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(Leer escuchando la música)

El 21 llegó. Keith y Lance estaban un poco -demasiado- nerviosos, pero no era nada de qué preocuparse -aunque sí estaban preocupados-.

Esa "cita" había sido un error de Lance por querer lucirse con Keith.

Se encogió de hombros. Ya no podía hacer nada.

Se levantó de la cama, se puso las pantuflas y bajó las escaleras.

-Buenos días, mamá- dijo, bostezando y estirándose.

Su madre le sonrió.

-Hola, Lance. Siéntate que ya sirvo el desayuno -contestó, friendo unos huevos.

Tomó asiento y, con una inclinación de cabeza, saludó al resto de su familia -Verónica, Marco, sus dos sobrinos más pequeños y a su padre-.

-Sírvanse- dijo su madre, poniendo los huevos en el centro de la mesa.

Lance agarró el tenedor y se sirvió un huevo junto con un poco de tocino. El resto de su familia hizo lo mismo.

Mientras comenzaba a masticar su comida, pensó qué podía hacer de desayuno a la mañana siguiente. Su hermana ya había hecho cosas dulces, su madre ya había hecho huevos y tocino... Quizás podría hacer algún desayuno cubano.

Se quedó viendo al vacío mientras se perdía en sus pensamientos. Tomó un poco de jugo y vio a su hermana mirándolo.

-Así que... -dijo ella, cortando el desayuno. Lance olvidó sus pensamientos y la escuchó con atención, llevándose el vaso a los labios, otra vez-. Hoy tienes una cita con Keith, ¿no?

Abrió los ojos como platos y escupió todo el jugo a la cara de su padre, quien lo miraba con cara de confusión y una leve molestia por aquel baño de cítricos.

-¿Cita? -exclamó-. ¡No, no te confundas! Esto fue un error que no pude solucionar- contestó, secándose la boca con una servilleta. Su madre le extendió una servilleta a su padre y Lance lo miró avergonzado, queriendo disculparse.

-No te creo.

Miró a su hermana.

-Pues piensa lo que quieras- contestó. Volvió la vista al plato y le pareció menos apetecible que cuando se sirvió. Lo alejó de él, con cuidado de no cagarla más-. Perdí el apetito -informó, levantándose de la silla.

-Verónica- dijo su madre, mirándola con reproche. Lance se quedó de pie, oyendo lo que decía-. Sabes muy bien que no le gusta que lo molestes con Keith. Y sabes de sobra que le da vergüenza ser...

Lance resopló y desvió la mirada.

-Lo sé- contestó Verónica-, simplemente me gusta molestarlo - resopló como si se hubiese cansado de aclararlo tantas veces. Tomó jugo y Lance siguió callado-. Además- lo señaló con la cabeza-, ¿por qué le da vergüenza? Ni que fuera un pecado.

Lance abrió la boca para contestar pero su madre se adelantó.

-Tú no sabes lo que se siente, así que deja en paz a tu hermano. Puede que piense que al ser bisexual va a ser rechazado por la sociedad.

Un silencio tenso cayó sobre ellos y Lance se fue molesto hacia su habitación. Cerró la puerta de un portazo y agarró su celular, lo contectó al parlante, puso música y buscó el chat de Keith.

Se relamió los labios y comenzó a teclear:

"Hey, Keith. ¿Qué tal? ¿Recuerdas que quedamos para las 17? Pues... ¿puede ser antes? Es que no puedo a esa hora."

Lo borró. Suspiró.

"Oye, ¿y si..."

Lo borró. Y pensó. Y pensó.

"Hey, Keith, ¿nos vemos a las 15:30? Antes no puedo. Disculpa."

Y lo envió.

Cuando aparecieron los dos tics grises debajo del mensaje, cerró la aplicación y bloqueó su celular.

Su canción favorita comenzó a sonar y, cuando la pantalla se prendió mostrando un "De acuerdo" por parte de Keith, se cambió de ropa.

Far beyond the universe, we find our minds incide ourselves

Se puso la remera y suspiró sonriendo. Amaba esa canción. Cuando la escuchaba, todos su problemas desaparecían, quedando totalmente relajado y despejado mentalmente.

Paró la música y salió de su habitación (vestía unos jeans azules, una remera celeste oscura y sus zapatillas azules. "Mucho azul", diría Pidge).

Bajó las escaleras y, agarrando su billetera y metiéndola en su mochila, abrió la puerta de entrada y gritó:

-¡Ya me voy!

-¡Bien, cuídate, hijo!- contestó su madre, levantando la mesa con ayuda de su padre.

Salió a la calle, cerró con llave y se puso los auriculares. Siguió escuchando su canción favorita mientras esperaba el autobús.

I have courage on my side, and strength within my soul

But I've never felt like this, as want is growing cold

Will you stay with me a while?, I think I'm going deeper

Have I over run my time, or is my number up?

Repitió la canción durante todo el viaje. Y, antes de llegar al estribillo de la quinta vez que la escuchaba, llegó -muy temprano- al centro comercial. Por alguna razón sentía que no podía esperar más.

Al levantar la mirada, quedó con los ojos abiertos.

Vio la silueta de Keith apareciendo poco a poco, bajándose de otro autobús. Vestía un jean negro, zapatillas oscuras y un buzo rojo.

¿También había llegado temprano?

Se lo quedó mirando. Y notó que tenía el cabello recogido con una colita.

Su pulso se aceleró.

Estaba...

... hermoso.

Entonces Keith volteó la cabeza y sus miradas se conectaron.

Oh, Dios.

Mullet 3 [KLANCE]Where stories live. Discover now