MULTICOLOR

374 20 13
                                    

En cuanto entro en mi habitacion seguido de Kouga siento que estoy aterrorizado. He pensado tantas veces como sería volver a verlo que ahora temo lo que me quiere decir. Miro de reojo como él observa mi habitación. No es muy grande pero la tengo llena de recortes de revistas con todos los lugares a donde me gustaría ir si algun día salgo de aquí.

Cuando nuestros ojos se encuentran desvío la mirada y lo escucho suspirar.

-Así... que tu y Yyl...-Digo antes de pensarmelo. Inmediatamente me arrepiento y cuando lo miro con los ojos abiertos por el temor veo como él arruga el entrecejo.

-No fue como él dijo.-Dice quitandose la chaqueta. Veo como arruga de nuevo el entrecejo y se queja un poco.

-¿Que te ha sucedido?-Le pregunto viendolo tomar asiento en mi cama. Dios, Kouga está sentado en mi cama.

-Me dispararon.-Yo abro los ojos y me acerco impulsado por el miedo.-Estoy bien, aquí me operaron y no se que más pero me siento bien. Algo dolorido solo.

-Este sitio es especial.-Digo sonrojandome un poco al ver lo bien que le queda el jersey negro y muy ceñido. Está mucho más fuerte que cuando yo vivía.

-Ya lo veo. Tu... estás vivo...-Por un instante puedo percibir cierta tristeza en sus ojos verdes.

-Lo siento... yo... no cumpli mi promesa.

Antes de poder pensar lo que sucede siento como Kouga tira de mi dejandome pegado a su cuerpo. Mi cara está pegada a la suya y sus cabellos me hacen cosquillas en la nariz mientras su aroma se intensifica tanto que no puedo pensar en nada mas.

-Yo... cuando te vi en aquel callejón...-Me aparta y me mira serio, casi furioso.

-Supongo que sería un espectaculo dantesco.-digo avergonzado.

-Si.-Dice serio.-Lo fue. Ver lo que te habían hecho... me afectó tanto que no paré hasta conseguir que no vendieran drogas en nuestras calles.-Dice suspirando y permitiendo que me siente a su lado.-Maté a ese tipo.-Dice sin mirarme.

-¿A quien?

-Al tio que te violó. El que te llevó a la muerte.

Yo no puedo evitar llorar cuando lo escucho. Él ni siquera dudó de mi. Creía que al verme muerto por drogas y con los signos del sexo que había tenido, pensaría lo peor de mi pero, él comprendió lo que sucedió sin que nadie se lo explicara.

-¿Lo mataste?

-Si. Lo tiré de la azotea del mismo edificio en que te hizo todo eso.

-No tenías...

-Te lo debía. -dice mirandome con tanta intensidad que siento mi cuerpo temblar.

-Tu no me debías nada. Me ayudaste más de lo que merecía.-Digo con una triste sonrisa.- Fuiste la unica persona que me veía como un ser humano y no como un trozo de carne.

***Kouga***

En cuanto veo esos ojos azules llenos de tristeza tomo a Muramasa por la cara y lo beso sintiendo como se paraliza y tiembla a la vez. Siempre quise hacer esto cuando estaba vivo pero era demasiado joven, no quería abusar de un niño, no queria ser como todos los demás que lo usaban. Pero ahora es todo un adulto. No aparenta más de veinte pero ya no es ese crio de diez años que conocí en las calles huyendo por algo que había robado, ni ese niño de once que robaba a los turistas para poder comer aunque fuera solo una vez al día, ni ese crio de doce que se ruborizaba cuando lo llevaba a los baños publicos, y mucho menos, ese crio de trece que me sonreía con dulzura a pesar de su vida dura y dolorosa mientras me prometía que cambiaría de vida.

Caprichos del Destinoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن