NARANJA III

211 17 5
                                    

Abro los ojos sintiendome empapado en mi propio sudor. Los recuerdos de mi ultimo sueño regresan a mi mente y cuando llevo mi mano hasta mi entrepierna, noto la viscosidad que corre por mi vientre y mis testiculos. No puedo evitar sonreir sintiendo cierta pena por mi mismo mientras suspiro recuperando el ritmo de mi respiración.

-Esto es una broma de mal gusto.-Susurro justo antes de levantarme y contemplar la gran cantidad de esperma que he soltado.

El telefono que tengo en la mesita de noche suena y al descolgarlo escucho la voz de Ichimaru.

-Tienes una cita.

-¿Con él?- Digo mientras me levanto tras limpiar mi estropicio con las sabanas.

-Si. Quiere verte.

-Bajaré enseguida. Por cierto, necesito un cambio de sabanas. Manda a alguien.

Me meto en la ducha y me aseo rapidamente, sin permitirme disfrutar del agua tibia sobre mi cansado cuerpo. Hay días en los que desaría no ser quien soy. Días como hoy. Días en los que sueño que soy otra persona, un simple humano que se cruza con otro simple humano y puede elegir que hacer, como vivir. El recuerdo de unos ojos verdes mirandome con deseo en mis sueños me hace suspirar de nuevo.

Al salir al cuarto lo hago desnudo, como siempre, secandome el cabello con una toalla pequeña. El ruido de algo cayendo al suelo llama mi atencion y me paralizo al ver a Ulquiorra junto a mi cama, cambiando mis sabanas. Mierda. Ichimaru lo ha debido hacer a proposito.

-Lo... siento... pensé que había salido...

-No te preocues.-Le digo sonriendole sin dar mayor importancia a que me vea desnudo.

Me ha gustado su cara de sorpresa, esa expresion de no saber que hacer en sus ojos verdes. Casi ha sido como si sintiera algo. Me miro al espejo mientras termino de vestirme con mi indumentaria hotera, como dicen los humanos y me coloco el sombrero que oculta parte de mi rostro. Al girarme veo a Ulquiorra mirandome y yo lo imito.

-¿Te preocupa algo?- De nuevo ese ligero sonrojo. No. No me hagas esto.

-Tienes un buen cuerpo.-Me dice en un tono algo más bajo de lo normal.

-Gracias, tu tambien eres hermoso, Ulqui chan.

-No es cierto.-Dice sin mirarme.

-¿Por qué dices eso?-Me acerco a él y veo como rehuye mi mirada. Lo tomo de la barbilla y lo obligo a mirarme.-Tu eres muy hermoso mi pequeño.

-Nadie se ha fijado nunca en mi.

-Oh, mi pequeño. Si que lo han hecho.-Digo sonriendole mientras acaricio la suave piel de su cara. Varias imagenes de mi sueño me asaltan excitandome al momento.- Pero no eran tu destino.

Él me mira de manera tan intensa que durante unos segundos contengo la respiración. Luego se aparta y termina de meter las sabanas en el carro saliendo de mi habitación.

Oh, mi pequeño, si tu supieras que soy yo quien no permite a nadie acercarse a ti. Si supieras como te miran los hombres que entran en este lugar y las cosas que querrían hacerte. Pero no pienso permitir que sigan mancillandote. No si no son tu verdadero destino. Para eso, lo haré yo. Yo te mancillaré, me ensuciaré las manos y te ensuciaré a ti... aunque de momento, solo sea en mis sueños.

Salgo a la calle sintiendo una ligera brisa moverme el cabello que sobresale por mi nuca. Camino hasta la cafetería habitual y cuando me siento miro al hombre que tengo justo frente a mi.

-Buenos días, Kisuke. Veo que hoy te has levantado de muy buen humor.

-Intento hacerlo todos los días, Sousuke.-Él me sonríe y sorbe el té que tiene delante.

Caprichos del DestinoWhere stories live. Discover now