes de bajarlas, y escuchó la conversación.

-No te metas en mi vida -escupió Lance-. Sabes que, por más que lo intentes, no volveré contigo -contestó, acercándose a ella y frunciendo el ceño.

Nyma aprovechó aquella ocasión. Lance estaba lo suficientemente cerca como para besarlo. Se aproximó rápidamente y lo besó en los labios, mientras Keith observaba, aún sin ser descubierto.

Lance se separó bruscamente de ella y la empujó. Nyma lo miró con mirada dolida pero burlona a la vez, llevándose las manos al pecho.

-Ni se te ocurra volver a tocarme, infeliz -murmuró entre dientes, saliendo del hospital.

Keith saltó los últimos tres escalones y lo siguió, ignorando a Nyma, quien se pasaba las manos donde Lance la había empujado.

-No voy a permitir que te entrometas en nuestra vida-pensó Keith, mirándola de reojo pero sin dejar de correr hacia su novio.

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*Nota de autora:*

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